La Terapia Floral, una Nueva Alquimia del Alma



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Cuando ya no sepas cómo seguir adelante, permite que las plantas te guíen, las plantas que permites surgir, crecer, florecer y dar fruto dentro de ti.  Aprende el lenguaje de las flores.
                              
Albert Steffen, Travesías Aquí y Allá

foto_edward_bach-Edward Bach (1886-1936), fundador de la Terapia Floral, nace un 24 de Septiembre de 1886 en Mosley, en las afueras de Birmingham, aunque los orígenes de la familia se encuentren probablemente en Gales, es de allí que heredó el amor, sensibilidad e interés por la Naturaleza y por lo místico, que son característicos de su pueblo.   Comienza sus estudios de medicina en 1906 en la Birmingham University, para luego trasladarse al University College de Londres, donde completa sus estudios en 1912.
Para Bach, la creencia de que el estado mental podía tener un efecto directo y muy poderoso sobre la salud física, se confirmó para él con la experiencia, cuando descubre los escritos de Hahnemann sobre homeopatía, sintió que al fin estaba bien encaminado hacia el tipo de tratamiento natural que buscaba.  Bach era psicómetra, es decir percibía lo energético en la materia.  Para que podamos entender la concepción que el Dr. Bach tenía sobre la enfermedad, es necesario aclarar que intelectualmente él se identificaba con las ideas de Hipócrates, Paracelso y Samuel Hahnemann, entre otros.  Para él resultaba esencial reconocer que el hombre tiene dos aspectos:  uno espiritual y otro físico y que de los dos, es el espiritual el más importante ya que la salud es el estado de armonía entre estos aspectos.  Por lo tanto es considerado  un pionero en comprender la relación de las emociones con la salud del cuerpo y la psiquis entendiendo que para crear salud, hay que encarar los aspectos emocionales y espirituales de nuestro ser.
En 1930, con 43 años, el Dr. Bach cerró su laboratorio y su consultorio y se fue a Gales para buscar más remedios en la naturaleza.  Una mañana temprano, atravesando un campo lleno de rocío, se le ocurrió que cada gota de éste, calentado por el sol, adquiriría las propiedades curativas de la planta donde se encontraba.   Esto lo llevó a desarrollar un método para preparar los remedios utilizando agua pura, dando origen a las primeras doce flores las cuales llamó los Doce Curadores.
1.  Agrimony (Agrimonia): Disposición a tomar conciencia de los conflictos superando la ansiedad que nos producen.  “Para personas joviales, de buen humor, que gustan de la paz y se angustian ante las discusiones y las peleas hasta el punto de renunciar a muchas cosas con tal de evitarlas.  Aunque suelen tener preocupaciones e inquietudes y se sienten turbados en su mente y en su cuerpo, ocultan sus cuitas detrás de su buen humor y de sus bromas y se les considera buenos amigos. Con frecuencia toman alcohol o drogas en exceso, para estimularse y seguir sobrellevando sus tribulaciones con buen talante.”
2.  Centaury (Centaura):  Fuerza de voluntad para evitar la debilidad y el servilismo.  “Personas calladas, tranquilas y dóciles que se desviven por servir a los demás, sobrestiman sus fuerzas en su ansia de agradar.  Su deseo crece de tal modo en ellos que se convierten más en esclavos que en ayudas voluntarias. Su afán de servicio les lleva a hacer más trabajo del que les corresponde, y al hacerlo así pueden descuidar su misión particular en esta vida.”
3.  Cerato (Ceratoestigma):  Intuición para ser uno mismo y eliminar las dudas.  “Para aquellos que no tienen suficiente confianza en si mismos para tomar sus propias decisiones. Están constantemente pidiendo consejo a los demás y frecuentemente resultan mal orientados.”
4.   Chicory (Achicoria):  Generosidad para eliminar los apegos y amar sin poseer.  “Los que piensan mucho en las necesidades de los demás; tienden a cuidar con exceso a los niños, a sus familiares, amigos, y siempre encuentran algo que enmendar. Están continuamente corrigiendo lo que les parece mal y disfrutan haciéndolo. Quieren estar cerca de las personas que les preocupan.”
5.   Clematis (Clemátide):  Conciencia del presente para ver la realidad.  “Para los soñolientos, adormilados, nunca totalmente despiertos, sin gran interés por su vida tal cual está. Gente callada, no muy feliz en sus actuales circunstancias que piensan más en el futuro que en el presente, viviendo de esperanzas de tiempos mejores en los que se hagan realidad sus ideales. En la enfermedad, algunos se esfuerzan poco o nada por ponerse bien, y en algunos casos incluso desean la muerte, con la esperanza de encontrar a un ser querido al que han perdido.”
