La evolución del Alma de Emilio Cameselle
La evolución del alma. 1ª parte
En cada nacimiento en la evolución de
nuestra alma se pierde la consciencia del yo anterior, se difumina la
personalidad que nos identificaba en nuestra última existencia y solo
pervive la esencia del conjunto de nuestras vidas concentrada en varios
átomos permanentes que son las semillas por las que se crearán y se
desarrollarán los nuevos cuerpos.
Al igual que en la genética física
residen los datos necesarios para la formación del cuerpo material,
incluso información instintiva procedente de los ancestros que nos unen
con ellos, en los átomos permanentes sutiles reside la información para
la formación de los cuerpos vital, astral, mental que forman parte de
nuestro ser.
Porque del mismo modo que en la muerte
física se transforma la materia, existe una muerte paulatina y
transformación de los demás cuerpos que conforman al hombre hasta llegar
al plano de la energía del “Atma” donde vuelve a comenzar la atracción,
el descenso y la creación de cuerpos hasta la rencarnación física.
Hay seres de luz que se encargan de
dirigir esta creación de acuerdo a los procesos kármicos que debe
superar el ser en su nueva vida y también entidades de vibración etérica
elemental relacionados sobre todo con la energía femenina de la madre,
de la diosa, que se vinculan desde el primer momento con la formación y
la protección del nuevo cuerpo.
Durante los primeros años de la nueva
vida continua una relación estrecha y armónica con el elemental
protector, que además une en un triangulo mágico sus sentidos con madre y
niño.
Mas tarde llega el tiempo de las memorias
y del aprendizaje de la mente, cuando el plano mental recibe la
información del contacto con el exterior, padre, madre, próximos, etc. y
también de sus instintos físicos materializados en el plano astral, y
se relacionan con la energía intuitiva del atma (que lleva en su esencia
experiencias de vidas anteriores), se filtra, se racionaliza y se crea
el concepto relativo y particular para él de la voz de la conciencia, de
la dualidad, de la búsqueda y encuentro de la Divinidad de forma
consciente o inconsciente como respuesta a los miedos e interrogantes
que le da la vida.
Unidos al ser, y al concepto de dualidad
viven dos creaciones de la mente, dos creaciones que tienen vida propia y
que alimenta el mismo, el ángel de la presencia y el guardián del
Umbral.
El ángel de la presencia representa a la
definición mas perfecta que el ser en cada momento de su evolución tiene
del bien, de la luz. Cuanto mas evolucionada esta el alma más cercano
estará el ángel de la presencia al ángel real y más vibrarán en sintonía
intercambiando información.
El guardián del Umbral representa los
miedos, temores, sentimientos de culpa, de imperfección, es la niebla
que nos difumina el acceso a la luz, a la contemplación de la verdad, su
misión es mantenernos en el mundo de maya, de la ilusión, crear apegos.
Ambos al estar limitados por memorias, a
la razón parcial, son parte de lo que se llamaba en el paraíso cristiano
el árbol de la ciencia del bien y del mal, cuando se come de ese árbol
que estaba prohibido, la naturaleza, lo natural se puede convertir en
pecado, porque vemos todo con unos ojos diferentes.
En nuestro plano dimensional
esotéricamente todo se explica a través del número 7, siete vibraciones
diferentes que forman planos, cuerpos, siete colores básicos del arco
iris, 7 notas musicales, siete chacras principales, siete rayos, ( el
ocho y el nueve son números que expresan el cuerpo exterior del sistema
donde se manifiesta la Divinidad.)
Cada atma, que define el concepto del Yo
puro, del Yo superior, es proyectada por la Mónada que es la partícula
mas pequeña e indivisible, la chispa divina, por medio de la intuición
espiritual de evolución esotéricamente llamada budhi, de forma séptuple
ya su vez dividida en 2 partes un ying y un yang, un aspecto femenino y
un aspecto masculino de la divinidad.
En cada nacimiento cada atma busca
desarrollar el camino de la evolución de sus cuerpos inferiores y
fundirse con alguna de sus siete almas gemelas.
Muchas veces las almas gemelas o las que
manifiestan su mismo aspecto creadas por la misma mónada y que están en
planos de evolución superior son las que hacen la labor de lo que
llamamos Ángel guardián.
GHB - Información difundida por http://hermandadblanca.org/
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