Haz lo que tengas que hacer
“Haz lo que tengas que hacer resueltamente y con todo el
corazón. El viajero que duda únicamente levanta polvo en el camino” Buda
FUENTE http://www.shurya.com
El problema está que muy pocas veces
tenemos claro lo que tenemos que hacer y sobre todo para qué. La mayoría
de nuestras acciones están hechas de forma automática y por costumbre,
los hábitos son el gran motor que mueve nuestro actuar, sin darnos
cuenta que es justamente esa monotonía la que nos cansa y nos agota y lo
más grave es que nada de lo que hacemos de esa forma inconsciente, nos
sirve para evolucionar de forma consciente.
Nunca debemos dejar de lado, la importancia que lo material tiene en nuestra evolución espiritual, porque “El
ser humano crece desde lo material hacia lo espiritual a través del
conocimiento y practica de las leyes espirituales, el ejercicio de su
libre albedrio y la toma de sus propias decisiones” cada ser humano debe ser un alquimista y transmutar lo material en esencia espiritual.
Hacer lo que tenemos que hacer
resueltamente y con el corazón, significa ser conscientes de lo que
hacemos, poner en ello nuestra mente evaluadora, pero también tener en
cuenta esa intuición que nace de lo profundo de un corazón donde reside
nuestra capacidad de amar y de servicio a los demás.
“En el corazón de todo ser
humano debe existir la motivación de la búsqueda del conocimiento. para
que sea capaz de comprender, el significado de la vida y sentir que ha
venido hacer aquí”.
Hacer lo que debemos, es una invitación a
dejar de lado los sueños que no nos llevan a ninguna parte y poner
manos a la obra en forma concreta, para que nuestros sueños se puedan
convertir en realidad tangible en un plazo determinado. “Los seres
humanos se desalientan cuando ven únicamente su tiempo reducido a una
sola vida.
Tan sólo con poder sentir y entender que
la vida es eterna y continuada, puede inspirar al ser humano a dar lo
mejor de sí mismo y llevar lo mejor que hay en él a su máxima expresión.
El hombre llega de este modo a vivir de manera más generosa para el
bien de si mismo y de los demás.
Ni el éxito, ni la felicidad se pueden
comprar con el sudor o las lágrimas de los demás, no sólo por el daño
que podemos causar a terceros, sino porque más temprano que tarde,
tendremos que pagar el precio de nuestras decisiones, tomadas solo
pensando en nostros mismo.
Nuestras acciones, están sometidas a dos leyes inmutables:
1.- Se recoge lo que siembra.
2.- Recibimos según emitimos.
Y debemos ser conscientes que lo
que estamos viviendo hoy, sea cual sea la experiencia que nos toque
vivir, no es más que el resultado de nuestra siembra hecha tiempo atrás,
con nuestras acciones y decisiones.
Haz lo que tengas que hacer, significa
no dilatar inútilmente lo que tenemos que hacer, no dejar para mañana lo
que podemos hacer hoy, porque no sólo es una pérdida de tiempo, sino
porque nuestras indecisiones retardan nuestra evolución y la de todos
aquellos que nos rodean y comparten nuestra vida.
Como somos humanos, en más de una
ocasión podemos equivocarnos y los resultados pueden ser deficientes y
hasta fatales, sin embargo, si esa decisión fue tomada con la mejor de
nuestras intenciones y de forma consciente, ese aparente fracaso se
transformará de alguna forma en una experiencia valiosa para más
adelante, porque
“Ninguna experiencia valiosa ocurre jamás en vano, ningún significado verdadero o valor real perece jamás”
El fracaso no es tal, cuando se toma
como una experiencia que nos puede ayudar mucho en lo sucesivo, si lo
sabemos afrontar porque “en aceptar el fracaso y adaptarse a la derrota
es donde la visión de largo alcance ejerce su mayor influencia”. El
fracaso es simplemente un episodio educacional, un experimento cultural
en la adquisición de la sabiduría, en la experiencia del ser humano que
busca el conocimiento para entender los procesos de la vida y su
sentido.
Para los seres humanos, que tienen esa
visión de largo alcance el error, no es sino un medio nuevo para el
logro de niveles más altos de conciencia.
Nada desgasta más que las dudas y las
incertidumbres, porque ellas nos alejan del momento presente y nos fijan
en un futuro hipotético en donde imaginamos mil cosas que probablemente
jamás pasarán. No esperemos tener certezas, porque en este mundo son
muy escasas porque todo es relativo.
Haz lo que tienes que hacer, significa
también saber dar prioridades a nuestra vida. Sin embargo el dar
prioridad a lo espiritual de nuestro ser, no quiere decir descuidar
nuestro presente humano y las determinadas circunstancias que cada uno
debe vivir.
“La vida de cada ser humano es un camino hacia sí mismo, el
intento de un camino, el esbozo de un sendero. Ningún ser humano ha
llegado a ser él mismo por completo; sin embargo, todos aspiran a
serlo”.FUENTE http://www.shurya.com
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