6.  Gentian (Genciana):  Confianza en uno mismo para vivir nuevas experiencias.  “Para aquellos que se desalientan fácilmente.  Pueden progresar satisfactoriamente en la enfermedad o en los negocios de su vida cotidiana y luego ante el menor retraso u obstáculo en su progreso, dudan y se desaniman pronto.”
7.  Impatiens (Impaciencia):  Paciencia para vivir el presente y permitir su asimilación. “Para los que son de pensamiento rápido veloces en la acción y que quieren que todo se haga sin vacilación ni retrasos. Cuando se encuentran enfermos, están deseando curarse rápidamente. Les resulta muy difícil tener paciencia con las personas lentas, pues les parece un error y una pérdida de tiempo, y se esforzarán por hacer que esas personas sean más rápidas en todos los aspectos. Suele preferir trabajar y pensar solos, para poder hacer las cosas a su ritmo”.
8.  Mimulus (Mímulo):  Valentía para superar el miedo y transformar las impresiones que lo producen.  “Miedo a las cosas del mundo, a la enfermedad, al dolor, a los accidentes, a la pobreza, a la oscuridad, a estar solo, a la desgracia, los temores de cada día. Personas que llevan sus miedos en silencio y en secreto, sin hablar de ello libremente con otros.”
9.  Rock Rose (Heliantemo):  Heroísmo para superar el pánico que manifiesta el ego delante de situaciones límite.  “Es el remedio indicado para emergencias, accidentes, ataques o repentinas enfermedades. Especialmente en casos desesperados o cuando el enfermo está muy asustado o aterrorizado, o si la condición es lo bastante grave como para causar inquietud a los allegados. Si el paciente no está consciente, se le pueden humedecer los labios con el remedio”.
10.  Scleranthus:  Determinación para discernir entre dos posibles soluciones a un problema, utilizando el instinto. “Para aquellos que son incapaces de decidir entre dos cosas, inclinándose primero por una y luego por la otra. Suelen ser personas tranquilas, calladas que sobrellevan solas su dificultad, pues no se sienten inclinadas a dialogar.”
11.  Vervain (Verbena):  Entusiasmo para valorar nuevos puntos de vista y otros enfoques sin caer en el fanatismo.  “Los que tienen principios e ideas fijas, que están seguros de tener razón y que cambian rara vez.  Desean vehementemente convertir a sus opiniones a cuantos les rodean.  Tienen una gran fuerza de voluntad y mucho valor cuando están convencidos de las cosas que quieren enseñar.  En la enfermedad se debaten cuando otros ya lo habrían abandonado todo.”
12.  Water Violet (Violeta de agua):   Acercamiento a los demás para comprender y experimentar.  “Para quienes, en la salud o en la enfermedad, les gusta estar solos. Gente muy callada. Que se desplazan sin hacer ruido, hablan poco y con voz suave.   Muy independientes, capaces y seguros de sí.  No suelen influirles las opiniones de los demás. Son reservados, se apartan de quienes los rodean, se mantienen distantes y siguen su propio camino. Con frecuencia son inteligentes y con talento. Su paz y serenidad es una bendición para quienes los rodean.”
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Al continuar su trabajo fue descubriendo nuevos remedios los que denominó como Los Siete Ayudadores, esta serie de cuatro fueron descubiertos en el año 1933.
Gorse:  Donde la enfermedad forma parte de la persona, ha claudicado ante la vida.  “Gran desesperanza, personas que han perdido toda fe en que se pueda hacer algo por ellas. Si se les convence, o por complacer a los demás pueden probar diferentes tratamientos y al mismo tiempo asegurar a todos que hay poca esperanza de mejoría.”
Oak:     Para personas que siguen luchando a pesar de la dificultad.  “Para quienes se debaten y luchan denodadamente por su bienestar o las cosas de la vida cotidiana. Intentarán una cosa tras otra, aunque su caso parezca desesperado.  Seguirán luchando, pero descontentos de sí mismos en la enfermedad si ésta interfiere con sus deberes o les impide ayudar a los demás.  Son personas valientes, que se enfrentan a las grandes dificultades sin pérdida de esperanza o de esfuerzo.”
Heather:   Para personas que desean influir sobre las demás, y desean crear dependencia, personas con preocupación y obsesión por sí mismas y por la búsqueda de compañía.  “Para quienes están constantemente buscando la compañía de cualquiera, pues les resulta necesario discutir sus asuntos con los demás quienesquiera que sean. Son muy desgraciados si tienen que estar solos por un tiempo.”
