MEDITACIONES GUIADAS .EL ESPEJO DEL ALMA
En apariencia
cualquiera de nosotros puede pensar que está bien o que está perfectamente en
su interior. El problema es que nuestro
ego tiende a engañarnos mintiéndonos sobre nuestro verdadero estado interior
por miedo a lo que podamos encontrarnos, sea bueno o malo. Tanto es así, que aunque lo más normal sea que nos mienta
diciendo que estamos bien cuando estamos mal, otras veces puede hacernos creer que estamos mal
cuando realmente estamos estupendamente.
El objetivo de esta
meditación es proveernos de una herramienta muy útil que nos permita determinar
exactamente cuál es nuestro verdadero estado interior. Esto nos permitirá después reflexionar sobre
los resultados y actuar en consecuencia a ellos.
Y la meditación dice
así:
1. Preparativos:
como siempre este paso es fundamental. Busca un ambiente agradable y en el
que puedas estar muy tranquilo. Tómate
todo el tiempo que necesites para sentirte lo más a gusto posible en tu lugar de meditación.
2. Relajación: ahora
intenta relajarte todo lo que puedas. Respira profundamente tres veces. Escucha durante unos instantes los latidos de
tu corazón y siente que todo tu cuerpo PESA y se RELAJA. Recuerda que si te cuesta relajarte
puedes recurrir a la técnica que te recomendamos en este curso en la lección la relajación.
3. El bosque: cuando
te sientas preparado para comenzar, visualiza un profundo bosque. Imagina unos grandes y mágicos árboles, muchas
plantas y flores de colores. Tómate tu tiempo para visualizar un maravilloso
lugar. Después disfruta durante un ratito de todos sus encantos.
4. La cueva cuando
ya te sientas listo para seguir avanzando en la meditación, debes
visualizar un camino de tierra que parte
del bosque. Empieza a caminar por él. Ve mirando el paisaje, tranquilo y confiado. Estate un buen rato
caminando.
Tras haber caminado
lo que consideres suficiente visualiza al final del camino una montaña. Poco a
poco te vas acercando a ella y descubres una cueva. Sitúate delante de la cueva
y céntrate en la sensación que te
produce saber que vas a entrar. Cuando entres en la cueva estarás adentrándote
en tu interior, así que observa si te resulta agradable o fácil; o si por el
contrario tienes miedo a entrar.
Si está demasiado
oscuro para ti, coge una antorcha e ilumina el camino. Empieza a descender lentamente por la cueva. Mantente en descenso
durante un buen rato.
5. El espejo: tras
el rato que consideres necesario de descenso a través de la cueva es el momento
de llegar al final. No importa como sea ese final, puedes visualizarlo como te
guste, sin embargo debe haber un gran
espejo dorado y brillante allí.
Cuando entres tiene
que estar "desactivado". Esto quiere decir que puedas mirarte en él
tal y como te verías en cualquier espejo
normal. Tómate tu tiempo para visualizar el espejo y el lugar donde te
encuentras.
6. Mirando en tu
interior: cuando te sientas preparado dile al espejo que te muestre tu verdadero
YO. Tómalo con calma porque tu mente puede intentar rechazar la visión.
Fíjate bien en el
resultado. Si todo parece estar bien, puedes pedirle al espejo que te
muestre algo en tu interior que no esté
bien. Así tendrás algo sobre lo que reflexionar para mejorar después.
Pídele también que
te muestre cómo está tu mente, tus sentimientos, etc...
Para salir de la
meditación primero dale las gracias al espejo por mostrarte todo lo que querías
saber. Después vuelve lentamente por dónde has venido. Cuando estés en el bosque disfruta de nuevo
de él unos instantes. A continuación ya puedes abrir los ojos y apuntar en tu
diario el resultado de la meditación. Reflexiona sobre ello.
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