Se
ha comprobado, a través de diferentes estudios, que los recuerdos no
son inmutables, sino que dentro de ellos hay distorsiones y creaciones
propias.Esto, en otras palabras, significa que lo que
viviste en el pasado deja una huella que no recuerdas con exactitud,
sino en función de la interpretación que construyas para comprender lo
que ocurrió.
En realidad,el hilo conductor de la mayoría de nuestros recuerdos no fueron los hechos en sí, sino el significado que tuvieron para nosotros.
Veamos esto con un ejemplo. Dos personas fueron abandonadas por sus
padres cuando eran muy pequeñas. Ambas sufren un gran impacto por esto,
pero una de ellas emprende un proceso para comprender cómo y por qué
ocurrió.
Años más tarde, esta persona recuerda todo como un suceso triste,
pero conoce y entiende las circunstancias en las que se produjo. En
cambio la otra persona, que no ha digerido la experiencia, simplemente
tiene recuerdos vagos e imprecisos, pero también una fuerte sensación de
doloryrencor.
Así que, en últimas, nunca se trata de lo que viviste, sino de la forma como has logrado asimilar esa situación. Buena parte de las causas para sentir tristeza o ansiedad
están en esas vivencias del pasado que, por no haber sido digeridas,
siguen siendo un factor que influencia la vida de manera negativa.
Los seres humanos no somos una computadora que simplemente acumula datos y los tiene a disposición.
El recuerdo juega un papel muy especial en la vida de los seres
humanos. El pasado es en realidad un concepto complejo porque, aunque se
trata de algo que ya viviste, puede tener una fuerza muy importante en
tu presente. Incluso aunque no te des cuenta de ello.
Aquí podemos utilizar la vieja metáfora del
edificio. Primero se hacen los cimientos y luego se debe construir sobre
ellos una y otra plantas. Si los cimientos no quedaron bien hechos, probablemente uno de esos pisos comience a agrietarse, sin que haya razón aparente. O el edificio en su conjunto puede comenzar a hundirse o derrumbarse en caso de terremoto.
Esto es exactamente lo que pasa con un ser humano. Las
bases de lo que uno es se construyen en los primeros años de vida, que
son, por lo general, los que casi todos hemos olvidado.
De ahí en adelante, cada experiencia se suma y se interpreta, de acuerdo
con esa conciencia de base que ya está formada. Y si los cimientos
están afectados, por alguna razón, es posible que ya en la vida adulta aparezca esa grieta o esa inestabilidad que puede poner en riesgo todo.
Lo bueno de todo esto es que aunque se pueda hacer la metáfora del
edificio para comprender, el ser humano es mucho más complejo, pero, a
la vez, más flexible. Lo que ocurrió en el pasado puedeleersede una manera más constructiva y provechosa, gracias a la comprensión. Es decir que lo que viviste puede dar lugar a hacerte mejor o peor, todo depende de cómo lo interpretes.
LO QUE VIVISTE SE PUEDE REINTERPRETAR
Por naturaleza,tendemos a eludir y a intentar olvidar las experiencias negativas. Si viviste un abandono, un rechazo, o una experiencia traumática,
lo más seguro es que trates de ponerla a un lado y de no pensar mucho
en ella, para no sumergirte en una cadena de pensamientos que poco
aportan a tu bienestar emocional.
Sin embargo, cuando
no te das tiempo para asimilar eso que viviste, en lugar de olvidar
realmente, lo que consigues es mantener viva esa experiencia en tuinconsciente. Esto se traduce en esas tristezas o esas angustias para las que no parece haber explicación.
Más que lo que viviste, lo importante es la forma como has estructurado el recuerdo. Si eliges una perspectiva victimista para interpretar lo ocurrido, tus experiencias pasadas las verás a través de ese lente de la autoconmiseración. Si
escoges una visión defensiva, lo que viviste solo será una razón más
para desconfiar de los demás o para estar en actitud de revancha hacia
las personas, aunque no te hayan hecho nada.
Es importante aprender a deconstruir lo que viviste. Esto quiere decir, que debes tomar los hechos ocurridos y asumir un punto de vista que te lleve a la comprensión. No solamente tomar en cuenta lo sucedido, sino tratar de ubicarte en la posición de quienes pueden haberte hecho daño.
Quizás descubras que lo que los motivó no fue la crueldad o el egoísmo, sino sus propiaslimitacionesofrustraciones.
Tal vez también entiendas que la mejor manera de hacerte justicia no es
olvidar, sino aprender a mirarte como alguien que pasó por una
experiencia negativa, pero que también merece superarla y ser feliz.
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