LA FACULTAD DE CURAR


Foto: La facultad de curar es algo que todos lleváis impreso en vuestro ADN de referencia y que puede activarse desde vuestro cerebro, ya que la curación o normalización de desequilibrios es una interacción terapéutica entre el cuerpo supraenergético del que provee la iniciativa y el de destino y opera a través de un proceso de resonancia que actúa reforzando la matriz energética del cuerpo, apoyando la renovación de las células y, en su caso, el crecimiento de tejido nuevo o regenerado. La autocuración es, además, una característica de todos los seres vivos y tiene lugar en el cuerpo energético que llamáis aura ya que ésta reacciona inmediatamente a cualquier cambio en la esfera del pensamiento, los sentimientos o las variaciones ambientales, del tipo que sean.

Cualquier debilitamiento de la matriz corporal conduce inequívocamente a la regresividad y desequilibrio de partes de la estructura atómica, molecular o celular generando un defecto de resonancia que se traduce en una alteración de los campos morfoeléctricos del organismo.

Ahora bien, ¿qué puede provocar el debilitamiento del campo vital y desencadenar anomalías como el cáncer? Aspectos como la contaminación visual, acústica, táctil, gustativa o sentimental espiritual, pueden provocar y de hecho provocan la aparición de anomalías que luego conducen a enfermedades que, por el momento, os resultan incurables; lógicamente, todo lo que signifique estabilización de energías os ayudará en vuestro camino hacia la inmortalidad. Debéis tener en cuenta que estáis permanentemente atravesados por energías que, de alguna manera, son nocivas para vuestros cuerpos, como son las energías eléctricas no aisladas, las energías acústicas que exceden el espectro asumible, las energías visuales que llegan hasta el cerebro sobre circunstancias sociales y ambientales, intrínsecamente negativas, las energías de otras personas que “tiñen” el color de vuestros campos electromagnéticos y aura, volviéndoos más despersonalizados o, si lo preferís, perdiendo una parte importante de vosotros mismos, para convertiros en réplicas potenciales de otros, etc.

Angel Luis Fernández.

www.a1radiotv.com
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www.youtube.com/user/a1television
La facultad de curar es algo que todos lleváis impreso en vuestro ADN de referencia y que puede activarse desde vuestro cerebro, ya que la curación o normalización de desequilibrios es una interacción terapéutica entre el cuerpo supraenergético del que provee la iniciativa y el de destino y opera a través de un proceso de resonancia que actúa reforzando la matriz energética del cuerpo, apoyando la renovación de las células y, en su caso, el crecimiento de tejido nuevo o regenerado. La autocuración es, además, una característica de todos los seres vivos y tiene lugar en el cuerpo energético que llamáis aura ya que ésta reacciona inmediatamente a cualquier cambio en la esfera del pensamiento, los sentimientos o las variaciones ambientales, del tipo que sean.

Cualquier debilitamiento de la matriz corporal conduce inequívocamente a la regresividad y desequilibrio de partes de la estructura atómica, molecular o celular generando un defecto de resonancia que se traduce en una alteración de los campos morfoeléctricos del organismo.

Ahora bien, ¿qué puede provocar el debilitamiento del campo vital y desencadenar anomalías como el cáncer? Aspectos como la contaminación visual, acústica, táctil, gustativa o sentimental espiritual, pueden provocar y de hecho provocan la aparición de anomalías que luego conducen a enfermedades que, por el momento, os resultan incurables; lógicamente, todo lo que signifique estabilización de energías os ayudará en vuestro camino hacia la inmortalidad. Debéis tener en cuenta que estáis permanentemente atravesados por energías que, de alguna manera, son nocivas para vuestros cuerpos, como son las energías eléctricas no aisladas, las energías acústicas que exceden el espectro asumible, las energías visuales que llegan hasta el cerebro sobre circunstancias sociales y ambientales, intrínsecamente negativas, las energías de otras personas que “tiñen” el color de vuestros campos electromagnéticos y aura, volviéndoos más despersonalizados o, si lo preferís, perdiendo una parte importante de vosotros mismos, para convertiros en réplicas potenciales de otros, etc.

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