Rock Water:   Para los idealistas, críticos y estrictos.  “Los que son muy estrictos en su forma de vida; se niegan a sí mismos muchas de las alegrías y placeres de la vida porque consideran que eso podría interferir con su trabajo.  Son maestros severos consigo mismos. Desean estar bien y fuertes y ser activos, y harán lo que crean conveniente para mantenerse así. Esperan ser ejemplos que atraigan a otros a seguir sus ideas y a lograr mejores resultados.”
Finalmente, escogió tres remedios más para completar la serie de los ayudadores, que fueron:
Vine:  Donde el deseo de ejercer el poder llega al máximo exponente.  “Gente muy capaz, segura de su capacidad, con fe en el éxito.  Como tienen tanta seguridad, creen que sería bueno convencer a los demás de que hagan las cosas como ellos, pues están convencidos de tener razón. Incluso cuando están enfermos, dan instrucciones a quienes les cuidan. Pueden ser muy valiosos en caso de emergencia.”
Olive:   Para personas que se agotan.  “Quienes han sufrido mucho mental o físicamente y se encuentran exhaustos y tan agotados que sienten que les faltan fuerzas para hacer lo que sea. La vida cotidiana les supone un gran esfuerzo y no les proporciona ningún placer.”
Wild Oat:   Para personas que no encuentran su camino.  “Los que tienen ambiciones para hacer algo importante en la vida, que desean adquirir mucha experiencia y disfrutar de todo lo que les sea posible, y vivir la vida intensamente. Su dificultad estriba en determinar qué ocupación han de seguir pues si bien sus ambiciones son fuertes, no tienen una vocación que les atraiga por encima de los demás. Esto puede producirles pérdidas de tiempo e insatisfacción.”
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Atendiendo con éxito a sus pacientes el Dr. Bach  fue realizando más investigaciones encontrando las diecinueve flores restantes:
Aspen:  Temores vagos de origen desconocido; aprensión, miedo inespecífico, pesadillas, temor a lo desconocido.- Potencial: Sensibilidad consciente.  “Vagos temores desconocidos, para los que no hay explicación ni razón. También la persona puede estar aterrorizada  ante algo pavoroso que va a ocurrir, no pudiendo precisar de qué se trata. Estos miedos vagos e inexplicables pueden obsesionarlo tanto de  día como  de noche. Los que los padecen suelen tener miedo a contar sus preocupaciones a los demás.”
Beech:   Itolerante, crítica, juicio a los demás.  Potencial: Capacidad de comprensión.  “Para quienes sienten la necesidad de ver más belleza y bien en cuanto les rodea. Y aunque muchas cosas parecen estar mal, tienen la capacidad de ver el bien en torno de ellos. Para poder ser más tolerantes, indulgentes y comprensivos con las distintas formas en que cada individuo y cada cosa tienden hacia su perfección.”
Cherry Plum:  Miedo a perder el control de sus actos, a cometer acciones terribles y a enloquecer. Pensamientos irracionales persistentes. Arrebatos incontrolables. “Miedo al descontrol mental, a que le abandone la razón, a hacer cosas temibles y horribles, indeseables y perjudiciales, pero que aun así se piensa en ellas y se siente uno impedido a realizarlas.”
Chestnut Bud:   Repite los mismos errores, no aprende.  “Para los que no sacan todo el provecho de la observación y la experiencia, y a quienes cuesta más trabajo y tiempo que a otros aprender las lecciones de la vida cotidiana”.
Crab Apple:   No acepta la imperfección.   Flor de la limpieza para quién tiene la sensación de estar sucio y ser impuro, baja autoestima y terror a contaminarse.  “Es el remedio de la purificación.  Para quienes sienten como si hubiera en torno a ellos algo no muy limpio”.
Elm:   Viga energética.  Abrumado por sus responsabilidades.  Piensa que no es capaz de cumplirlas.  “Para quienes hacen un buen trabajo, siguen la vocación de su vida y esperan hacer algo importante, y con frecuencia en bien de la humanidad.
Holly:   Falta de amor, celos, envidia, odio, desconfianza, odio y rencor. Carece de compasión. Para quienes necesitan amor.  “Para los que se ven frecuentemente atacados por pensamientos como la envidia, la venganza, la sospecha, o padecen distintas formas de vejación.  Por dentro pueden sufrir mucho, aun cuando no exista una causa real de su desdicha.”
Honeysuckle:   Vive en el pasado. No vive el presente. Nostalgia. Añoranza del pasado y los buenos tiempos.  “Para los que viven demasiado en el pasado quizá añorando una época de gran felicidad o a un amigo muerto o recordando ambiciones que no se hicieron realidad. No esperan felicidad como la que tuvieron.”
