El Vacio y lo Inmanifestado
“Alcanza la total vacuidad para conservar la paz.
De la aparición bulliciosa de todas las cosas, contempla
su retorno.
Todos los seres crecen agitadamente, pero luego, cada
uno vuelve a su raíz”.
Tao te King
La física se limita a decirnos que la estructura
atómica de la materia se conforma de 99, 9999% de vacío. Haramein argumenta que ese vacío está lleno de energía de una densidad infinita. Prosigue
Haramein: “siendo la esfera la
forma de mayor volumen y el tetraedro el volumen más pequeño, o de
mayor contracción, si colocamos cada una de esas pirámides en una esfera
llegamos a la forma geométrica llamada La Flor de la Vida , forma que aparece en todos los libros de
sabiduría antigua”.
Este
mismo símbolo aparece también en la tradición hebraica: el doble
tetraedro es, en plano, la “Estrella de
David”, y como volumen es la merkabah,
que en las enseñanzas esotéricas modernas se define como un vehículo
interdimensional bajo forma isométrica compuesto por dos tetraedros de energía
con un centro común y colocados en sentido inverso, es decir, un tetraedro
apunta hacia arriba y el otro hacia abajo.
El doble tetraedro se encuentra también en otras tradiciones, como la hinduista. Es el llamado Saraswati yantra.
Es
importante señalar que, numéricamente, el número cero representa a esta “nada”,
y que este número es de origen indio. El término “cero”, al igual que el
término “cifra”, deriva etimológicamente del árabe “sifr” (que significa
‘vacío’) y éste es la traducción del original nombre para el cero, el sánscrito
“sunya” (literalmente ‘vacío’). El cero es, pues, el vacío matemático.
Las
similitudes entre Cábala y sistemas indos como el Yoga o el vedanta advaita hacen
pensar en un posible trasvase de conocimientos de oriente a occidente. El gran
gñani advaiti Nisargadatta Maharaj
habla de la unidad esencial de lo inmanifestado y lo manifestado. El Noumeno es el substrato original, un
estado de potencialidad pura, de vacuidad
no vacía sino plena. En ese estado original surge la consciencia: el
pensamiento “Yo Soy”. Entonces el Noumeno se refleja especularmente
en el universo fenoménico. Para verse a
Sí Mismo el Noumeno se objetiviza en fenómeno, y surge la primera dualidad
básica: el principio de lo masculino (Purusha) y lo femenino (Prakriti).
Asímismo para que los fenómenos puedan desarrollarse surgen el espacio y el
tiempo. Tenemos pues los mismos
principios que en la Cábala se denominan Ain Sof Aur (lo Inmanifestado, el
Noumeno), la sefirá de Kether (la Consciencia “Yo Soy”, el Parabrahman) y las sefirot de Jokmah (lo masculino, el espacio, la
energía) y Bináh (lo femenino, el tiempo, la forma).
El sistema
Taoista también considera lo Inmanifestado, el “No Ser” o la “Nada” como el
auténtico origen de toda la manifestación. En el Tao te King leemos:
“No existencia y existencia son uno y lo mismo en su origen; sólo se
separan cuando se manifiestan”.
“El principio del cielo y la tierra se hallan en el No Ser”. “Regreso
es el movimiento del Tao. Debilidad es el proceder del Tao. Todo lo que hay
surge del Ser. El Ser surgió del No Ser”.
"El Señor Venerable, el Tao,
se encontraba en reposo, más allá de la desolación en silencio, en el vacío
misterioso... Dicen que él / ella está ahí y no veo una
forma, dicen que él / ella no está ahí, sin embargo, todos los seres lo siguen
de por vida."
Es así que el vacío viene a confundirse con el substrato
subyacente a la manifestación de la realidad.
Ain אּיּן (Nada)
Soph סּוּףּ
(Infinito,Ilimitado)
Aur ﭏוּרּ(Luz).
Ain es lo Inmanifestado Absoluto. No es un Ser, es la Nada, la "no Seidad".
Ain Soph es el Infinito. Al hacerse Consciente de Sí Mismo, el Ain se convierte en Ain Sof. Surge la conciencia de Ser, la "Seidad".
Ain Sof
Aur es la Luz Infinita. El Ain Soph deviene en Luz Infinita Ilimitada. Se produce una contracción, el ZimZum זּוּם זּוּם , que genera un vacío
en el que se producirá la manifestación de todo el universo fenoménico. La primera
emanación de este Inmanifestado es la esfera de Kether, que representa la Unidad, el Ser Unico y Existente por sí
Mismo, al que comúnmente llamamos Dios, y cuyo nombre en Kether es Ehiéh אּהּיּהּ
Dion Fortune en su “Doctrina Cósmica” describe tres
procesos saliendo desde el Inmanifiesto
( Ain Soph):
El Anillo
Cosmos es un proceso anabólico que permite la creación de las formas de
mayor y mayor complejidad.
El anillo Caos es un proceso catabólico que produce la destrucción y el reciclado de la forma.
FUENTE http://merkabbahcabala.blogspot.com.es/
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