Es necesario...

El silencio nos muestra dos verdades. La nuestra y la del mundo.
Cuando se parecen, es que quizás aún no tenemos nuestra propia verdad y se la hemos pedido prestada al mundo. Pero el silencio nos empezará a mostrar nuestra verdad.
Si ya la hemos descubierto. Si sabemos, de verdad, lo que “es” y “no es” para nosotros, el silencio hará más clara esa distancia. La pondrá al descubierto. Y ver la distancia entre nuestra verdad y la del mundo nos impulsa a volver a elegir, esta vez con mayor conciencia.
O, si nos vuelve a dar miedo, nos llevará a tratar, a los empujones, de acercar las dos verdades. Hasta que nos cansemos de hacerlo y aceptemos que entre nuestra verdad y la del mundo hay una distancia. Y aprendamos a vivir con ella. (Julio Bevione)

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