Gracias, gracias, gracias Por Julio Andrés Pagano
Esta es la gota de amor más pura,
reluciente y cristalina que jamás viste brillar. Viene desde tu bello
mundo interno, a modo de señal, para que puedas observar cómo el
extraordinario río de la existencia ya relumbra, y comienza a aflorar, a
través de quienes sienten abrirse para recibir la llegada de la Era
Dorada. Gracias por ayudar a humanizar. Gracias por inspirar. Gracias
por iluminar. Gracias por amar y Ser parte del cambio. De todo corazón:
Gracias, gracias, gracias.
Ese río interno que ahora, con fuerza,
sentimos emerger no se formó por azar. Es la suma de gotas y más gotas
de amor que entre todos aportamos. Por eso hoy, a seis años del mensaje
que llamé “Una gota más”
(http://www.proyecto-despertar.com.ar/notas.htm), sólo tengo palabras de
profundo agradecimiento porque te vi sumar, te vi ayudar. Fui testigo
de tu transformación. Presencié cómo fuiste capaz de seguir dando pasos
por amor cuando todo hacía suponer que la tarea emprendida era una causa
perdida.
Saber que estabas ahí, abriendo tu
corazón en la adversidad, me infundía coraje para levantarme y sumar
nuevas gotas. Así fuimos compartiendo un hermoso peregrinar, que nos
permitió adentrarnos por lugares densos e inhóspitos, que sirvieron de
marcos perfectos para aprender a confiar, sentir y reír, abriendo sendas
de luz.
En ese primer mensaje había una clara
invitación a sumar, que de corazón aceptaste. ¿Recordás cómo empezaba?:
“Unas tras otras, las gotas van cayendo. Nada parece transformarse. El
goteo es casi imperceptible. El cansancio y la desolación dicen
presente. El paisaje desértico de esperanzas crea la falsa ilusión de
que nada va a cambiar. El vacío interior se agiganta. Las gotas siguen
cayendo, expanden su vibración. La mente sostiene que todo está perdido.
El corazón no se deja engañar, escucha cómo las gotas continúan
brotando y ríe de felicidad. Su sabiduría le anuncia que el río está
emergiendo. Libere sus compuertas. Ayude a que el agua corra. Sume para
que el río de la conciencia espiritual irrumpa en todo su esplendor”.
Ese río del que hace tiempo te hablaba es
ahora una vibrante realidad. Por eso, en este último mensaje, quiero
darte mis sentidas gracias por todo lo vivido y por todo lo que hemos
compartido. Mi compromiso álmico de alentar hoy finaliza, dando cierre a
un mágico e intenso período de enriquecedoras enseñanzas. Internamente
siempre supe que esta sería la fecha hasta la que te habría de
acompañar, por eso me siento feliz, y plenamente agradecido, no sólo por
haber cumplido, sino por haber tenido el honor de caminar a tu lado.
Gracias por sumar, con tanta calidez,
dedicación y amor, tus valiosas gotas. Gracias por tu constancia, por tu
fe y entrega. Puede que nuestros caminos se vuelvan a cruzar. Mientras
tanto, sonriendo bajo los rayos del Sol naciente, mi alma te celebra, mi
espíritu te aclama y mi corazón fuertemente te abraza, mientras por
dentro te dice: Gracias, gracias, gracias, por animarme a sentir, por
inspirarme a confiar y ayudarme a desplegar mis alas.
GHB - Información difundida por http://hermandadblanca.org/
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