¿EN QUÉ CONSISTE EL AUTOCONOCIMIENTO?
Lo más normal es luchar para cambiar lo
de fuera, culpando a los demás de nuestros conflictos, victimizándonos
por nuestras circunstancias adversas e incluso quejándonos ante la vida
por todas aquellas situaciones desagradables que nos suceden.
Lo excepcional es reconocer que
nosotros somos co-creadores y co-responsables de nuestros problemas.
Cuando lo hacemos, estamos más cerca de encontrar las soluciones que
anteriormente buscábamos fuera. El gran desafío consiste en mirarnos en
el espejo. Aunque a veces nos cueste reconocerlo, la raíz de nuestro
sufrimiento y también de nuestra felicidad está dentro de nosotros y no
fuera.
¿QUÉ ES ENTONCES EL AUTOCONOCIMIENTO? ¿Y PARA QUÉ NOS PUEDE SER ÚTIL?
El autoconocimiento consiste en buscar
lo que andamos persiguiendo dentro de nosotros mismos, que es
precisamente el último lugar en el que nos han enseñado a mirar.
El autoconocimiento es la llave que abre
la puerta hacia nuestro interior, que es donde podemos conectar con
nuestra esencia, con nuestra energía primigenia. Y puede que ahora,
después de mucho tiempo sin echarle un vistazo, nos dé miedo entrar
adentro.
Pero en la medida en que nuestros ojos
se vayan acostumbrando a la oscuridad, poco a poco seremos capaces de
movernos con facilidad dentro de nosotros mismos. Solo así descubriremos
quiénes somos de verdad. Para lograrlo, hemos de saber cómo funciona
nuestra mente; de qué manera podemos gestionar nuestros pensamientos
voluntariamente; cómo podemos regular nuestras emociones de forma
constructiva; cuál es la causa real de nuestro malestar; cuál es el
camino para gozar de un equilibrio duradero y, en definitiva, cómo
podemos llevar una vida plena y con sentido en todos nuestros ámbitos de
actuación, familiar, social, profesional y máxime en el actual
escenario socio – laboral, marcado por la hipervelocidad, el estrés y el
cansancio… A partir de este aprendizaje, lleno de tesoros y sorpresas,
estaremos preparados para relacionarnos con los demás y con la realidad
de una manera más inteligente, fluida y amorosa…
AUNQUE LO PAREZCA, EL ÉXITO NO ES LA BASE DE LA FELICIDAD, MIENTRAS QUE LA FELICIDAD SÍ ES LA BASE DE CUALQUIER ÉXITO.
La respuesta está dentro, no fuera.
No solo no nos han enseñado a mirar hacia nuestro interior, sino que la
sociedad nos ha condicionado para que nos centremos, e incluso nos
obsesionemos, en lo que ocurre fuera.
Normalmente creemos que la felicidad
llegará cuando tengamos más dinero, éxito profesional, prestigio social,
un coche nuevo, una pareja más guapa…Y ESA ES PRECISAMENTE LA FUNCIÓN DEL DESEO: PERSEGUIR LO QUE NO TENEMOS, creyendo
que eso que anhelamos conseguir en el futuro nos generará la felicidad
de la que carecemos en el momento presente. Sin embargo, por el camino
solemos perder lo único que necesitamos y que ya está a nuestra
disposición: nosotros mismos, es decir, nuestro propio bienestar
interno.
EL ENCUENTRO CON NOSOTROS MISMOS. ES UN ENCUENTRO DEL QUE NO PODEMOS ESCAPAR ETERNAMENTE.
Con respecto a si existe o no un
manual de instrucciones, lo cierto es que sí existe. Y no solo uno, sino
muchos. De ahí la gran variedad de herramientas de crecimiento
personal. Y todas ellas son sendas diferentes que nos conducen hasta un
mismo punto: el conocimiento y la comprensión de nuestra condición
humana y nuestra esencia divina, que nos permite recuperar el contacto
con la riqueza con la que nacimos: la felicidad, el equilibrio y el
bienestar interno. Cada una de estas herramientas es como un mapa de
nuestra condición humana: nos pueden ayudar a ver con más claridad los
pasos que tenemos que dar para llegar a encender la luz en nuestro
interior.
Una vez encendida, ya no necesitamos seguir utilizándolas, pudiendo seguir nuestro camino de forma libre y autónoma.
