El Principio de NO Intervención.
La mayoría
de los casos de confusión y desinformación, se sustentan básicamente en el desconocimiento de este
principio, el cual es vital para entender dentro de este sistema dual, quien
tiene una intención positiva y quien la tiene una negativa. No nos podemos fiar
(y menos a estas alturas) de las apariencias, de los códigos que nos aporte el
individuo, quien sea su fuente, lo amoroso de su mensaje o lo concienciado que
parezca, menos aun de lo que resueno o no finalmente este aporte. Son tantas
las formas de llevarse a alguien al huerto, que lo raro seria encontrar una
intención pura tras un informador, un contactado o un trabajador de la Luz.
La mayoría
de las personas tienen buena intención, y creen que todos juegan con las mismas
reglas y esto no es así. El pueblo, cada uno de nosotros, los que engrasamos la
máquina del sistema, somos básicamente seres de gran corazón y buen proceder,
caemos en los prejuicios y las falsas apariencias, arrastrados por una educación
incorrecta, pero en el fondo ayudamos cuándo tenemos oportunidad, somos
básicamente amorosos y compasivos, pero el sistema nos está recordando
constantemente que el amor es otra cosa y que la empatía es inútil, que el egoísmo
es lo normal y que la sensibilidad es debilidad.
Como somos
almas, espíritus de luz y amor, somos la expresión real de la energía con la
que se crean los ladrillos que sostiene todo lo creado, nos auto engañamos
fruto quizá, de vivir insertados en una
mentira, como decía, nos engañamos pensando que todos son iguales a nosotros,
que todos guardan dentro de si esa luz y que todos tienen los mismos códigos
morales impresos en su ser, pero es evidente que no, esto es un juego de
apariencias, unos van disfrazados de ciudadano modelo, otros de respetable
vecino y otros de amantísimo amigo, pero solo es lo que parece, la realidad por
lo general es otra y llegar al fondo de la intención real que alberga cada uno,
es algo que difícilmente llegaremos a ver a la luz del día.
La mayoría de la gente vive en una constante dependencia de otros, para avanzar en sus propios procesos.. |
Desde aquí,
se entiende porque caemos una y otra vez en la misma trampa, fiarnos de los
códigos de conducta que ellos nos programaron, nos impide ver, la real versión
de esa persona que tenemos enfrente. Tras el primer contacto nos creamos un
juicio de esa persona por simple apariencia, tras el primer dialogo, tiramos de
memoria, buscado patrones en los que encajar a ese ser, dentro de los módulos
que el sistema rige para las conductas, normal, singular, extravagante, raro,
friki, loco... Una vez lo hayamos encajado todo, abrimos o cerramos nuestra
capacidad de entablar relación y cuan profunda puede ser esta. Aquí es donde
tendríamos que empezar a poner en práctica el principio de no intervención, ya
que por lo general, nos esforzamos por modular al otro para que todo su Ser
encaje en el patrón que diseñaste para él, sin que quede arista alguna que
distorsione tu ideal.
Modificar su
pensamiento, sus costumbres, modos y cultura, para que finalmente solo quede un
mero replicante, de lo que tú estimas adecuado para ti, y asi, sea lo deseado finalmente
en alguien que se digne conservar tu compañía. Sus creencias se deben ajustar
milimetricamente a las tuyas, su ideario político, social y moral, deben
encajar de igual modo. Es prácticamente inevitable que tratemos de cambiar la
opinión del otro, la lucha por la razón, es la batalla inútil con la que
diariamente hacemos chocar nuestra cornamenta, en una perpetua época de celo
que nos empuja a ser el jefe de la manada a toda costa, lo único que nos separa
de un animal, es que no marcamos con orina nuestro territorio, pero en algunos
casos hasta lo dudo.
El principio
de no intervención, dicta que el respeto al otro prima sobre cualquier otra
razón o principio, el respeto a sus decisiones, a sus errores, a sus creencias,
a su capacidad y a su intención. Si cualquier ser interfiere sobre otro
modificando alguna de sus estructuras, se estará impidiendo que la expresión de
si mismo se manifieste, que su libre albedrío se ejerza y que su capacidad natural
aflore y se desarrolle. La mejor forma de aprender es mediante la duda, la
búsqueda, la investigación y la práctica, lo que al final se imprime tras este
proceso, es una forma natural de evolución y crecimiento, en la que el
individuo descubre y se descubre, mediante la interacción con su entorno.