Hornbeam:   Cansado de la rutina, cansancio mental.  Agotamiento mental por hastío. “Para aquellos que sienten que no tienen fuerzas suficientes, mentales o físicas, para llevar la carga de la vida sobre los hombros, los asuntos cotidianos les parecen demasiado, si bien suelen cumplir con su tarea de forma satisfactoria. Para quienes creen que una parte de la mente o del cuerpo necesita fortalecerse antes de que puedan hacer bien su trabajo.”
Larch:  Sin autoestima, timidez.  Sentimiento de inferioridad. Espera fracasar.  “Para quienes no se consideran tan aptos o tan capacitados como quienes le rodean, esperan el fracaso, sienten que nunca harán nada bien, y por eso no se arriesgan ni se esfuerzan por tener éxito.”
Mustard:  Depresión severa o de causa desconocida.  Depresión y tristezas de causas desconocidas, que aparecen y desaparecen sin motivo.  “Para quienes están expuestos a temporadas de melancolía, o incluso desesperación, como si les cubriese de sombras una negra nube fría que ocultase la luz de la alegría de vivir. Resulta difícil encontrar una razón o explicación para esos estados repentinos.  En estas condiciones es prácticamente imposible mostrarse feliz o alegre.”
Oak:   Adicción al trabajo.  Luchar desesperadamente contra la corriente y sin descanso. Dedicación obsesiva al trabajo.  “Para quienes se debaten y luchan denodadamente por su bienestar o las cosas de la vida cotidiana. Intentarán una cosa tras otra, aunque su caso parezca desesperado”.
Pine:   Culpa, autoflagelación.   Desesperación por sentimiento de culpa y autorreproche. “Para quienes se culpan a sí mismos, incluso cuando algo les sale bien, piensan que podían haberlo hecho mejor, y nunca están satisfechos de sus esfuerzos o de sus resultados. Trabajan mucho y sufren demasiado con los errores que se atribuyen a sí mismos.  A veces, los errores fueron cometidos por terceros, pero ellos se sienten responsables también.”
Red Chestnut:  Preocupación excesiva por el bienestar de los seres que ama. Miedo a que les suceda algún daño a los seres queridos. Preocupación por ellos.  “Para quienes les resulta difícil no inquietarse por lo demás en exceso. Con frecuencia han dejado de preocuparse por si mismos pero pueden sufrir mucho por las personas a las que aman, anticipando desventuras que pueden ocurrirles.”
Star Of Bethlehem:  Trauma reciente o antiguo no superado. Secuelas de traumatismos físicos y mentales.  “Para los que están muy angustiados por circunstancias que produjeron un gran impacto negativo emocional”.
Sweet Chestnut:   Angustia existencial extrema, estar al límite.  Desesperación profunda. Sienten que han llegado al límite del sufrimiento.  “Para esos momentos que tienen algunas personas en los que es tan grande la angustia que les parece absolutamente insoportable.  Cuando la mente o el cuerpo se sienten al límite de sus fuerzas y ya no pueden más.  Cuando parece que ya sólo queda la destrucción y el aniquilamiento.”
Walnut:  Cambio, ruptura, evolución.  Indecisión para iniciar etapas nuevas o manejar situaciones difíciles.  “Para los que tienen ideales y ambiciones bien definidas en la vida los cumplen, pero en algunas ocasiones se ven tentados de apartarse de sus propias ideas, propósitos y trabajo, o por el entusiasmo, convicciones o sólidas opiniones de los demás. El remedio da constancia y protege ante influencias externas.”
White Chestnut:   Obsesiones, reverberaciones mentales.  Rumiación torturante de ideas. Diálogos internos.  “Para quienes no pueden evitar pensamientos, ideas, argumentos que no desean que entren en sus mentes. Suele darse esta circunstancia en épocas en las que el interés del momento no es lo bastante intenso como para colmar la mente. Los pensamientos preocupantes se quedan ahí, o si se desechan por un momento, vuelven enseguida. Parecen dar vueltas y causar un tormento mental. La presencia de tales ideas acaba con la calma e interfiere con la capacidad de concentrarse solamente en el trabajo o en el placer del momento.”
Wild Rose:   Resignación, apatía, renuncia final.  Desinterés, apatía, resignación, capitulación. Falta de motivación.  “Para quienes, sin razón suficiente aparente se han resignado a cuanto ocurre y se limitan a pasar por la vida, tomándola como viene, sin esforzarse por mejorar las cosas y hallar contento. Se han rendido sin lamentarse a la lucha por la vida.”
Willow:   Resquemor, victimización, amargura.  Se siente víctima del destino. Resentimientos.  “Para quienes han sufrido una adversidad o una desgracia y les resulta difícil aceptarla sin quejas o resentimientos, pues juzgan la vida por el éxito que aporta”.
