El sufrimiento está en el interior, no depende del afuera.
Cuando la
gente me habla de su sufrimiento tengo la certeza de que ese sufrimiento
está en su interior, que no depende del afuera, y puedo guiarles hacia
una mente clara. ¿Cómo se hace?
Desenmascarando
los engaños mentales, esas emociones aflictivas como el orgullo, el
apego, el enfado y otras mentes dañinas que son adventicias, que no
forman parte intrínseca de nuestra mente y, por lo tanto, se pueden
eliminar. ¿Por qué están tan arraigados?
Porque nos enseñan a hacer, a ser, pero no quiénes somos. ¿Cómo desarrollar esa mente sabia en nuestras ajetreadas vidas?
El
mundo se ha hecho tan pequeño, influimos tanto los uno en los otros,
que es necesario que trabajemos juntos. Científicos, psicólogos,
representantes de diferentes religiones, humanistas, filósofos…, juntos
debemos cambiar el enfoque de fuera a dentro por lo contrario. De dentro a fuera.
Exacto,
porque, si no, nada tiene sentido. Nos casamos, tenemos hijos, amigos,
trabajos…, y hacemos todo eso para ser felices, sin éxito. Ya.
…Esas
cosas buenas de la vida en las que ponemos todas nuestras esperanzas
están irremediablemente unidas al sufrimiento si no somos capaces de
observar la propia mente e identificar las emociones dañinas. Estamos
llenos de voces aflictivas (apego, enfado, orgullo, avaricia, rabia,
ego, miedo… ) y creemos que esas voces somos nosotros. Es difícil corregir lo que no identificas.
Por
eso necesitamos que la ciencia, la sociología y la religión investiguen
juntas y nos ayuden a comprender. Juntos…, estemos juntos. ¿De qué manera?
Ejercicios
cotidianos de escucha a uno mismo, de conexión. Eso nos lleva a una
mente positiva, que es la única capaz de bondad. Comprender que el
sufrimiento surge de ti mismo es algo radicalmente transformador que
cambia tu mirada hacia el mundo y, por tanto, cambia el mundo. Es
poderosísimo. ¡Ha invertido usted 30 años!
Toda la vida, porque la desconexión de uno mismo es enfermedad, es confusión, es locura.
Mi
gran responsabilidad es mantener mi mente pura. Así he encontrado la
felicidad dentro de mí y puedo transmitir, irradiar felicidad a los
otros, contagiarlos, cuando están a mi lado. ¿Qué le ha sorprendido del mundo?
La rueda del sufrimiento humano. Quien sufre inflige sufrimiento. ¿Cómo cultivar la felicidad genuina sin ser monje?
Hay
que estar alerta a nuestro enemigo, la mente aflictiva cuyo producto es
la rabia. Y cuando te sientes ofendido por un comentario o una actitud
ajena, hay que recurrir al amor, la paciencia, la tolerancia y la
amabilidad. Pero…
…Sin cuestionarlo, se ha de convertir en un acto reflejo: acudir a la esencia. Extracto de una entrevista con el Lama Jampa Monlam. Fuente: La Vanguardia
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