El despertar akashico “La matriz arcana”
Una
de las más notables influencias, que el proceso de despertar colectivo
ha desplegado de forma exponencial, ha sido la hipersensibilidad a los
campos astrales que ha traido como consecuencia una reconexión psíquica
con patrones y modelos ancestrales de actuación ritual.
El
poderoso desarrollo de los canales de comunicación que a través de las
frecuencias vibratorias personales ha conseguido abrir sendas, visiones y
campos etéricos que durante mucho tiempo han sido casi imperceptibles,
pone a la humanidad consciente ante un sinfín de herramientas poderosas,
que surgidas de los oscuros custodios del tiempo, deben ser ahora,
comprendidas y armonizadas en su potencial global.
Los
diferentes modelos de manifestación akashíca que muchos pueden percibir
en sus distintos niveles, se manifiestan solapando la realidad y la
maya, insuflando destellos de unas sendas multidimensionales, que se
expresan por momentos en la misma frecuencia, revelando que la “vida” se
expresa al unísono.
A
nivel consciente, recibimos ese despertar “sensorial” al mundo
abstracto, a través de arcanos o mito-simbologia personal. Nuestro Ser,
trata de sumergirnos en la dinámica ascendente revelándonos pasajes del
akasha, que a través de una conexión magnética y emocional, inspiren y
dirijan nuestra búsqueda, causando un fuerte impulso hacia el
auto-conocimiento intuitivo, los éteres y sus campos de manifestación.
Así,
nuestro llamado interno, la Voz de nuestra Alma que en su afán de
expresarse y desplegar su reino en una dinámica rítmica y armónica, nos
envia destellos simbólicos de sincronicidad y sintonia con las tónicas
evolutivas, que nos confieren un alto nivel de comprensión a través de
la resonancia vibratoria.
La
actividad psíquica se vuelve “receptiva”, al aliento de lo inmaterial, y
los diferentes razonamientos, se vuelven cada vez más complejos e
imposibles, delineándonos que un nuevo camino de lenguaje universal,
debe desarrollarse suponiendo una nueva via de comunicación y relación
con el reino interno y todos aquellos cuyo reflejo mora de igual modo en
nuestro Ser.
Así
el llamado, el despertar de nuestra Alma, se produce a través de su
vehículo de expresión física y etérica, (corazón-astral) causando la
hiperactividad del chakra (hipersensibilidad) y de los 7 niveles
astrales y sus conexiones, presentes, pasadas y a-temporales.
La
dinámica frecuencial de nuestro campo astral, nos conducirá a
“percibir” ditintas realidades con el fín de ir desarrollando nuestras
capacidades psíquicas o dones del Alma.
Los
patrones de manifestación e interpretación pertenecerán por completo a
nuestro consciente social, moral o religioso, y será el simbolismo más
cercano a nuestro devenir aquello que intentará ir “llamando nuestra
atención” hacia diferentes aspectos de la manifestación creativa y
ritual de la humanidad.
El
desarrollo de la sensibilidad astral, revela lentamente la gran red de
corrientes que desde los éteres y tras el velo tejen un sinfín de vida
colectiva, aún poco conocida.
Expresiones
de todo tipo se mezclan y expresan a través de los campos emocionales, y
los símbolos personales, la lógica o lo aceptado por la mente, son sus
principios expresivos.
Así,
la mito-simbologia psíquica comienza su andadura en nuestro devenir
consciente, y nuestra emoción convoca o atrae hacia la percepción, una
tónica y dinámica personal, donde muchos de los secretos del poder
evolutivo, pueden ser encontrados y dirigidos en pos del conocimiento y
la sabiduria ancestral.
Del
mismo modo que la realidad densa, el mundo astral intimamente ligado a
la emoción física está sujeto a la interpretación mental, y los
diferentes símbolos y dinámicas deben ser siempre interpretados, desde
un estado de “no implicación” y observación silenciosa, impidiéndo así
la involutiva “adicción” sensorial, que sólo nos conducirá a desarrollar
un psiquismo inferior, en lugar de descubrirnos los maravillosos dones
del Alma.
Namasté
Anabel.C.Huertas
Comentarios
Publicar un comentario