SOLEDAD.ANTHONY DE MELLO
Dichoso el varón que
soporta la prueba, porque, al salir airoso, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que lo aman. St 1, 12
Pensamientos:
La misma alegría y
exaltación de cuando llega el amigo, es proporcional al miedo y al dolor
de cuando se marcha... o cuando lo
esperas y no viene... ¿Vale la pena? Donde hay miedo no hay amor y puedes estar bien seguro de ello. No existen dificultades ante las otras
personas. La única dificultad está dentro de ti. El problema no son los otros,
sino tu forma de reaccionar ante ellos. Descubre por qué reaccionas de determinada manera. Así te volverás capaz de
romper con tus ilusiones. El responsable
de tus enfados eres tú, pues aunque el otro haya provocado el conflicto, el apego
y no el conflicto es lo que te hace sufrir.
Es el miedo a la imagen que el otro haya podido hacer de ti, miedo a
perder su amor, miedo a tener que
reconocer que es una imagen la que dices amar, y miedo a que la imagen de ti,
la que tú sueñas que él tenga de ti, se
rompa. Todo miedo es un impedimento para
que el amor surja. Y el miedo no es algo
innato sino aprendido. Si lo comprendes
todo, lo perdonas todo. Y solo existe el
perdón cuando te das cuenta de que, en realidad, no tienes nada que
perdonar. En realidad, nadie tiene la
capacidad de ofenderte. Lo que te ofende es la forma en que interpretas el
lenguaje. Amor es pura gratitud, y
nosotros nos ponemos condiciones. Y si nos ponemos condiciones a nosotros
mismos, ¿cómo no vamos a ponérselas a los demás? Convertimos eso que llamamos amor en un
egoísmo refinado que utilizamos, o para darnos placer, o para evitar sensaciones desagradables, sensaciones de culpabilidad, o miedo al
rechazo. Para evitar esto, comerciamos
con lo que llamamos amor. Si somos
capaces de ver esto y de llamar a las cosas por su propio nombre, ya vemos claro. La más linda redención y libertad es
experimentada cuando se deja a las otras personas solas, existiendo, amando y creciendo, y no
imponiéndoles, interfiriendo y amoldando sus vidas. Los hombres buscan y huyen de muchas cosas, y
no entienden que, tanto lo que buscan fuera como aquello de lo que huyen, está dentro. Cámbiate a ti mismo. Cuando cambies, las
personas cambiarán. El problema no está del todo en ellas, sino en la forma en
que interaccionas con ellas. Sólo el día
en que no nos importe lo que piensen de nosotros las personas, comenzaremos a
saber amarlas como son y darles la
respuesta adecuada. El día en que
cambies, cambiarán todas las personas para ti, y cambiará tu presente. Entonces vivirás en un mundo de amor. No hay pareja ni amistad que esté tan segura
como la que se mantiene libre. Sólo es
eterno lo que se basa en un amor libre. Los deseos te hacen siempre
vulnerable. Si a veces dices sí por no
desilusionar a la gente, eso no es amor, es cobardía. Un gran ejercicio para el amor es saber decir
no. Percibe qué fascinante es estar sin
un solo amigo o consejero con quien contar.
Cuando ves la torpeza de los otros para ayudarte, descubres el Reino
dentro de ti. Nunca te enamoras por
alguien. Te enamoras por las ideas esperanzadas y por los sentimientos agradables que creas con respecto a
alguien. Piensa en uno de los pasajes
del Evangelio en que Jesús, después de despedir a la gente, se queda solo. ¡Qué
hermoso es ese amor! Sólo el que sabe independizarse de las personas sabrá
amar- las como son. La soledad es necesaria para comprenderte
fuera de toda programación. Piensa en
alguna temporada en que te sentiste rechazado, desatendido o humillado. A ver si consigues comprender la situación
con realismo, mirándola con sinceridad, en profundidad; y puedes descubrir que,
si tú no te dieras por ofendido, no existiría rechazo, ni humillación
alguna. El vacío que llevamos dentro
hace que tengamos miedo de perder a las personas que amamos. Pero ese vacío se llena sólo con la realidad. Y
cuando estás en la realidad ya no echas de menos nada, ni a nadie. Te verás
libre y lleno de felicidad, como las aves.
Tú no puedes exigir a nadie que te quiera pero, en cuanto no seas
exigente y sueltes los apegos, podrás
reconocer cuántas personas te quieren así como eres, sin exigirte nada, y
comenzarás a saber lo que es el amor.
Ejercicios:
- Ponte frente a un
amigo y dile: "Te dejo libre para que seas tú mismo, para tener
pensamientos propios, para seguir tus
inclinaciones, para entregarte a tus predilecciones, para vivir la vi- da de la forma que quieras. No tendré
exigencias, no quiero que seas como yo deseo. No alimentaré expectativas con
respecto a lo que tú debes ser o hacer en el futuro." - Entra dentro de ti mismo con la
imaginación. Oscuridad y vacío
interiores. Muévete hacia el centro del
ser. Imagina que se ven allí diminutas
llamas de amor que apuntan en dirección a Dios, o manantiales que brotan hacia arriba, o movimientos ciegos
de amor.
Reflexiones:
- La primera cosa
que la educación debe dar a una persona es la capacidad de estar solo y el coraje
de confiar en sus propios ojos, mente y corazón, observaciones, pensamientos y
sentimientos. ¿Estás de acuerdo? - Piensa en todos los controles a los cuales
te sometiste a causa de tu necesidad de compañía y aprobación de otras personas. Renunciaste a la libertad, a favor de tu
comodidad. ¿Por qué? ¿Qué ganaste con eso?
- Antes de cambiar a los demás, cambia tú. Limpia tu ventana para ver
mejor. ¿Cómo lo harías? - Todos somos
necesarios. El valor para tener en cuenta es ser feliz y buscar tu sitio en la
vida. ¿Qué harías para lograrlo?
Muchas gracias por este blog. Creo que es una gran contribución. Aprender de todo esto es lo que hace falta y ponerlo en práctica más todavía, aunque cueste esfuerzo. Si estas ideas se extienden y calan entre la gente, si se "ponen de moda" el esfuerzo de ponerlas en práctica ya no será tan grande.
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