Rescue Remedy: crisis, urgencia.

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El Dr. Edward Bach continuó trabajando y dando conferencias mientras que a la vez entrenaba a sus asistentes, para que pudieran continuar su trabajo.  Una vez que hubo desarrollado los 38 remedios, supo que no hacían falta más, ya que cubrían todos los estados negativos mentales que provocaban la enfermedad.
El 27 de noviembre de 1936 murió mientras dormía, contento de haber completado su misión.   Entregó la responsabilidad de continuar su labor a sus amigos y colegas, a quienes había formado.  También pidió que en su hogar quedara la fuente de sus descubrimientos, el Centro Bach de Mount Vernon.   Allí se siguen preparando los remedios, según sus indicaciones.

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El Hombre, un ser con Alma:
Bach postuló la existencia de una polaridad básica entre dos instancias:  el alma y la personalidad.  El alma es lo permanente, lo inmortal, la energía esencial, lo trascendente y la personalidad, lo transitorio, lo mortal, el accidente y lo inmanente.    La meta del alma es alcanzar la perfección.  Perfección equivale al despliegue de las potencialidades, a la individuación o realización.
El camino para tal fin consiste en el recorrido de un proceso de evolución que finaliza al alcanzar la perfección.
Este proceso de evolución va desde la falta a la completud, del error a la verdad, de la ignorancia al conocimiento y del defecto a la virtud.
El hombre posee un alma que es su ser real y que tiene una función rectora.  Ella dirige y ordena nuestra vida y es también  la esencia de lo que somos y su “naturaleza invencible e inmortal” es consecuencia de que ella es una “chispa del Todopoderoso”.   Como podemos ver, algunos autores vinculan el alma con el Yo Superior.  Bach la denomina “nuestro Ser Divino”, “nuestro Ser Superior”, “nuestro Ser Real”, de modo tal que acentúa el carácter de ser que posee el alma.
El alma es para Bach la estructura estructurante de nuestra vida, la guía de nuestra evolución.  Su naturaleza es de carácter preontológico, es decir, preexistente al sujeto (personalidad).  En este sentido, si el sujeto es ser en el tiempo, y ésta es su posición ontológica, el alma al poseer una naturaleza preontológica es atemporal.
La terapia floral es fundamentalmente una terapia del alma; es así que tenemos que tener en cuenta siempre cómo el cambio se arraiga y se estabiliza en el cuerpo y cómo se libera y se ilumina a través del espíritu.

La Terapia Floral y el Concepto de Enfermedad:
Bach hace una revalorización de la experiencia de la enfermedad, colocándola como parte de un proceso y de un proyecto.  Sólo si la leemos dentro de esa realidad, aquélla toma un cuerpo comprensible.  El concepto que Bach tiene de la enfermedad pone en  relieve una faceta de los males del hombre que el pensamiento y la ciencia habían olvidado.
Sobre esta base diseña los siguientes postulados:
a)  La enfermedad no es un mal a suprimir sino un beneficio a comprender:     
Para Bach la enfermedad es beneficiosa en el hecho de que el dolor, el sufrimiento, el malestar sirven de señales que nos indican la necesidad de aprender la lección “que de otro modo nos habría pasado desapercibida y que no puede erradicarse mientras que no se aprende la lección” .   La  enfermedad es una oportunidad de vida.  No es algo negativo sino que es la expresión manifiesta de un defecto a corregir para seguir avanzando en el proceso de evolución hacia la perfección.
b)  La enfermedad es consecuencia de un conflicto:
La enfermedad es el fruto de un conflicto entre el alma y la personalidad.  El alma representa nuestra orientación trascendente y la personalidad nuestros intereses inmanentes.  El conflicto entres estas dos orientaciones representa la lucha entre la voluntad de transformación y la voluntad de conservación.
El hombre, en tanto vive, vive en situación de conflicto.  La inexistencia de conflicto es un ideal que no se compadece con la realidad.   Sin embargo, la vía de resolución del antagonismo entres las instancias del alma y la personalidad consiste en la sujeción de esta última a los dictados y el plan de vida de la primera.
c)  La enfermedad es producto de la acción de factores personales y transpersonales:
La enfermedad es también el resultado de la combinación de causas personales y transpersonales.  Los factores personales son el egoísmo y el aislamiento; es decir, el ejercer una acción contraria o cruel hacia los otros y la tendencia a la disociación.   Dentro de los transpersonales incluimos la acción kármica y la influencia negativa de los semejantes debido al hecho de la ligadura que nos une a ellos por formar parte de la misma red.
