Recuperando la espontaneidad
“El hombre perfecto usa su mente como un espejo.
Nada comprende, nada lamenta.
Recibe pero no guarda”
Chuang Tzu
Después de cierto tiempo y algunas
experiencias, cualquier persona que haya recorrido un tramo de la
búsqueda de sí mismo se da cuenta de que está solo. Que cualquier
autoridad de la que depende para sus creencias es un apego que
finalmente resta energía a la búsqueda.
Cuando se deja de malgastar tiempo y
energía escuchando y siguiendo a otros que nos dicen qué tenemos que
hacer y cómo lo tenemos que hacer, esto nos reconecta y nos devuelve una
energía tremenda y nos da un nuevo impulso. En este caso genuino y
maduro. Cuando se abandona toda dependencia de otro en cuanto a la
conducta, a la integridad y la honestidad se puede empezar a observar,
de forma auténtica, de primera mano, lo que somos.
Todos nosotros nos enfrentamos al
misterio de la existencia y, por tanto, nadie lo puede resolver por
nosotros. En todo caso nos impondrán sus conclusiones y condicionarán
nuestra propia experiencia. Rodeados de inseguridades, exigencias y
presiones la mayoría recurrimos a alguien para que nos guíe y nos diga
lo que tenemos que hacer. Y las personas que ocupan ese lugar suelen ser
carismáticas y manipuladoras. Cedemos a sus persuasiones y aceptamos su
condicionamiento. Y lo único que conseguimos es vivir nuestra vida de
segunda mano, nuestra mente se vuelve mecánica y perdemos la
creatividad, la espontaneidad y la autenticidad.
“Llega un momento en que tenemos que
aceptar una realidad difícil: solo una mente que es realmente capaz de
valerse por sí misma, en el sentido de no adherirse a ningún grupo, a
ningún partido o comunidad, a ningún conjunto de dogmas, creencias y
conclusiones, o líderes, puede dejar de ser mecánica para empezar a ser
creativa”. (Krishnamurti).
Ahora bien, desprenderse de esos apegos
yno delegar nuestra experiencia no es nada fácil. En nuestra mente hay
una batalla constante entre la percepción directa y el control. El
pensamiento tiende a controlar para adaptarse al entorno y a las
expectativas de los demás o para ser alguien. El objetivo es ser
aceptados y evitar el rechazo y el dolor. Pero este mecanismo, que busca
seguridad, tarde o temprano, nos aprisiona.
Nos cuesta habitar en la incertidumbre,
por ello nuestro pensamiento se activa buscando control y seguridad. Y
se adhiere a creencias, conclusiones, estructuras sociales, líderes…
pero son falsas seguridadesporque nuestra mente ya no se apoya en la
propia percepción sino en la idea o conclusión que hemos extraídoo nos
han impuesto terceras personas u organizaciones. De este modo
funcionamos mecánicamente y no podemos comprender las cosas tal y comos
son.
Una mente que funciona en percepción
directa en cada instante sin una conclusión que le ponga fin es
creativa. Está viva, despejada y es invulnerable, mientras que una mente
que funciona a partir de conclusiones se vuelve mecánica y puede ser
herida.
La percepción directa solo existe cuando
nos movemos constantemente de percepción en percepción, de acción en
acción. El pensamiento se silencia y recuperamos la espontaneidad.
O tal vez no.
FUENTE http://www.revistanamaste.com/
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