Nadie nos hace sufrir, el dolor sabemos
que es natural porque nos apegamos a nuestros afectos, cosas, personas,
animales, parejas, modos de vida, valores etc.
Nos apegamos prácticamente a todo lo que se vuelve costumbre y nos resistimos al cambio.
En segundo lugar, el sufrimiento nos
ayuda a comprender y no únicamente a un nivel intelectual que todo es
inestable, pasajero, temporal y en continua transformación y que aunque
el cambio nos cause algún dolor, todo sigue un proceso de evolución y
nada permanece igual.
Para tener paz interior tenemos que
aceptar e internalizar que las relaciones vienen y van cumpliendo con su
cuota ya sea esta corta o larga, ya sea que la separación sea en vida o
a través de un cambio del plano existencial. Igual sucede con nuestras
posesiones. Todo fluye en un constante intercambio transformándose a si
mismo.
No son las situaciones las que nos hacen sufrir sino las interpretaciones que hacemos de ellas con nuestros pensamientos.
Todas las situaciones en nuestra vida
nos producen apego cuando son placenteras y aversión cuando estas son
desagradables. Si nos relacionamos con el mundo con mayor
desprendimiento y sin expectativas, el dolor será pasajero.
Los pensamientos, son el motor del
sufrimiento y es el combustible que lo alimenta. Es aquella parte de
nosotros que nos gobierna y mantiene poseídos si no nos mantenemos en el
presente.
Podemos decirles GRACIAS y TE AMO a cada pensamiento que nos hace sufrir cuando este se presenta.
Cuando me doy por vencida al
sufrimiento, y dejo de luchar y oponerme a él, es cuando realmente
encuentro paz, aceptando lo que es. Es importante decidir ACEPTAR,
rendirnos, y darnos cuenta que no somos eso, sino la conciencia superior
detrás de esos pensamientos que nos hacen sufrir.
El sufrimiento no es más que la voz de
nuestro maestro interno que nos indica que hay otra manera de percibir
el mundo. Que no somos lo que pensamos y que no podemos controlar al
mundo a nuestro antojo sino encontrar la paz interna para que nuestro
mundo cambie.
Únicamente cuando soltamos nuestros
hábitos y creencias, encontramos la paz anhelada y es solo entonces
cuando vamos a experimentar circunstancias amorosas y no al revés.
Comentarios
Publicar un comentario