¿Porqué se separan en dos las realidades o caminos del planeta?
El ser que es nuestro planeta tiene su propio libre albedrio. Si habéis visto el vídeo de la conferencia en el Homenaje a la Tierra de hace algunos días, o leísteis hace algún tiempo este otro artículo,
ya sabéis que hablamos de las diferentes conciencias que componen el
conjunto del alma planetaria, y cuya traducción sonora de la vibración
global que tiene, se ajusta al nombre de Kumar o Kumara. Este, como ser
autoconsciente que es, como conciencia y como entidad, crece y
evoluciona tal y como lo hace todo lo que existe en el universo, y tiene
su propio camino evolutivo.
Decidiendo como avanzar en cada peldaño de la escalera
A otros niveles que, posiblemente, no somos capaces
de comprender, el conjunto de seres que están encarnados dentro de la
Tierra también usan su libre albedrio para decidir como ir avanzando
hacia los niveles superiores, a los que su jerarquía y escala evolutiva
les lleva. La Tierra, como todo planeta, está destinado a convertirse en
estrella, en sol, en algún momento de su largo periplo, así como el sol
nuestro actual, fue, en su momento, hace eones, un planeta como lo es
la Tierra actualmente. Los pasos evolutivos, los procesos de crecimiento
de estos seres, ya están fijados desde niveles superiores, y los que
forman a Kumara tienen su hoja de ruta planificada desde el mismo
momento en el que decidieron usar un cuerpo físico, tal que un sistema
planetario, para generar vida y proporcionar un campo base de
experiencias a otros seres.
Lo que el alma de la Tierra ha estado siempre
destinado a hacer es ceñirse a las líneas maestras de la hoja de ruta
que se sigue en esta línea evolutiva, pero los procesos que se viven en
cada etapa del camino no siempre están decididos de antemano, de forma
que, todo, se va ajustando y dando según la situación en la que se
encuentra ese ser en cada etapa. La Tierra, como avatar, como vehículo
físico para la conciencia de Kumara, sigue los designios, tanto del Sol,
como del pulsar que se emite del centro galáctico, y es, desde ahí,
desde donde se dirige el crecimiento de cada cuerpo celeste y de su
conciencia dentro de la Vía Láctea, así como, para un ser humano,
nuestro Yo Superior puede regir nuestros caminos evolutivos, y nosotros
no somos siempre conscientes de todas las etapas por las que vamos a
pasar y como vamos a pasar por cada una de ellas.
Recibiendo la información desde lejos
Como os comentaba en el artículo sobre llamaradas solares y paquetes de información,
nuestro planeta recibe sus indicaciones, orientaciones, guía y
planificación a través de los envíos energéticos y vibracionales que
llegan desde nuestra estrella, que llegan a su vez a través de otros
“repetidores espaciales” (otros soles y estrellas mayores) que
retransmiten las directrices evolutivas desde el centro galáctico,
nuestro logos o fuente particular.
La decisión de tomar la ruta actual, el proceso de
separación en “dos Tierras”, como nosotros lo vemos y lo describimos
para poder entender lo que está pasando, viene precisamente de las
directrices proporcionadas desde niveles superiores, jerárquicamente
hablando, de nuestro planeta, sintiendo la intuición, la llamada de
hacerlo así, y recibiendo la información de la forma en la que más
adecuadamente se puede producir la transición al siguiente nivel
evolutivo al que se desea llegar. El que el planeta como tal se esté
dividiendo en dos, como nos han explicado ya desde hace meses, no es más
que la forma más “sabia” que, para Kumara, existe, para alcanzar el
objetivo deseado, y es el libre albedrio del conjunto de la conciencia
planetaria lo que hace que los movimientos sean más lentos, más rápidos,
de una forma u otra, pero siguiendo siempre la “voz” de aquellos que se
encuentran en peldaños superiores a la Tierra y que la guían en su
proceso.
También es cierto, que, aunque lo hemos empezado a
notar hace relativamente poco tiempo en nuestra escala linear del
tiempo, hace décadas que la decisión de esta división estaba tomada.
Para los seres humanos, esto, quizás nos parezca que ha sucedido más
rápidamente en los últimos años, cuando se ha acelerado muchísimo el
proceso, y se ha materializado solo hace menos de un año en términos de
mitosis planetaria, pero Kumara, nos dice, ya tenia esta hoja de ruta
marcada hace tiempo, y ya sabía que iba a suceder así (por ejemplo, aquí
hay un extracto de una canalización
de 1998 hablando de ello). Solo había que manifestar los cambios, paso a
paso, según las circunstancias se fueran dando para ello. Por eso, para
algunas personas, este escenario en el que nos encontramos ahora no es
ninguna sorpresa, sino la consecuencia de una decisión largamente
planificada.