Con respecto a los factores personales Bach dice “…la disociación entre nuestra alma y nuestra personalidad y el mal o la crueldad frente a los demás… cualquiera de estas dos cosas da un lugar a un conflicto que desemboca en enfermedad”.
Con respecto a los transpersonales  vale la pena subrayar que el alma viene a esta encarnación con un pasado previo de vidas anteriores y que desde este espacio ciertas determinaciones actúan como factores predisponentes a la emergencia de síntomas específicos.  Sin caer en la aseveración de “la enfermedad como karma” es necesario, y Bach lo hace, dar un lugar a esta serie etiológica en la causa efectiva de los padeceres humanos.
d)  La enfermedad no es material en su origen:
El origen de la enfermedad no hay que buscarlo, para Bach, en el campo donde aparece.  “Lo que nosotros conocemos como enfermedad es el último resultado producido en el cuerpo, es el producto final de fuerzas profundas y duraderas.  Las enfermedades son defectos, como el orgullo, la crueldad, el odio, el egoísmo, la ignorancia, la inestabilidad y la codicia.  Detrás de cualquier síntoma físico o psíquico que el hombre pueda sufrir, se encuentran algunos de estos defectos que son su causa subyacente”.
e)  En la enfermedad no hay nada accidental:
Para Bach el modo y la manera en la cual una enfermedad se manifiesta, el órgano o la función que se afecta no deben verse como obra  de la casualidad, sino de causalidad.  Esto tiene como consecuencia pensar en los síntomas de la enfermedad como significante en una trama de significados, como señales que expresan simbólicamente la naturaleza del defecto que es causa y sostén del dolor actual.  Así, por ejemplo, la soledad, los diálogos internos, las ideas torturantes tienen que ver con el odio; los dolores son expresión de crueldad, etcétera.
Dentro de este marco, los síntomas de una enfermedad son signos que indican el ajuste o no al sendero que conduce al alma por el “recto camino de la evolución”.
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Emociones Negativas y Terapia Floral:
Bach percibió la oscuridad interior del ser humano.  Reconoció la importancia de las emociones destructivas como la depresión, la envidia, la culpa, el resentimiento, el odio y el miedo entre otras.  Conjuntamente con otros pioneros de la medicina psicosomática, se dio cuenta del efecto devastador que las actitudes y las emociones  en desequilibrio tienen sobre el cuerpo humano.  Sin embargo, Bach fue aún más allá al saber que la verdadera salud se basa en una conexión de la propia vida y del destino personal con un propósito superior.  Más aún, comprendió que las sustancias capaces de promover el cambio profundo en el alma y el cuerpo humano pueden encontrarse en la naturaleza misma.
Las esencias florales, por contraste, dejan el alma en libertad;  alientan en lugar de forzar el cambio, ejerciendo su efecto por resonancia vibracional en lugar de la intervención bioquímica.   Su efecto es evocativo, similar al impacto de una conversación con un amigo sabio a quien le importamos.  Las esencias estimulan un diálogo interior con los aspectos escondidos del yo, despertando arquetipos psicológicos profundos y posibilitándonos a acceder a su mensaje.   Como resultado de ese “hablarle a nuestra alma”, se producen cambios emocionales y mentales muy profundos, que pueden luego también producir alteraciones fisiológicas.  Pero estos cambios no vienen impuestos desde el exterior; tienen lugar desde dentro de nosotros, a través de nuestra propia experiencia y esfuerzo.
Las esencias florales son catalizadores que estimulan y energizan el proceso de transformación interior, mientras que nos dejan libres para desarrollar nuestras capacidades innatas.   Su uso es más adecuado en un contexto de desarrollo interior a través de la autoobservación, el diálogo y el asesoramiento.   Por tal motivo, no son usadas para tratar enfermedades en particular.   Antes bien, las esencias florales nos ayudan a aprender las lecciones de cualquier dolencia, para enfrentar los desafíos que se le presentan a nuestra alma por vía del sufrimiento y el dolor emocional y físico, para así transformar nuestras vidas.  Tal metamorfosis promotora de salud puede eliminar en forma natural muchos síntomas físicos dolorosos, pero el objetivo primario sigue siendo la evolución del alma.  A diferencia de los medicamentos calmantes del dolor y supresores del síntoma, que pueden crear dependencia a largo plazo cuando se usan para controlar estados crónicos, las esencias florales estimulan cambios duraderos en la conciencia, que continúan siendo parte de nuestras vidas luego de dejar de tomar las esencias. 
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Sombra, Polaridad y Esencias Florales:
Las esencias florales son  una expresión de la integración de polaridades en nuestra psique, tal como lo ha entendido la alquimia y la Psicología Analítica Jungiana.
