Creando paz interior
Los
dramas que vivimos, algunos con mayor intensidad y otros más
tolerables, proceden de nuestra mente dividida entre lo que creemos y
aquello que realmente somos. Todo lo que vemos en el mundo es un fiel
reflejo de quienes creemos ser. Nuestras experiencias son el espejo de
nuestra profunda programación. Vivimos en la dualidad y nos sentimos
víctimas de las personas que nos rodean, nuestras familias, amigos,
compañeros de trabajo o parejas; y tendemos a echarle la culpa al mundo
externo por todo lo que nos ocurre. La dualidad es un estado de
consciencia donde el drama es parte de nuestras vidas y permanecemos
allí atrapados entregando nuestras energías y sufriendo.
No sabemos quiénes somos y nos
identificamos con los roles que desempeñamos. Nos sentimos separados y
solos. Esta es una ilusión de la dualidad así como los sentimientos de
estar a merced del mundo exterior y de nuestras circunstancias.
Lamentablemente así es nuestra programación, y para disolver estas
creencias sobre nosotros, tenemos que comenzar a vernos como los
creadores de nuestra realidad. Esta es la única manera de retomar el
poder que hemos cedido a lo externo. Tenemos que asumir nuestra
responsabilidad y dejar de vernos como víctimas aceptando que somos
creadores, somos una expresión del todo experimentándose a sí mismo y
poseemos un inmenso poder del cual no somos ni siquiera conscientes.
Nuestra realidad cambia al asumir
responsabilidad, pues nos reconocemos como los creadores que somos de
nuestra línea de vida y ya no tenemos escusas ante nosotros mismos ni
tenemos a quién culpar por lo que hagamos con ella.
Somos o víctimas y sin poder o responsables y creadores como un fractal de la divinidad.
Aun sabiendo esto teóricamente, en la
práctica es muy fácil caer nuevamente en el rol de víctima, donde las
personas parece que hacen cosas a propósito para herirnos, y nosotros
buscamos los culpables por las cosas que nos suceden.
Para que podamos cambiar nuestra
experiencia de vida, tenemos que cambiar nuestras intrincadas creencias
que son como nudos firmemente elaborados de conceptos acerca de cómo
relacionarnos con el afuera; conceptos que hemos ido fabricando en
nuestra mente y proyectándolos desde el comienzo de nuestra existencia.
Como creamos aquello que creemos, esto a
su vez ha fortalecido los lazos que consolidan nuestras creencias.
Entonces siempre que nos sentimos víctimas, como creadores,
subconscientemente encontraremos a alguien que nos esté lastimando para
perpetuar nuestra creencia que es la causa y el efecto son los dramas
que vivimos. Por lo tanto nuestras creencias se muestran tan acertadas y
válidas para nosotros que raramente las cuestionamos y andamos
reaccionando en automático…
Poseemos muchas creencias similares a estas, yo las he tenido.
Cuando tenga más… podré comprarme .… y me sentiré feliz y realizada.
Cuando adelgace o engorde seré querida o tomada en cuenta… y me sentiré satisfecha.
Cuando xxxxxx … haga … me sentiré en paz.
No me decido a tomar cierta decisión porque si lo hiciera… (y entonces pienso en un resultado terrible en el que creo).
Estos ejemplos están centrados en nuestra
dependencia hacia el mundo externo, esperando que este cambie primero
sin tomar responsabilidad por la infelicidad que nos estamos creando.
¿Has notado que es difícil que el espejo
te devuelva una sonrisa si tú no le sonríes primero? Sería algo extraño
ver como el espejo sonríe primero, ¿no? Así es la realidad, así es el
mundo exterior a nosotros que responde directamente a nuestro estado
interior, es un reflejo, una ilusión holográfica.
Postergar una decisión que podría ser
tomada ya, en este instante, como decidir estar en paz, sentir
felicidad, amor, valía, sentirse merecedor, por una decisión
condicionada al mundo externo es absurdo ya que el mundo externo
responde y refleja totalmente nuestro estado interno actual y va
cambiando en la medida que cambiemos..
Al decidir comenzar a sentirme más acorde
con quién realmente soy y a tomar responsabilidad sobre lo que estoy
creando, de manera natural se van soltando los apegos que me atan a la
victimización. Dejo ir mi dependencia hacia la idea de que la salvación
me llegará desde el exterior por medio de algo o alguien que repare
todos mis errores o arregle mi vida y asumo que el único cambio posible
comienza conmigo.
Comienzo a recrear una nueva realidad.
Hay incontables realidades y todas ellas existen al mismo tiempo. Esto
es lo que se conoce como universos paralelos. En cuál realidad entremos
depende únicamente de nosotros.
Entonces cuando cambiamos nuestra
percepción sobre nosotros mismos y comenzamos a vernos como creadores,
mágicamente nuestro mundo comienza a tratarnos de otra manera. El mundo
comienza a reflejar la nueva forma como nos percibimos; hemos
transformado nuestra realidad. Nada tiene que ver con que los demás
hayan cambiado con respecto a nosotros, tiene que ver con la nueva
manera como nos percibimos y como percibimos todo lo que nos rodea.
Abandonamos el rol de víctima y por ende los conflictos disminuyen, los
juicios hacia los demás dejan de tener sentido y comenzamos a descubrir
el poder que anteriormente desconocíamos o habíamos olvidado.
¡Ahora el espejo nos sonríe porque nosotros hemos decidido sonreír primero!.
Convéncete de que eres un creador eterno e
infinito con un inmenso poder. Comienza a verte como el grandioso
director de la orquesta donde la música que suena tú eres quien lleva la
batuta. Retoma tu poder desde el amor subiendo tu vibración energética.
A tus temores obsérvalos y diles que ya
no los necesitas. Háblales con amor y agradéceles que te hayan
acompañado. Honra todos los recuerdos de aquello que no funcionó para ti
para que tu energía sea igualada y puedas pasar a algo nuevo sin temor y
sin juicios.
No tengas expectativas, no limites
aquello que puedes crear. Tu mente física o intelecto no sabe y no fue
diseñada para eso, pero hay una parte en ti de la cual no eres
consciente que sí sabe que es lo mejor para ti. Déjala que te guie,
confía y actúa. Permítete recibir lo inimaginable en vez de limitarte a
pedir lo que tus expectativas te podrían dar. Abandona las condiciones y
las limitaciones. Ábrete a la abundancia infinita que existe en el
universo permitiéndote fluir sin interferir.
Acepta con neutralidad los nuevos
desafíos que se te presenten para mantenerte en equilibrio y a cada
momento que sientas que lo puedes perder diles mentalmente TE AMO y
GRACIAS. Y así tus creencias, sean cuales sean, al recibir estas gratas y
apacibles expresiones amorosas, serán transformadas creando un efecto
positivo en tu vida.
Abre tu corazón hacia ti mismo más que a
nada y si te tomas el tiempo de mirarte a los ojos profundamente a
través de un espejo por un tiempo suficientemente largo, es muy probable
que sientas compasión y amor por ese ser que realmente eres tú. Te lo
mereces porque si no fuera así, no existirías.
Deseo que encuentres la paz que ya está
en ti, y que estas fiestas de fin de año te traigan numerosas alegrías.
Eres el creador de tu experiencia, lo único que tienes que hacer es
verte de otra manera para retomar tu poder.
Te amo
Jocelyne Ramniceanu
Comentarios
Publicar un comentario