Intervenir o influenciar en el proceso de cada uno, es un error irreparable, ya
que ese ser será desviado de su camino y transitara caminos que no fueron
creados por él, ni para él. Quizá en nuestro fervor por ayudar, queramos
despertar al prójimo a toda costa, pero la mayoría de las veces tras esa intención
de ayudar, existe el egoísmo, quizá por no pasar a solas este complicado
transito lleno de mentiras, o porque creemos que así los salvamos de algo, es
evidente que esto no funciona, ya que muchos que despertaron de forma forzada,
engrosaron las filas de aquellos que les quisieron vender cualquier panacea,
con lo que la sensación de estafa al final será aún mayor.
No
intervenir, no significar pasar del otro u obviar su estado, sino respetar sus
decisiones por encima de tus modelos (dogmas) morales. El bien o el mal, lo
correcto o lo incorrecto no sirven para medir las intenciones de otros, para
con nosotros o con su entorno. Si alguien, sea quien sea, te dice que tal o
cual cosa, es como él dice, estará interviniendo y moderando tu capacidad de
aprender por ti mismo a construir una imagen pura de ti, te estará quitando la
oportunidad de pulirte y crecer por ti mismo. Si esto lo extrapolamos a
cualquier ente o ser, que proceda de otro estado distinto al nuestro, densidad,
dimensión, plano, o planeta, deberá, aplicar el principio de no intervención si
o si, porque si no tenemos esto en cuenta, por ambas partes, cualquier gesto o
palabra, es una clara intervención en la libertad del otro.
Para que nos
hagamos una idea clara vamos a tomar el ejemplo de las canalizaciones (si otra
vez). Un ser de otra realidad utiliza a un humano como canal (instrumento) para
dar una información, a un grupo (por lo general) en este caso, el grupo toma la
información de un ser, que al no pertenecer al mismo estrato que ese grupo de
humanos, este toma automáticamente el cariz de ser superior, elevado, etc... y
los humanos, por contra, son seres sometidos a la voluntad y las creencias de
ese ser, presuntamente más evolucionado y superior, por tanto se le aplica un
valor moral a su información más elevado, que a cualquier otro ser humano que
dijera exactamente lo mismo y llegara a esas conclusiones por sus propios
medios.
Por lo
tanto, al no aplicar el principio de no intervención, ese ser no estará
aportando una opinión, una visión subjetiva o un consejo, si no que al estar
todo teñido de un tinte jerárquico, la información dada, genera creencias,
formando en el grupo de humanos que acceden a ella, la categoría de creyentes y
por tanto modificando su paradigma para adaptarlo al paradigma de ese ser, que
sin autoridad moral y sin respeto por la capacidad evolutiva, en el que se
encuentran esos seres humanos, interviene deliberadamente para así, crear una
interferencia, en la conciencia de esos creyentes, que ahora pasan a ser
discípulos.
Si tomamos
este principio, como referencia, nos daremos perfectamente cuenta, que todos
los textos sagrados que han sido entregados al ser humano por otros seres, han
sido una clara intervención y han causado un lastre en su proceso evolutivo. Si
de nuevo seguimos aplicando este principio, nos daremos cuenta que todos los
textos canalizados tampoco se salvan y son una clara intervención con unas
intenciones poco enriquecedoras o evolutivas. Si lo extrapolamos al fenómeno
ufolológico o del contactismo, todo en él es una evidente y constante violación
del principio de no intervención, siendo una clara y flagrante falta de respeto
a nuestro proceso soberano de crecer, errar y rectificar. Por no evidenciar
esas prisas de todos estos seres porque evolucionemos y tomemos ese salto quántico
cuanto antes y a toda costa, algo que debería hacernos sospechar ¿Qué ganan ellos
con nuestra evolución? Esa cuestión jamás la responden y es evidente que algo
deben sacar cuando llevan varias décadas vigilando este proceso.
