El Corazón nuestro cerebro principal
El Corazón
nuestro cerebro principal
¿Cómo es vivir desde el corazón?; ¿cómo es sentir desde el corazón?.
Para ser comprendida esta pregunta y su
respuesta es necesario conocer la auténtica entidad y dimensión del
corazón humano, por ello compartimos con tod@s vosotr@s un breve texto
extraído de la entrevista publicada por el periódico La Vanguardia y
realizada a Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia:
Los conocimientos científicos que la entrevista sintetiza muestran que:
-El cuerpo humano dispone de dos cerebros,
el mental, radicado en la cabeza, y otro, que opera de forma bien
distinta y sin ficciones mentales, ubicado en el corazón.
-El cerebro-corazón es el principal de los
dos y tiene capacidad para influir en el cerebro-mente de la cabeza,
activando en éste centros superiores de percepción completamente nuevos
que interpretan la realidad fuera de los límites del tiempo y del
espacio, permitiendo un conocimiento inmediato e instantáneo y una
percepción exacta de esa realidad.
-Cuando el ser humano utiliza el cerebro
del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y
funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a
través de
las emociones positivas.
-Expresiones tan populares como “te lo
digo desde el corazón” o “con el corazón en la mano” están llenas de
sentido, coherencia y significado. No en balde, el amor del corazón no
es una emoción, es un Estado de Consciencia, ¡es Amor!.
Ahora sólo queda interiorizar estos
conocimientos y llevarlos a la práctica de manera no mental, sino
natural y espontánea, esto es, no desde el cerebro-mente, sino desde el
cerebro-corazón. Y es que el potencial del cerebro-corazón se activa
cultivando, precisamente, las cualidades del corazón y liberándose del
miedo, el deseo y el ansia de dominio.
¡Ánimo a tod@s!. Es tan sencillo como el
latir rítmico y acompasado del corazón. Es tan simple como fluir, tan
fácil como ¡Vivir!.
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El cuerpo humano dispone de dos cerebros
El cuerpo humano dispone de dos cerebros:
el que todas las personas conocen y otro hasta ahora desconocido. ¿Cuál
es éste?. Se trata del cerebro-corazón. Y es mucho más potente y
principal para el ser humano que el cerebro-mente de la cabeza.
El corazón contiene un sistema nervioso
independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una
compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de
apoyo. Gracias a esos circuitos tan elaborados, el corazón puede tomar
decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro ubicado en
la cabeza; y puede aprender, recordar e incluso percibir.
Cuatro tipos de conexiones entre el corazón y el cerebro de la cabeza
Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza:
-La comunicación neurológica mediante la
transmisión de impulsos nerviosos: El corazón envía más información al
cerebro-mente de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa
propiedad; y puede inhibir o activar determinadas partes del
cerebro-mente según las circunstancias. Así, el corazón puede influir en
nuestra percepción de la realidad y, por tanto, en nuestras reacciones.
-La información bioquímica mediante
hormonas y neurotransmisores: Es el corazón el que produce la hormona
ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis.
Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y
producir y liberar oxitocina, la que se conoce como Hormona del Amor.
-La comunicación biofísica mediante ondas
de presión: A través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón
envía mensajes al cerebro-mente y al resto del cuerpo. Hay dos clases de
variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias
y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y
pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada,
con ondas incoherentes. Aparece con las emociones negativas y con el
miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales de
la mente se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es
decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor
del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.
-La comunicación energética: el campo
electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del
cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado
que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo,
frustración o estrés se vuelve caótico. Y el campo magnético del corazón
se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir,
que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida
en nuestro corazón.
El cerebro-corazón activa en el
cerebro-mente centros de percepción completamente nuevos y crea un
estado de coherencia biológico
El cerebro del corazón activa en el
cerebro mental o de la cabeza centros superiores de percepción
completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en
experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas
memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene
una percepción exacta de la realidad.
Cuando el ser humano utiliza el cerebro
del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y
funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a
través de las emociones positivas.
El potencial del cerebro-corazón se activa
cultivando las cualidades del corazón y liberándose del miedo, el deseo
y el ansia de dominio
Es un potencial no activado, pero empieza a
estar accesible para un gran número de personas. Se puede activar
cultivando precisamente las cualidades del corazón: la apertura hacia el
prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de
las diferencias,... Es la práctica de pensamientos y emociones
positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los
tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio,
mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos
han servido para sobrevivir millones de años.
El ser humano puede liberarse de ellos
tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y
emociones sin juzgarlos y escogiendo las emociones que nos pueden hacer
sentir bien.
Confiar en la intuición y estar atentos a nuestro interior
Debemos aprender a confiar en la intuición
y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales
no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.
Cultivar el silencio, contactar con la Naturaleza, vivir periodos de
soledad, meditar, contemplar, cuidar el entorno vibratorio, trabajar en
grupo, practicar una Vida Sencilla. Y preguntar al corazón cuando no se
sepa qué hacer.
Todo lo anterior se ha descubierto
recientemente y conduce a la conclusión de que el circuito del
cerebro-corazón es el primero en tratar la información que después pasa
por el cerebro-mente de la cabeza. Y como algunos seres humanos están
empezando a experienciar, el uso consciente de este circuito representa
un paso más en la evolución humana, un salto evolutivo que se une a la
activación de componentes durmientes del ADN, provocando, todo en
conjunto, una auténtica Metamorfosis y ojos nuevos para una Nueva Vida y
un Nuevo Mundo.
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