El camino de la vida
Caminar es comprender que
estamos en la tierra para experimentar, para trabajar, para evolucionar,
para equivocarnos, para ir al encuentro no con la perfección, pero si,
con el perfeccionamiento.
Caminar con conocimiento es ser consciente y ser consciente es ser sabio, con todo lo que esto implica.
Caminar es empezar la búsqueda de lo incognoscible, es darse cuenta que hay que dar un primer paso para comenzar algo.
Caminar es encontrar, perder y volver a encontrar.
El camino es ancho y hermoso, feo y estrecho, alegre y triste.
Caminar es comprender que estamos en la
tierra para experimentar, para trabajar, para evolucionar, para
equivocarnos, para ir al encuentro no con la perfección, pero si, con el
perfeccionamiento.
Caminar es llorar, es sonreír,
es buscar el justo medio, caminar es encontrar la verdad, recordando que
ésta no se encuentra fuera de nosotros, sino dentro.
Caminar es escuchar la sinfonía de la naturaleza, es desvelar cada capa que oscurece nuestros ojos, es sentir, pensar y obrar.
El camino no es ni fácil ni difícil.
Caminar es darse cuenta que el cielo y el infierno no se encuentran tan lejos como pensamos.
Buscar respuestas es tan importante como
buscar preguntas, ya que sin preguntas no hay respuestas y lo que es
más importante, muchas veces las respuestas están inscritas en las
preguntas.
Caminar es mirar hacia atrás y darse
cuenta que la historia es mucho más larga de lo que pensamos o podemos
pensar, es mirar al futuro y saber que el futuro es la cosecha de la
siembra del presente. Pasado, presente y futuro, esto nos trae la idea
de Tiempo.
Caminar es encontrarse y fusionarse con
el Tiempo, que es el Arte de La Paciencia, pero caminar también es
encontrarse con el Espacio, que es el arte de la Contemplación. La
paciencia es el origen de todo conocimiento. La contemplación es admirar
este lugar dónde nos toca vivir por el momento y es también observar
sin interferir. Como ven, Tiempo y Espacio son dos caras de una misma
moneda.
La función del arte es comprender la
realidad y crear, la función de la religión es volver a la fuente a cada
instante, la función de la filosofía es amar la sabiduría y conquistar
la prudencia y la humildad, la función de la ciencia es comprender que
hasta en las ciencias más duras hay algo de magia; la filosofía y la
ciencia son maneras altamente mentales de conocer, el arte y la religión
son maneras altamente emocionales de conocer, y estas cuatro formas de
conocimiento culminan con la experiencia y la complementación.
Caminar es amarse constantemente
sin darle lugar a los oscuros seres de la depresión y el sufrimiento
sin razón, cuando hay amor hacia uno mismo hay amor hacia el resto de la
humanidad, ya que entregamos a los demás lo que amamos en nosotros. El
amor es el principio y fin de todas las cosas.
Caminar es lograr unirse a los elementos fuego, tierra, aire y agua.
El fuego es el impulso,
es la expansión, es la calidez, es la transmutación, es el elemento que
nos recuerda que allí dónde hay oscuridad la luz de la vida puede
entrar pero en cambio donde hay luz la oscuridad no puede entrar.
La tierra es el
elemento que nos trae de regreso cuando la mente comienza a volar con
sus alas blancas, es la practicidad, es la materia, es el terreno para
muchos seres vivos, incluídos nosotros mismos, la tierra me demuestra
que para crecer alto tengo que tener raíces muy fuertes.
El aire es el elemento que nos recuerda que hay cosas que no se ven pero que se sienten, y uno de los tantos ejemplos es el amor.
El agua es el elemento
de la purificación, es la adaptación, es la espontaneidad, es el
elemento que va por el río y encuentra en su camino a varias piedras,
pero continúa hasta llegar al mar.
El río es es el hombre y la mujer, el mar es el conocimiento y el amor.
Escuchar y observar es darse
cuenta que tenemos dos oídos, dos ojos y una boca, lo que significa que
para saber hablar, es preciso saber escuchar y observar.
Fuente: Ciencia Cósmica
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