CUENTOS DEL HIMALAYA.LA UNIDAD
Había un gran místico que llevaba muchos años meditando. Era un gran ser, pero nunca había tenido la gracia de experimentar el toque de la Conciencia Suprema. Había llegado a dudar de que existiera; su fe y confianza se resentían. Pero conoció a una ermitaña. Meditaron juntos duran- te semanas. Ella percibió, con el ojo de su sabiduría, que él dudaba de los estados superiores de la consciencia. Una noche de luna llena, la mujer lo tomó y le reveló los grandes misterios del amor. El hombre sintió una nube de éxtasis amoroso y comentó: -¡Qué sentimiento de plenitud, qué sublimidad! La mujer le besó en la frente y le dijo: -Ya no me necesitas más. Lo que has sentido, amigo mío, es una nimiedad en comparación con el estado que puedes experimentar con la iluminación. Hoy has descubierto un minúsculo lado de la Unidad. Imagina cómo será cuando seas tú mismo la Unidad.
El toque de dicha que proporciona la unión carnal es solo un botón de muestra del gozo espiritual que deviene con el despertar en el Uno.
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