Cuando el Cuerpo del Dolor Despierta – Eckhart Tolle.
El cuerpo de dolor despierta de su
estado durmiente cuando tiene hambre, cuando es hora de
reaprovisionarse. Alternativamente puede dispararse por un evento en
cualquier momento. El cuerpo de dolor que está listo para alimentar
puede utilizar el evento más insignificante como un disparador, algo que
alguien dice o hace o hasta un pensamiento. Si viven solos o no hay
nadie cerca en el momento, el cuerpo de dolor se alimentará de los
pensamientos de ustedes.
De pronto su pensamiento se vuelve
profundamente negativo. Ustedes estaban posiblemente inconscientes de
que justo antes del influjo del pensamiento negativo una ola de emoción
invadió su mente – como un estado de ánimo oscuro y pesado, como
ansiedad o una ira feroz. Todo pensamiento es energía y el cuerpo de
dolor se alimenta ahora de la energía de sus pensamientos. Pero éste no
puede alimentarse de cualquier pensamiento. No necesitan estar
particularmente sensibles para notar que un pensamiento positivo tiene
un sentimiento-tono totalmente diferente al de uno negativo. Es la misma
energía, pero vibra en una frecuencia diferente. Un pensamiento feliz, positivo es indigerible para el cuerpo de dolor.
Solamente se puede alimentar de pensamientos negativos porque solamente
los pensamientos negativos son compatibles con el propio campo de
energía de éste.
Todas las cosas son campos de energía
vibratorios en movimiento incesante. La silla en la que se sientan, el
libro que sostienen en sus manos, ambos parecen sólidos e inmóviles
solamente porque es así como sus sentidos perciben la frecuencia
vibratoria de estos, por así decirlo, el movimiento incesante de las
moléculas, átomos, electrones y partículas subatómicas que de conjunto
crean lo que ustedes perciben como silla, libro, árbol o un cuerpo. Lo
que percibimos como materia física es energía en vibración (en
movimiento) en un rango particular de frecuencias. Los pensamientos
consisten en la misma energía que vibra a una frecuencia superior que la
materia y es la razón por la cual los mismos no pueden ser vistos o
tocados. Los pensamientos tienen su propio rango de frecuencia, siendo
los pensamientos negativos los que se ubican en el extremo inferior de
la escala y los pensamientos positivos en el extremo superior. La
frecuencia vibratoria del cuerpo de dolor resuena con la de los
pensamientos negativos y es la razón por la cual esos pensamientos
pueden alimentar al cuerpo de dolor.
El patrón usual de pensamiento que crea
la emoción se invierte en el caso del cuerpo de dolor, al menos
inicialmente. La emoción proveniente del cuerpo de dolor gana
rápidamente el control de su pensamiento y una vez que el cuerpo de
dolor se ha apropiado de su mente, su pensamiento se vuelve negativo. La
voz en su cabeza les estará contando historias tristes, de ansiedad o
de enojo respecto a ustedes mismos o a su vida, acerca de los demás,
acerca del pasado, del futuro o de eventos imaginarios. La voz estará
culpando, acusando, protestando, imaginando. Y ustedes se identifican
plenamente con lo que la voz les dice, creyendo en todos los
pensamientos distorsionados de ésta. En ese punto, se ha instalado la
adicción a la infelicidad.
No se trata tanto de que ustedes no
puedan detener su tren de pensamientos negativos, sino de que ustedes no
quieren hacerlo. Esto se debe a que el cuerpo de dolor en ese momento
está viviendo a través de ustedes, pretendiendo ser ustedes. Y para el
cuerpo de dolor, el dolor es placer. Éste devora ávidamente cada
pensamiento negativo. De hecho, la voz usual en su cabeza ahora se ha
convertido en la voz del cuerpo de dolor. Ha tomado el mando del diálogo
interno. Se establece un círculo vicioso entre el cuerpo de dolor y el
pensamiento de ustedes. Cada pensamiento alimenta al cuerpo de dolor y a
su vez el cuerpo de dolor genera más pensamientos. En algún punto,
después de unas cuantas horas o hasta unos cuantos días, éste se ha
reabastecido y regresa a su estado durmiente, dejando tras de sí un
organismo agotado y un cuerpo que está mucho más susceptible a la
enfermedad. Si esto les suena a ustedes como un parásito psíquico, lo
es. Es exactamente lo que es.
El comienzo de la liberación del cuerpo
de dolor radica primeramente en la comprensión de que ustedes tienen un
cuerpo de dolor. Entonces, lo más importante, es su capacidad para
mantenerse lo suficientemente presentes, alertas, para notar el cuerpo
de dolor en ustedes mismos como un influjo pesado de emoción negativa
cuando éste se activa. Cuando es reconocido, ya no puede pretender ser
ustedes ni vivir y renovarse a sí mismo a través de ustedes.
Es su Presencia consciente la que destruye la identificación con el cuerpo de dolor.
Cuando ustedes no se identifican con éste, el cuerpo de dolor ya no
puede controlar su pensamiento y por tanto no se puede renovar más a sí
mismo al alimentarse de los pensamientos de ustedes. El cuerpo de dolor
en la mayoría de los casos no se disuelve inmediatamente, pero una vez
que ustedes han cortado el vínculo entre éste y el pensamiento de
ustedes, el cuerpo de dolor comienza a perder energía. El pensamiento de
ustedes deja de nublarse con la emoción; sus percepciones actuales ya
no estarán distorsionadas por el pasado. La energía que estaba atrapada
en el cuerpo de dolor cambia entonces su frecuencia vibratoria y se
transmuta a la Presencia.
Fuente: Maestro Viejo Despierta
Comentarios
Publicar un comentario