7 leyes del Karma: ¿Cómo pueden cambiar tu vida?
Si existe una máxima que debe
convertirse en la base de las acciones que uno emprende a lo largo de la
vida, seguramente sería la compasión: no hagas a otros lo que no
quieras que te hagan a ti.
Se trata de una frase muy antigua, de
Confucio, pero también resulta muy actual, aunque por desgracia, muy
pocas personas la ponen realmente en práctica. Esta idea es, de cierta
forma, la base del karma.
¿Qué es realmente el karma?
El karma es una palabra que proviene del
sánscrito y que está presente en diferentes religiones dhármicas, como
el hinduismo y el budismo. Hoy esta palabra se ha popularizado pero muy
pocos sabe a qué se refiere realmente.
El karma indica las acciones, tanto
físicas como verbales y mentales. Esas acciones dejan huellas o
impresiones, aunque sean muy sutiles, que después generan resultados o
consecuencias en la persona. De cierta forma, el karma es algo
equivalente a la ley de Newton que indica que “cada acción tiene una
reacción”.
Por tanto, cuando pensamos, hablamos o
actuamos, desencadenamos una fuerza que reaccionará en proporción. Así,
el karma es una especie de juez de nuestros actos, pero no debemos
comprenderlo como un castigo que nos aboca a un destino preestablecido
sino más bien como una oportunidad de aprendizaje. De hecho, el karma
también simboliza la responsabilidad por nuestras acciones y enfatiza en
la importancia de ser conscientes de que estas tienen consecuencias.
Cada persona es libre para tomar el
camino que desee, puede elegir entre hacer el bien o el mal, pero el
mundo le devolverá las propias fuerzas que ha puesto en movimiento.
Por supuesto, el karma es un concepto
mucho más complejo y no forma parte del objeto de estudio de la
Psicología, aún así, muchas de las leyes que se encuentran en su base
pueden dejarnos una valiosa enseñanza para la vida cotidiana, pueden
ayudarnos a ver el mundo con otros ojos y, sobre todo, pueden promover
la felicidad personal desde una postura comprometida y consciente.
Las leyes del karma: ¿Qué nos enseñan desde el punto de vista de la Psicología?
1. Gran Ley. Se trata
de un principio básico que nos remite a la sabiduría popular “el que
siembra viento, recoge tempestades”. Lo que transmitimos al universo,
nos será devuelto pero diez veces más potente. Esta ley nos incita a
reflexionar sobre nuestros pensamientos, palabras y comportamientos
porque, de una forma u otra, todos repercuten en nuestro bienestar.
Incluso nuestra forma de pensar determina la manera en que reaccionamos
ante las situaciones y, por consiguiente, lo que obtendremos de estas.
2. Ley de la Responsabilidad.
Si algo malo te sucede, significa que hay algo mal en ti porque lo que
nos rodea es simplemente una expresión de lo que reflejamos. Esta ley
nos recuerda que no debemos quejarnos inútilmente sino asumir nuestra
cuota de responsabilidad por lo que nos sucede y preguntarnos qué
podemos hacer para cambiar esa situación. Asumir la responsabilidad por
nuestros actos no es echarse la culpa, sino adoptar una postura
proactiva que nos conduzca hacia donde realmente deseamos encaminarnos.
3. Ley de la Conexión.
En el universo todo se encuentra interconectado, así que cualquier acto,
por intrascendente o nimio que pueda parecernos, tendrá repercusiones.
Se trata de una ley estrechamente vinculada al Efecto Mariposa ya que
indica que cada acción que emprendemos, nos conduce en una dirección y
nos aleja de otra. Nos indica que cada paso es importante y que debemos
prestarle atención a cada pensamiento porque estos nos pueden aproximar o
alejar de nuestra meta, aunque en un primer momento no nos demos
cuenta.
4. Ley del Cambio. Esta
ley está muy vinculada a un refrán popular que dice: “el hombre es el
único animal que choca dos veces con la misma piedra”. Nos indica que la
historia se repite hasta que seamos capaces de aprender la lección y
cambiar el rumbo. Por eso, muchas personas se ven envueltas en patrones
negativos y/o autodestructivos que se repiten continuamente. La buena
noticia es que está en nuestras manos romper ese círculo vicioso,
aprendiendo de nuestros errores, creciendo y continuando adelante.
5. Ley del Enfoque. No
se puede pensar en dos cosas al mismo tiempo, por lo que es mejor ir
paso a paso. Cuando intentamos abarcar demasiado, no solo perdemos la
concentración y gastamos más energía innecesariamente sino que le
abrimos la puerta a la inseguridad y al estrés porque perdemos la
brújula. Un antiguo proverbio romano se refería de cierta forma a esta
ley: “quien va despacio, llega lejos y seguro”.
6. Ley de la Humildad.
Esta ley también nos remonta a un antiguo refrán popular “al que no
quiere caldo, se le dan dos tazas”. Nos indica que si no somos capaces
de aceptar las cosas, estas continuarán molestándonos, por lo que nos
conmina a aceptar los cambios. De hecho, aceptar es el primer paso para
cambiar o para sanar, si no aceptamos la existencia de un problema o de
algo que nos disturba, jamás podremos solucionarlo. Sin embargo, esta
ley va un paso más allá para indicarnos que debemos aceptar desde una
actitud humilde, no desde la arrogancia o la superioridad.
7. Ley del Crecimiento.
Allí donde vayas, estarás tú. A primera vista puede parecer una verdad
de Perogrullo pero lo cierto es que muchas personas cambian de lugares y
de cosas, solo para verse envueltas de nuevo en el mismo círculo
vicioso porque no han cambiado sus malos hábitos y sus patrones de
pensamiento. Sin embargo, cualquier cambio empieza dentro de nosotros
mismos. Ya lo había dicho Buda “es más fácil usar pantuflas que
alfombrar el mundo”.
Como puedes apreciar, se trata de leyes
que incluso tienen su equivalente en la sabiduría popular y, si las
aplicamos, pueden tener un impacto muy positivo en nuestra vida
cotidiana y nuestro bienestar. Básicamente, se trata de comprender que
nuestras palabras, pensamientos y acciones tienen consecuencias, lo cual
también significa que está en nuestras manos alcanzar ese estado de
felicidad y tranquilidad que tanto deseamos.
Fuente: Rincón Psicología
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