"El Karma".
El siguiente fragmento ha sido extraído del libro Transforma tu vida del venerable Geshe Kelsang Gyatso.
La ley del
karma es un ejemplo especial de la ley de causa y efecto que establece
que nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y
nuestras experiencias son sus efectos.
La ley del
karma enseña por qué cada individuo posee una disposición mental, una
apariencia física y unas experiencias únicas. Estas son los efectos de
las incontables acciones que cada uno ha realizado en el pasado. Puesto
que no hay dos personas que hayan realizado las mismas acciones en vidas
pasadas, nadie puede tener los mismos estados mentales, experiencias y
apariencia física que otro.
Cada ser
posee su propio karma individual. Algunas personas disfrutan de buena
salud y otras sufren enfermedades sin cesar. Unas tienen un físico
atractivo y otras no. Algunas siempre están alegres y se conforman con
poco, mientras que otras suelen estar de mal humor y nunca están
satisfechas. Algunas personas entienden con facilidad el significado de
las enseñanzas espirituales, pero otras las encuentran difíciles y
oscuras.
La
palabra karma significa ‘acción’ y se refiere principalmente a nuestras
acciones físicas, verbales y mentales. Las acciones que efectuamos dejan
huellas o impresiones en nuestra mente muy sutil que, con el tiempo,
producen sus correspondientes resultados.
Nuestra mente es comparable a un campo de siembra, y las acciones que cometemos, a las semillas que en él se plantan. Las acciones virtuosas son las semillas de nuestra felicidad futura, y las perjudiciales, las de nuestro sufrimiento. Estas
semillas permanecen ocultas en nuestra mente hasta que producen su
efecto, cuando se reúnen las condiciones necesarias para su germinación.
Además, desde que se realiza la acción original hasta que maduran sus
consecuencias, pueden transcurrir varias vidas.
Como
resultado de nuestras acciones o karma, renacemos en este mundo impuro y
contaminado y tenemos problemas y dificultades sin cesar. Nuestras
acciones son impuras porque nuestra mente está contaminada por el veneno
interno del aferramiento propio. Esta es la razón principal por la que
experimentamos sufrimiento.
Este es
producido por nuestras propias acciones o karma y no es un castigo
impuesto por nadie. Sufrimos porque hemos cometido numerosas acciones
perjudiciales en vidas pasadas. El origen de estas malas acciones son
nuestras propias perturbaciones mentales, como el odio, el apego y la
ignorancia del aferramiento propio.
Cuando
hayamos eliminado de nuestra mente el aferramiento propio y demás
engaños, nuestras acciones serán puras. Como resultado de estas
acciones, nuestras experiencias, nuestro mundo, cuerpo y disfrutes, y
los seres que nos rodean, también serán puros. No quedará ni el menor
rastro de sufrimiento, impureza ni dificultades. De esta manera,
encontraremos la verdadera felicidad en nuestra mente.
Para mayor información sobre el karma,
véase El camino gozoso de buena fortuna.
Fuente: kadampa.org
FUENTE http://larutadelailuminacion.blogspot.com.es/
véase El camino gozoso de buena fortuna.
Fuente: kadampa.org
FUENTE http://larutadelailuminacion.blogspot.com.es/
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