El concepto acuñado por C.G. Jung de “Sombra” por una lado definido como la totalidad de lo inconsciente que al igual que Freud define el inconsciente como todo aquello que cae fuera de la consciencia, Jung mantiene el mismo postulado adaptándolo a su propio corpus teórico, en el que el inconsciente tiene además de la dimensión personal, una colectiva, el “inconsciente colectivo”.
En segunda instancia, la Sombra se designa al aspecto inconsciente de la personalidad, caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo consciente no reconoce como propios.  Es  la suma de todas las disposiciones psíquicas personales y colectivas que no son asumidas por la consciencia por su incompatibilidad con la personalidad que predomina en nuestra psique. Estos contenidos rechazados no desaparecen, y cuando cobran cierta autonomía se constituyen en un agente antagonista del yo, que mina los esfuerzos de éste. Por otra parte, en la conciencia también se produce en ocasiones una sensación de desequilibrio, producida por la añoranza de aquello que no aceptamos o no sabemos encontrar en nosotros mismos: de ahí el carácter marcadamente ambivalente de lo inconsciente, que según los casos puede actuar tanto como recuerdo antagónico, que pone de manifiesto las carencias del yo consciente como en alivio compensatorio de esta misma insuficiencia.
Al igual que Bach, Jung pensaba que el trabajo de hacer consciente nuestra naturaleza es una tema de cuestión moral, una suerte de metanoia el transformar nuestra actitud para poder mirar directamente a los ojos de la sombra, es decir, a nuestros propios ojos.   La idea de que, para vivir una existencia auténtica, es necesario afrontar lo mejor y lo peor que hay en nosotros.  Esta idea no es nueva, son muchos los teólogos y filósofos de diversas tradiciones que han subrayado la realidad oculta de nuestra naturaleza y su valor implícito.
Como dijo William James “No existe la menor duda de que la fijación exclusiva en las facetas positivas de la vida resulta inaceptable en tanto que sistema filosófico, porque los hechos negativos que tan denodadamente nos negamos a admitir constituyen una parte insoslayable de la realidad; y no sólo eso sino que esas facetas negativas podrían contener una clave que nos permitiera abrir nuestros ojos a los niveles más profundos de la verdad y comprender el sentido de la vida”.
La sombra es lo opuesto a lo que aceptamos, reconocemos y con lo que nos identificamos: nuestra máscara. Funciona en oposición y debate permanente con la máscara o personalidad y de la tensión entre ambos aspectos, de ese conflicto estructural e inherente a la naturaleza humana, surge el movimiento de avance de la vida.
El hombre tiene anhelo de conocer lo que desconoce, recordar lo que ha olvidado y en la medida que “sabe mas de sí” crece, en la medida que conoce más de sí, se integra más y evoluciona. Después de todo, ser más es unirse más y para ello necesita dialogar con la sombra, aceptarla y descubrir que en ella puede encontrar un aliado.
El trabajo con la sombra no tiene tanto que ver con la cura de la enfermedad o la resolución de un problema como con aprender a relacionarnos con el misterio.  De esta manera la tarea de la Terapia Floral consiste en desconstruir o disolver nuestras máscaras y ponernos en contacto, cercano e íntimo, con nuestra sombra. Las palabras del Dr. Bach acerca de que el objetivo del arte que él creara no era otro que ayudar a descubrir la causa real del enfermar, ponen blanco sobre negro que la Terapia Floral (en lenguaje moderno) es una Psicoterapia sostenida por esencias florales y que es muy distinto prescribir flores que ser Terapeuta Floral.
Que la Terapia Floral no persigue la superficie transitoria sino la permanente profundidad del alma, no la búsqueda de transformar el dolor en bienestar, el fracaso en éxito, sino el contribuir al logro de la individuación personal.
Cada paciente que  consulta, cada ser humano que transita por el mundo, necesita alcanzar un cierta coexistencia (armonía) entre los tensores polares que lo hace ser lo que es. Este antagonismo la ciencia lo expresa de muchas maneras. Por ejemplo, la Antropología estructural habla de naturaleza y cultura, el Psicoanálisis de inconsciente y consciente, la Psicología Jungiana de arquetipo y símbolo, la Física de partícula y onda, la Medicina Tradicional China de Yin y Yang. Nuestra vida cotidiana, casi inadvertidamente, funciona en términos de bueno o malo, hombre mujer, Dios diablo, blanco negro, luminoso oscuro, alto bajo, propio ajeno, izquierda derecha. Nuestro cuerpo vive en diástole y sístole, tensión y relajación, inspiración y expiración y nuestros sistemas y órganos hacen antagonismos entre ellos y todo para producir el movimiento de la vida. Así el corazón y el hígado tienen una relación emocional y orgánica de necesidad dispar, como ejemplo.