Toda la historia
humana en este planeta, esta lastrada por la constante vulneración de este
principio, que asegura que cualquier ser con conciencia (o no) pueda descubrir
por sí mismo, la realidad que le rodea, e iniciar su propio proceso,
descubriendo por sí mismo, como se expresa la creación, cómo funcionan las
leyes naturales y como vive conectado con todo lo que es creado y su influencia.
Se nos ha coartado, se nos ha eliminado la capacidad de aprender por nosotros
mismos, habiendo una constante y sibilina intervención de terceros en todos y
cada uno de los pasos que hemos ido recorriendo como civilización.
Muchos
podrían ver en este principio un toque egoísta o pasota, ya que si lo respetas
hasta sus últimas consecuencias, podrías permitir que un pueblo destruyera a
otro o causara daño a terceros, pero no es así en realidad. Como todo principio
tiene unas reglas y estas son que no hay intervención siempre que tus errores
no supongan una merma en el proceso de otros. ¿Por qué se permite que haya guerras,
enfermedad y conflicto? ¿Por qué se ha de sufrir y padecer? ¿Qué sentido tiene?
Ciertamente ninguno, pero cuándo la intervención provoca que unos creyentes se
enfrenten a otros, al final es un igual contra otro igual, ambos intervenidos,
ambos de la misma raza y dentro del mismo proceso evolutivo, ambos engañados sí,
pero ambos deben darse cuenta del engaño y rectificar dentro de su error, en
eso está su proceso, nadie puede intervenir y decirles que están engañados y
que esos que les intervienen son los malos, porque con este gesto, das por
sentado que eres el bueno, por lo tanto, estas inclinando la balanza hacia ti
insidiosamente. No se puede rectificar un error cometiendo otro error.
Todo lo que
ahora tenemos por tanto, es el fruto de una intervención, ya sea en el pasado o
en el presente, se ha metido mano deliberadamente y con una intención que nunca
se nos ha permitido vislumbrar. El trasfondo de toda esta intervención pasa
necesariamente por conocer nuestro origen, por restablecer nuestra memoria y
por identificar por nosotros mismos aquellos que nos engañan y manipulan con su
intervención, usando multitud de roles y de categorías jerarquicas para usurpar
nuestra libre elección.
Otros de los
procesos que incluyen el principio de no intervención es que en caso de llegar
a un avance en nuestro proceso evolutivo, y llegar a traspasar nuestras propias
fronteras físicas, se nos tiene que ofrecer la capacidad de tomar o rechazar
libremente la opción del contacto. De enfrentar la posibilidad de elegir de
forma libre, con quien entablar amistad o enemistad, ya que aun habiendo
avanzado hasta ese punto, aun seguiremos cometiendo errores y quizá,
prejuzgando.
Quizá te
quede la sensación de vacío o desamparo, ya que si todo es fruto de una
incorrecta interacción con nosotros, que nos queda. Pues básicamente nos queda
aprender por nosotros mismos, eso es lo que tiene ser libres y soberanos, que
deberemos responsabilizarnos y tener la conciencia despierta de verdad para
discernir constantemente, desde el fondo critico de cada uno, hacia donde hay
que ir, y donde queremos terminar. Esto es costoso, porque sencillamente dejas
de ser un niño, con unos malos tutores, a un adulto maduro y en plenas
facultades. Para esto es para lo que sirve la conciencia y estar conscientes,
para tener en cuenta el papel que jugamos y lo responsables que somos, lo
cómodo es que otros te digan que debes hacer, en tu presente o tu futuro, pero
la libertad no se canaliza, ni se gana por contacto divino, tampoco llega tras
una ascensión o una iluminación, la libertad se conquista día a día,
trabajando, errando, y rectificando, aprendiendo a ser libres.
La libertad
que tanto ansias no te da la opción de hacer lo que te dé la gana, sino todo lo
contrario, te da la opción de medir y calcular, las consecuencias de tus
decisiones y como afectan estas a terceros, esa es la verdadera evolución y el
verdadero crecimiento, es la verdadera soberanía que se nos debería de otorgar
o quizás deberíamos conquistar, tú eliges.
FUENTE http://lacosechadealmas.blogspot.com.es
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