¿Sufres o sanas?, ¿cual es tú naturaleza?
El hombre ha creído durante milenios que su naturaleza era sufrir,
creyó que nuestro paso por este mundo estaba basado en el dolor, el
sufrimiento, la escasez y la privación de todo aquello que le podía dar
satisfacción o alegría. Creyó que había venido a esta dimensión a
padecer y a expiar sus pecados o errores. La verdad nada más lejos de la
realidad…, nuestro trabajo, nuestra misión o servicio está basado en
llegar a comprender que… venimos a aprender desde los niveles más bajos
de la creación, a través de la experiencia y la elección de vivir
aquello que decidimos y elegimos.
El ser humano se ha autoimpuesto sus
propias barreras…, sus propios aprendizajes para crecer, para crear
desde la ignorancia de no saber quien Es realmente…, él debe investigar y
explorarse a sí mismo para descubrir su naturaleza, su verdadera
identidad…
Eligió un mundo sostenido por la
diversidad, la variedad y destinado al estudio y su integración, pero
debe hacerlo desde su interior y no buscando las claves de sus vivencias
desde el exterior… El hombre no vino a este planeta a analizar,
sintetizar y explorar el exterior, sino su relación con él y cómo lo
resuelve y actúa desde dentro de él…
Cuando el individuo aprende a
reconocerse, a verse, a observarse a sí mismo sin juicio, sin culpa,
miedo o control a aquello que se escapa a su comprensión o
entendimiento, entonces comienza a sanar sus heridas físicas,
emocionales, energéticas y de cualquier índole.
El hombre es Poderoso…, es
grande pero se perdió en la ignorancia de no saberse encontrar, o
reconocer… más allá de la materia y de las formas de pensamientos. Negamos nuestras propias creaciones, nuestras elecciones, erradas o acertadas, eso no importa.
El ser humano enfermo…, perdió su vitalidad, su fuerza, su voluntad al olvidarse de quién era…, qué era y de dónde venía…
Se centró en las creaciones menos activas y menos positivas, en las
deficiencias y la falta… creando desequilibrios energéticos que
acarrearon desarreglos energéticos y como consecuencias enfermedades de
todo tipo: física, psicológica, emocional y material.
La enfermedad no es más que la
ausencia de armonía, de equilibrio, la falta de calma, de paz interior,
es la ignorancia y el olvido de no saber-te quién eres, y de donde
vienes, Es la enfermedad del no Ser…
Para sanar primero de todo debemos de
empezar a querer conocernos realmente a nosotros mismos, y a amarnos con
nuestras virtudes o defectos, pero desde la aceptación de todas
nuestras conductas y vivencias sean cuales sean, eso no tiene ningún
poder.
Busquemos nuestra verdad,
nuestra identidad, nuestros límites, nuestras reacciones, acciones,
nuestros códigos internos y su origen sin miedo o aprensión, para
reconocerlos y sanarlos…
Para sanar tenemos que buscar más en las
motivaciones o el origen de nuestros conflictos, de nuestras luchas
internas, de nuestras necesidades, carencias o creencias que asumimos
ser y que no son nuestra verdad natural…, pero no para justificarnos, no
para criticarnos o tener un concepto distorsionado de lo que somos,
sino para conocer aquello con lo que nos identificamos y que nos afecta,
controla o limita nuestras experiencias, capacidades o conductas y
realidades.
Para sanarnos debemos conocernos profundamente…, sin miedo, juicio, vergüenza… o culpa.
El ser humano eligió crecer desde la
ignorancia, eligió aprender a re descubrirse, a crecer a través de la
experiencia y de la práctica interior, pero no exterior, sólo que no lo
recordamos aún.
El mundo no está fuera de nosotros, el
mundo no es fuera de nosotros, nosotros no somos desde fuera, nosotros
Somos el Mundo… y somos desde dentro…
Creímos que teníamos que adaptarnos al
exterior, que teníamos que asumir roles y papeles, aunque no nos
identificásemos con ellos. Nada más lejos de la realidad, el ser humano
es Creador por naturaleza…, es decir, crea lo que proyecta desde su
interior, por ello si nos centramos en aquello que no somos o que no
tenemos, es lo que creamos…
Cuándo te conoces, llegas a la
conclusión que tu vida es el resultado de tu mente y tu mundo interior,
que nada de lo que te rodea es ajeno a ti, que de alguna manera la
atrajiste hacia ti, quizás de manera inconsciente.
El hombre es pura energía… y
como tal la energía es maleable…, es decir actúa según las corrientes
que recibe, no puede existir nada en nuestras vidas que no hayamos dado
pie nosotros de alguna manera.
Para sanar debes realizar una
observación profunda de tu interior, es decir descubrir donde no existe
coherencia y equilibrio en tu vida y mundo. Es necesario que revises tus
emociones más profundas, que identifiques donde hay una fractura de tu
ser, de tu esencia y de tu vida.
¿Donde hay conflictos en tu vida?
¿ Oyes a tu corazón o te dejas llevar por la mente y los juicios ?
¿Que haces con esas luchas internas?
Sea cuál sea el área o áreas enfermas de
tu vida, hay un descuido, una desatención, un olvido, un conflicto
interior…, no escuchas a tu corazón y allí donde no eres coherente
contigo mismo, no actúas de acuerdo con tu esencia, con tu naturaleza,
con lo que realmente sientes. Por tanto, piensas, sientes y actúas en
total desacuerdo contigo mismo…, aquí está la enfermedad…, el
desequilibrio y la fisura energética y sistemática.
Hay enfermedades que pueden tener un
origen genético, la verdad es que nuestro ADN es sabio y guarda
información, registros de todas las vivencias y experiencias vividas,
que son transmitidas durante generaciones. El origen es el mismo, es
decir, una fractura energética no subsanada, olvidada e ignorada, un
dolor que no se escuchó, una herida profunda a la que no se le dio la
debida atención y no se Sanó…
Si queremos sanar sea lo que
sea, intentemos y busquemos el origen, la causa que lo provocó, aquello
que escondimos, que ocultamos y que nos hizo daño, nos dolió
profundamente y guardamos en nuestros registros, no lo sanamos,
provocando una fractura, una fisura en nuestro cuerpo energético y
después el cuerpo físico.
Cuando empiezas a sanar en primer lugar
aparece todo aquel dolor reprimido y escondido, las heridas y huellas
grabadas en nuestro subconsciente e inconsciente, debemos reconocerlo
para liberarlo, debemos mirar con suavidad, para aprender y sanar.
La enfermedad tiene un origen energético, antes que físico.A
partir de aquí empezamos a sentirnos un poco más libres, la carga
empieza a sentirse más light, comenzamos a entender el porqué de
nuestras acciones, reacciones, sufrimientos y dolores, esta es la puerta
para la sanación, para la libertad, nuestra libertad y la libertad de
lo que somos…
Podemos mejorar cualquier enfermedad con
la medicina tradicional, pero si no sanamos la raíz, la causa, el
origen que la ocasionó volverá a aparecer, no importa cuanto tarde o
incluso si no es a nosotros, sino a nuestra descendencia.
Por tanto si sufres no estás
sano…, todos tenemos dificultades, eslabones perdidos que debemos
encontrar, pero desde el descubrimiento profundo de que somos los
Creadores de nuestra realidad…, pero también los Sanadores de nuestro
mundo y vida…
Fuente: Hermandad Blanca
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