EL AJEDREZ Y LA VIDA

Como todos saben, el ajedrez es un juego de estrategias. Se utilizan varias piezas, cada una de ellas teniendo distintos tipos de movimientos, formas y valores. El objetivo es lograr dejar al rey contrario sin ninguna salida.
Cuando uno empieza a aprender a jugar, mueve las piezas pensando en una reacción inmediata, sin considerar lo que hará el adversario.
Rápidamente aprende que tiene que considerar todas las alternativas posibles que tiene nuestro contrincante antes de hacer nuestra movida. Se trata que finalmente elijamos la que nos deje con mayor ventaja o la que nos haga menos daño.
Al jugar de modo más profesional, cada jugador visualiza en su mente cinco, seis... diez jugadas adelante, con todas las alternativas que es capaz de percibir de lo que pueda hacer su oponente. Es frecuente que un jugador experto abandone la partida al darse cuenta que ha sido derrotado, aun cuando falten todavía diez movimientos para que eso suceda. En su mente ha visto todas las posibilidades y esto le permite sacar conclusiones.
Todas las acciones que emprendemos en nuestra vida son como un juego de ajedrez, ya que no importa lo que hagamos, los resultados siempre dependerán de nuestras acciones, y de las acciones que hagan los otros. Cuántas veces te has propuesto algo, sacas tus conclusiones, procedes y te encuentras con resultados completamente inesperados. Es que no tomaste en cuenta que tus actos afectan a los otros y que sus reacciones te afectan a ti, produciendo un resultado sorprendente.
Si quieres conseguir en tu vida tus objetivos y tienes que considerar varias decisiones tuyas y tratar de visualizas las reacciones que harán los demás frente a cada una de tus alternativas. Intenta visualizar dos o tres decisiones por adelantado. Entonces, puedes elegir aquella opción que te produce mejores resultados, o al menos, la que menos daño te hará.
Es necesario que tus proyectos te entusiasmen y sientas la emoción de luchar para conseguirlos. Pero al momento de decidir los caminos por los cuales llegarás a ellos, es necesario usar lo mejor posible la razón unida siempre a tu intuición.
Todo tu futuro depende de ciertas decisiones importantes en el ámbito de tu trabajo, estudios o familia. Procura que tus decisiones beneficien tanto a ti como a los demás, y encontrarás que sus jugadas en la vida serán probablemente cada vez más favorables a ti.
Naturalmente, el resto de la vida puedes actuar con más espontaneidad e inmediatez. Para vivir y disfrutar de lo cotidiano no hay que calcular tanto y hay que estar abierto a las sorpresas que la vida nos pueda dar. 

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