Presencia de amor
 Late  el corazón exclamando el sonido de la eternidad como llamarada de vida  en lo interno y total del vivir. Tú eres lo real, el amor dando  presencia a través de la omniabarcante unidad al mundo y a sus  innumerables manifestaciones. Ilusión es pensar que este sueño cambiante  es la base y raíz sobre la que se sustenta todo. Ilusión también es  pensar que más allá del sueño hay una realidad última esperando. No  sería más que otro sueño en proyección. 
 Tu  realidad, la verdad, esa que sólo conquista el amor puesto en la visión  limpia y sincera, nace, muere y vive eternamente en este instante. 
 Todos  los ayeres y mañanas tuvieron lugar sólo ahora. Este momento es tu  memoria, tu futuro, tu presente (todo ello conceptos, imágenes,  ilusiones que llamamos tiempo). Pero nada de eso vive por sí mismo, son  sólo manifestaciones que cobran su vida en ti: la presencia sin nombre,  la amada presencia misteriosa. 
 Tú  eres aquello que todavía y nunca ha nacido: la inocencia eterna que se  mece en la frescura del vívido instante. Todo es aquí, totalidad del  ahora que germina en la paz del silencio, pues es en el silencio donde  la verdad resplandece, donde la vida se muestra absoluta, incontaminada,  en el destello infinito de la prístina quietud, de la intuición  desbordante, del cálido sosiego del amor: abrazando en completa comunión  a la belleza y a la verdad. 

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