Las energías del miedo y del amor - David Topí
davidtopi.com
Tal
y como dijimos en el artículo anterior, vamos a empezar a trabajar y
explicar diferentes conceptos energéticos presentes y que forman parte
de la experiencia humana y de la forma en la que nuestra psique está
constituida. Hablar de las energías de miedo y amor es hablar de los dos
componentes básicos que moldean la interacción humana en el mundo en el
que vivimos. Todo puede reducirse, si fuéramos un poco drásticos, a
energías de miedo, o basadas en él, o energías de amor, o derivadas del
mismo. Como los dos extremos de un péndulo, son dos fuerzas que
antagonizan, y si una está, la otra no suele poder hacerlo también a la
vez.
Evidentemente, todo miedo puede ser
transmutado con amor, pero con amor “cuántico”, pues el amor “romántico”
que fluye por las capas más bajas del sistema energético humano tiene
bastante sustrato también de miedo: de miedo a quedarse solo, de miedo a
que no nos quieran, de miedo al sufrimiento, de miedo a perder a la
persona con quien estamos, etc., por lo tanto, ese amor “real”, o ese
amor cuántico que es el polo opuesto al miedo como energía, no es el
amor de nuestras películas y series, de relaciones basadas en la
necesidad o el aprovechamiento mutuo, sino el amor como bloque básico de
creación de todo lo que es consciente y vivo en el universo.
El sustrato base de la Creación
Para
poder entender el amor es necesario entender que no hay nada que pueda
existir sin una energía base que lo forme. Esa energía base es
consciente, y tiene una vibración, frecuencia y cualidad que le hace ver
a todo como parte de todo, y sentirse parte de todo eso a su vez, pero
que, cuando llega a niveles más densos y llega a convertirse en emoción
humana, y usamos la palabra amor para definir algo que sentimos viene de
esos otros niveles más elevados, no estamos describiendo o percibiendo
sino el pálido reflejo en el mundo físico de lo que el amor es realmente
como energía y sustrato en toda la Creación.
No
hay forma de hacerle comprender a la mente humana este concepto si no es
a través de algún tipo de experiencia sublime, en la que se pueda
llegar a alcanzar en algún momento una conexión con esta vibración en su
estado más puro y real. Los que han tenido atisbos de ese amor como
sustrato básico de Todo, se dan cuenta de lo difícil que es expresarlo y
explicarlo a otros, ya que es algo que solo sentido, vivido y
experimentado en uno mismo, a través de la conexión que todos tenemos
con otros planos donde esta energía es pura, creativa y sin
distorsionar, radiante y luminosa, uno puede comprender lo que es
realmente. Luego, al ser canalizada con mayor o menor distorsión hacia
el plano físico, a través del sistema energético, aun disminuida en
frecuencia, filtrada y coloreada ya por las emociones y formas mentales,
nos permite tener un sentimiento al que le ponemos el mismo nombre,
amor, aunque solo sea un sucedáneo del concepto original.
El miedo, motor de la sociedad
Por
otro lado, el miedo es la contrapartida energética terrenal que
mantiene una parte del sistema de vida humano en funcionamiento, pues la
mayor parte de las personas hacemos casi todo por miedo. Vamos a
trabajar por miedo a la falta de recursos, miedo a ser dejado de lado en
la sociedad, miedo a no tener nada que hacer, a no ser útil, a no ser
reconocido, importante, aceptado, a no estar integrado con los demás,
etc. Entramos en relaciones, a veces (no quiero generalizar), por miedo a
quedarnos solos, a que nadie nos acepte, a no seguir las normas
sociales o vernos apartados por ellas, etc. Acatamos resoluciones,
imposiciones y órdenes por miedo a las consecuencias, por miedo a
sufrir, por miedo a ser castigados, etc.
Así que,
en general, una parte de las acciones y mecanismos que rigen aún el
sistema de control de la vida humana funcionan gracias al miedo. ¿Y esto
porqué? Porque el programa de gestión de la psique, el ego, usa el
miedo como combustible. Si quitamos las etiquetas asociadas a ambos
potenciales y lo viéramos solo como dos energías neutras, dos tipos
diferentes de gasolina, el programa ego y los mecanismos de gestión de
la realidad necesitan la gasolina miedo para su funcionamiento, que es
la que tiene el octanaje adecuado para esta parte nuestra, ya que si le
metemos la gasolina amor, no le va bien según diseño original, sin
embargo, es lo que interesa insertar, para restarle fuerza, algo que ya
muchas personas están haciendo con su propio trabajo interior de
crecimiento y sanación, al ir limpiando, sanando, transmutando y
eliminando esos miedos, restándole combustible al ego, y dejando que la
consciencia del Yo Superior, que usa la gasolina amor, tenga más fuerza
para encontrar huecos entre los que manifestarse, y hacerse poco a poco
más presente.
Potenciando el amor “cuántico”
Una
vez hemos comprendido esto, el siguiente paso para poder acercarnos a
potenciar el uso de amor cuántico es tomar consciencia de que no hay
forma de avanzar y evolucionar si nos nutrimos, proveemos y generamos el
combustible miedo para ello. Como esta energía hace funcionar los
mecanismos automáticos de la psique, y, por inercia, a la personalidad
que tenemos, y a nuestra consciencia artificial, el ser humano ha de
hacer un esfuerzo constante para poder suprimir su manifestación y
expresión cuando esta gasolina hace su aparición en forma de emociones
negativas, patrones de comportamiento, formas mentales y cosas por el
estilo. No hay forma de parar la actividad y función de los programas de
la psique y del ego que funcionan en modo autómata si se los sigue
abasteciendo de energía miedo, de forma que solo comprendiendo,
aceptando y transmutándolos, quitamos poco a poco el sustrato y
remanentes energéticos almacenados en los cuerpos sutiles que lo
producen, haciendo que el ego y sus procesos puedan perder la fuerza que
tienen a los mandos del cuerpo que usamos.
Y es
que el amor cuántico es infinito, omnipotente y omnipresente, todos los
seres humanos como parte de nuestra función en el planeta tenemos la
capacidad y propósito de canalizar y proyectar esta energía hacia
nuestro plano físico, siendo los responsables de la co-creación de
nuestra realidad en el mismo, usando esta materia prima de amor, como
sustrato de construcción. Pero, como ya sabéis, esto no suele ser así,
ya que se nos induce constantemente a generar miedo y proyectar todo lo
contrario al amor, debido a la situación peculiar y anacrónica en la que
la raza humana existe desde hace milenios, ya que seguimos siendo
actualmente una especie generadora de alimento para otras razas y
grupos, entes y seres, de las que ya os hable en el artículo anterior,
que se nutren y viven principalmente a través de esta otra gasolina de
poco octanaje y calidad vibracional.
Al final, la
cuestión es que la capacidad de sintonizar y generar una u otra energía
está presente en nosotros, que somos el instrumento y tenemos todo lo
necesario para ello, y solo depende del trabajo y elección consciente de
cada uno, que nos dediquemos a ser una fuente para potenciar una o la
otra, acorde a lo que cada uno desee para si mismo, y para el conjunto
de la humanidad a la que pertenece.
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