Del mismo modo la sombra se enfrenta a la máscara, como la resistencia de una enamorada que crea una mayor corriente de atracción con su negativa a dejarse conocer.

Integración de  la Sombra:
Esto supone comenzar conscientemente el proceso de individuación reconociendo y vivenciando los contenidos de nuestro inconsciente personal.  Percibir la sombra es como mirarse en un espejo que nos muestra los recovecos de nuestro inconsciente personal, y, por lo tanto, aceptar la sombra es aceptar el “ser inferior” que habita en nuestro interior.
La sombra que todavía no ha sido integrada en la conciencia origina multitud de proyecciones. La sombra proyectada es la causante de la gran mayoría de los actos cotidianos en los que la intercomunicación es obstruida por “ruidos” psíquicos. Acusamos a los demás de defectos que anidan en nuestro interior y que no nos gusta reconocerlos.  Entrar en contacto con la sombra es el paso inicial del proceso terapéutico.
Es aceptar que somos dos y que “ambos dossomos “uno mismo”. Que todo Vervain en la personalidad esconde un Water Violet en su sombra, que todo Rock Water un Cherry Plum como todo Vine un Centaury y que el trabajo floral consiste, en una buena parte, en lograr que la persona reconozca lo que proyecta fuera de sí y considere sus síntomas, sus vínculos y sus sueños como espejos que le devuelven la madera de que esta hecha su alma.
Esta es una actividad bien difícil porque nos cuesta ver en nosotros lo que rechazamos en otros, así como el descontrol, desorden y desborde del Cherry Plum le resulta intolerable aceptar al Rock Water o como el Vervain se enoja con la actitud de desdén y superioridad de un Water Violet. La intolerancia y el enojo denuncian la presencia en la propia sombra de lo que se rechaza en el otro. Dicho sea de paso, estas consideraciones implican una estrategia prescriptiva a la hora de seleccionar los remedios florales.
Entonces, la primera labor terapéutica es que  la persona entre en contacto con aquellos aspectos suyos que hasta ahora desconoce  y que los sienta como propios.  Concretamente que incorpore los afectos que por ausentes se vuelven como síntomas, ya que el síntoma es y será finalmente el resto conmemorativo de una emoción suprimida.

Efectos sutiles y a largo plazo
Hay un espectro completo de respuestas a las esencias florales.  Algunas personas informan haber obtenido resultados intensos de forma inmediata y discernible.  Otros parecen no notar diferencia alguna y pueden percibir sólo leves cambios en su bienestar y sus estados emocionales y  mentales después de un período considerable de tiempo.  La mayor parte de las personas responden a las esencias en un nivel que estaría en medio de esta escala.
Los efectos de las esencias florales son sutiles y acumulativos.  Dicho de otro modo, es raro que alguien experimente una catarsis o una transformación de forma inmediata.  Las esencias obran día a día, en forma gradual desde dentro hacia afuera, al despertar las fuerzas curativas y la transformación interior.  Resulta crucial tener paciencia, respaldada por constancia, para que las esencias florales sean efectivas.
Debido a que las esencias se usan para transformar la vida interior, es posible que no las experimentemos  de manera muy directa.  Es más probable que observemos sus efectos a través de un período de tiempo, a medida que notamos cambios sutiles en la forma en que actuamos, en la forma en que nos vemos a nosotros mismos y a los demás, o incluso diferencias muy reales en nuestro sentido de bienestar físico.  Con frecuencia son los demás –nuestros amigos, nuestra familia o nuestros compañeros de trabajo- quienes notan primero los cambios en nuestras actitudes y comportamientos y nos llaman la atención sobre ellos.
El trabajo con esencias florales exige extender nuestro pensamiento más allá del supuesto materialista de que “más es mejor”.  Las esencias florales, así como otros remedios vibracionales, ilustran el principio de que “lo pequeño es más hermoso”.  Son parte de un campo emergente de terapias sutiles, no invasivas y de realce de la vida, que prometen hacer una gran contribución al cuidado de la salud en los años venideros.

“Si seguimos nuestros propios instintos, nuestros propios deseos, nuestros propios pensamientos y nuestras propias aspiraciones, jamás conoceremos otra cosa que la felicidad y la salud”
                                                                        Angela Valladares M.


Bibliografía:
“Bach por Bach”, Edward Bach, Ed. Continente, 7º Edición, 2005.
“Repertorio de Esencias Florales”, P. Kaminsky y R. Katz, Ed. Indigo, 1998.
“Vivir con la Sombra”,  C. Zweig y S. Wolf, Ed. Kairos, 1997
“Sombra, polaridad y esencias florales”, artículo, Eduardo H. Grecco.

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