Karma y profesiones
El
karma es una oportunidad para reparar aquello que en alguna oportunidad
hicimos en contra del amor, amor por el prójimo, por el planeta, por
una comunidad, por nosotros mismos. Y hay ciertas profesiones que hablan
claramente respecto a esto. Pero también las hay para quienes crean su
propio karma, o karmas grupales, sociales, o regionales.
Las
personas que escogen trabajar en el área de la salud son por lo general
aquellas que vienen a equilibrar acciones pasadas que no fueron nada de
amorosas. Un médico que se dedica en cuerpo y alma a la cirugía
reparadora –como mi maestro José Luis Cabouli- puede estar reparando las
vidas en las cuales segó cabezas y miembros, causando muerte y
desolación. Sin embargo, si se usa el talento de cirujano para
beneficiarse más allá de lo éticamente aceptable se está creando karma.
Un médico que en esta vida se dedica a la neonatología puede ser un
indicio claro de que en otra existencia se dedicaba a los abortos, por
ejemplo. Es asunto de observar con detención qué es lo que se hace.
Pero también se crea karma.
Un médico que se dedica a la extracción de órganos de cuerpos de
personas que han sido plagiadas –robadas, secuestradas- para venderlas
al mejor postor está adquiriendo también una deuda que tendrá que saldar
en alguna oportunidad. Dejo a su criterio la validez de lo que llaman
muerte cerebral para destrozar a una persona para sacarle sus órganos e
implantarlos en uno o más receptores.
Un
abogado que hace de la mentira, la suplantación de pruebas, y el
perjuro su forma de enfrentar los pleitos está creando claramente deudas
que seguramente deberá más temprano que tarde equilibrar.
Una
profesora que trabaja con niños, enseñando, acompañando, guiando,
protegiéndoles, con certeza está cumpliendo el compromiso de pagar lo
adeudado en otra vida. Por ejemplo puede haber sido un hombre que robaba
niños para venderlos como esclavos, o a parejas sin hijos. O puede
haber sido una mujer que vendía los propios.
La relación con el poder es una de las fuentes de karma más poderosas.
Muchas veces a las personas les son dadas las oportunidades para que se
encuentren en esas posiciones poderosas, para que tengan la oportunidad
de desplegar sus talentos y dones personales en bien de la comunidad en
que se desenvuelven. Sin embargo, por lo general los seres humanos
abusan de las posiciones de poder, creando con ello una deuda que
tendrán que venir a saldar en su oportunidad.
Por
ello, cuando nos encontramos en lugares, situaciones, posiciones o
profesiones que sentimos son una carga dolorosa y nada gratificante es
necesario pensar que es posible que se nos haya puesto ahí para
equilibrar acciones pasadas, o simplemente estamos ahí para manifestar
nuestro amor por nosotros mismos y por los otros, creando un mejor mundo
donde vivir.
Y es posible que tú mismo hayas decidido estar ahí, aunque no lo sepas.
Que Dios nos bendiga a todos.
Fuente: http://caminosdelalma.wordpress.com/2013/10/
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