Aunque en un primer momento pueda
parecerlo, el autoconocimiento no es un fin en sí mismo. Aprender a ser
felices por nosotros mismos es el primer paso, no el final del trayecto.
Así, el autoconocimiento es un medio que nos permite conocernos más en
profundidad para poder poner en equilibrio y orden, nuestro interior.
El autoconocimiento no solo nos abre
la puerta a nuestro interior, sino que además nos capacita para entender
Las Leyes Universales, que rigen la creación. Pudiendo sentir como se
manifiestan en cada uno de nosotros.
ADEMÁS, AL GOZAR DE UN SANO Y SOSTENIBLE BIENESTAR PODEMOS EMPEZAR A SERVIR AMOROSAMENTE A LOS DEMÁS…
Por servir amorosamente me refiero a
que cuando estamos a gusto y en paz con nosotros mismos, podemos empezar
a estarlo con los demás y con la vida. Es decir, que nuestro equilibrio
interno nos permite ser mejores padres, hijos, hermanos, amigos,
directivos, jefes, compañeros de trabajo… Y por mejores quiero decir más
conscientes y dotando a nuestros actos una mayor moralidad.
Cuando hablo acerca del amor, no me
refiero al sentimiento, sino al comportamiento. Amar es sinónimo de
comprender, aceptar, respetar, agradecer, valorar, escuchar, atender,
ofrecer y, en definitiva, ser amable en cada momento y frente a cada
situación. Y lo cierto es que siempre tenemos la posibilidad de ser
amables…
¿Y POR QUÉ NO LO SOMOS? ¿POR QUÉ SOMOS TAN POCO HUMANOS? ¿POR QUÉ SOMOS TAN CRUELES E INSENSIBLES LOS UNOS CON LOS OTROS?
Si nos observamos detenidamente en
nuestro día a día, nos damos cuenta de que todas nuestras actitudes y
conductas negativas surgen de nuestro interior de forma mecánica e
impulsiva. Ninguno de nosotros elige enfadarse, tener miedo o sentirse
triste. Son emociones que aun no controlamos. Todavía no he conocido a
nadie que pudiendo escoger prefiera sufrir a ser feliz…
Además, cuando gritamos a alguien con
rabia, es a nosotros mismos a quien hacemos daño. La paradoja reside en
que, somos nosotros quienes creamos la rabia en nuestro interior y
creemos que al verterla sobre los demás queda solucionado y no es así,
ya que solo nos perjudica a nosotros, mientras esté trabajando dentro.
Tan solo hemos de comprobar cómo nos
sentimos después de tener un conflicto emocional con otra persona,
aunque hayamos discutido con ella dentro de nuestra cabeza.
Por eso es importante recordarnos cada
día, nada más levantarnos, que cualquier pensamiento, emoción, actitud o
conducta negativos no aportan nunca nada positivo, beneficioso ni
constructivo, sino todo lo contario nos afecta a nuestro sistema
inmunitario, bajando nuestras defensas tal y como ya ha demostrado la
ciencia actual. Volviéndonos más vulnerables a todo tipo de
enfermedades.
El hecho de que en ocasiones nuestro
comportamiento sea tóxico y nocivo es porque en general no somos dueños
de nuestra actitud ni de nuestra conducta. Más bien todo lo contrario.
Somos esclavos de nuestras reacciones emocionales, que se desencadenan
casi sin darnos cuenta. Y mientras seamos seres reactivos, seguiremos
siendo víctimas de nuestras circunstancias.
De hecho, al estar, tan acostumbrados a
ser prisioneros de este encarcelamiento psicológico, solemos concluir
erróneamente que nuestro estado de ánimo viene determinado por lo que
sucede en el exterior. Afortunadamente, es posible dejar de ser,
reactivo para empezar a ser proactivo. Este es precisamente uno de los
objetivos del autoconocimiento y el desarrollo personal.
ES UNA CUESTIÓN DE COMPRENDER LOS PORQUÉS Y ENTRENAR LOS CÓMO…
Extraído del libro “El Principito se pone la corbata” de Borja Vilaseca
Fuente: http://lacienciadelespiritu.blogspot.com.es
TOMADO DE http://www.shurya.com
Comentarios
Publicar un comentario