Contando con ayuda exterior
Evidentemente el planeta tiene mucha ayuda de muchos
tipos para hacer esta enorme transición, este cambio tan importante para
si mismo. Y, nosotros, tenemos que ser conscientes, también, que cuando
hablamos de que estamos recibiendo mucha ayuda de fuera, de otros
grupos, razas, etc., la razón principal es el planeta, no la raza
humana, que, por decirlo de alguna forma, va en el paquete y se
beneficia de ello (pues, como ya visteis en otro de los últimos artículos,
hay aquellos que desean que la raza humana sobreviva y siga adelante).
Todo lo que está estacionado por ahí fuera, en el sistema solar, tiene
por objetivo ayudar y cuidar a la Tierra en su proceso y permitir que se
cumpla su libre albedrio de moverse a un nivel superior en su camino
particular. Por ello se interviene “desde fuera” cuando el planeta está
en peligro, o cuando algo puede desestabilizar el sendero que se va
recorriendo, o cuando la manipulación para que el proceso no suceda
sobrepasa ciertos límites. Como ejemplo de este tipo de ayuda, cuando
los Estados Unidos detonaron las bombas atómicas en Japón al final de la
segunda guerra mundial, no se intervino para pararlas en el plano
físico, sino que se bloqueo simplemente que la radiación no afectara a
los planos no físicos, al sistema energético del planeta y a la vida
no-física que existe en ellos. Los seres humanos somos responsables de
lo que hacemos, y los que nos pueden ayudar siempre tienen como
prioridad que al ser en el que viajamos no le suceda nada. El hecho de
que, en la vieja “Tierra” nuestros piratas espaciales
particulares puedan seguir haciendo de las suyas pero no puedan poner
ni un dedo en la nueva, es indicativo de lo que se está protegiendo y de
lo que se permite, en términos “de ayuda galáctica”e intervención
exterior, que suceda.
Cambiando de “cuerpo”
Si hiciéramos un símil al proceso del ser humano, el
alma de la Tierra en estos momentos está dejando atrás un cuerpo físico
que le ha servido de contenedor, pero que ya no le sirve para seguir
experimentando, y ahora le toca crear y preparar un nuevo vehículo que
permita a esa conciencia planetaria poder seguir adelante. El proceso de
transición de la conciencia del planeta de un cuerpo a otro, es lo que
mantiene para nosotros la percepción de dos Tierras co-existiendo
temporalmente, una que se mantiene como está, y que será regenerada por
completo en un tiempo indeterminado, y otra que acogerá al alma
planetaria cuando la transición se haya completado. El alma de la vieja
Tierra, cuando esta se regenere, y empiece otra rueda evolutiva, es una
porción de Kumara que mantiene simultáneamente su existencia en un
avatar “físico” 3D pero cuya conciencia principal ahora se ha movido
esencialmente a un avatar de nivel superior. Ese nuevo vehículo de
experiencia para Kumar ya no es tan “sólido”, tal y como nosotros lo
entendemos, no es tan físico, pues ya ha completado su ciclo por este
nivel de experiencia en las energías de la banda “amarilla”, del entorno
frecuencial en el que existimos ahora, y debe empezar un nuevo
recorrido en la “banda verde”, donde todo el entorno es completamente
diferente. Os lo explicaré mejor en un próximo artículo para comprender
la posición frecuencial de ambas “Tierras”.
Esta nueva Tierra, está creación de un nuevo “cuerpo
planetario” de nivel superior donde Kumara va a continuar su
aprendizaje, y nosotros con él, es una creación de las mismas
conciencias que habitan el planeta, pero con la ayuda de diferentes
seres y jerarquías que tienen por función este tipo de “creaciones”, en
esos niveles tan inimaginables para nosotros, fuera de nuestro
conocimiento y que no tiene nada que ver con nuestra evolución como
raza.
¿Ya no le llamaremos Tierra?
Todo va a cambiar tanto, cuando surquemos las nuevas
aguas del nuevo nivel evolutivo que el planeta está construyendo (o ha
construido ya), que posiblemente ni siquiera llamemos ya de la misma
manera a nuestro planeta, no veremos el sistema solar con la pinta con
la que la vemos ahora, y la dependencia evolutiva del sol también será
muy distinta. No tendrán sentido muchas de las cosas que ahora vemos,
pues ni el espacio ni el tiempo se miden o perciben de la misma forma y
no creo que podemos ni siquiera imaginar el cambio tan grande que se
está produciendo en el planeta y que tenemos la suerte de aprovechar
para nuestro propio aprendizaje. Ni siquiera aquellos que nos asisten
encuentran palabras adecuadas para explicárnoslo, y aun ni siquiera
enviando conceptos o bloques de información directos a nuestra mente
somos capaces de decodificarlos en toda su totalidad. Seguiremos dejando
el misterio sin resolver y ya iremos comprendiendo más cuanto más cerca
estemos cada uno nosotros de ese cambio.
FUENTE http://davidtopi.com/
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