Transformar el temor en amor
Casi
todas nuestras reacciones provienen de nuestras creencias basadas en el
miedo cuando estas no nacen del amor incondicional.
Los celos, la envidia, la preocupación,
el enfado, la tristeza etc., son sentimientos tan desagradables que lo
que hacemos es evitar sentirlos, negándolos, disimulándolos o
reaccionando violentamente a estas manifestaciones energéticas. Y lo
hacemos respondiendo hacia afuera colocando en el exterior la causa de
nuestro malestar. Rara vez miramos en nuestro interior.
Siempre conseguimos al culpable de
aquello que sentimos, siempre miramos las circunstancias como un
producto de la mala suerte o simplemente nos sentimos víctimas de las
situaciones o de alguien. Nunca o muy raras veces buscamos la causa
dentro de nosotros y aunque ya lo sabemos, nos olvidamos de que somos
los creadores de nuestra realidad, de nuestras experiencias y de cómo
percibimos el mundo.
Cuando cambiamos de pareja
constantemente, cuando no conseguimos la pareja, o la pareja nos
traiciona; cuando el dinero no alcanza, cuando no conseguimos el trabajo
ideal, miramos y nos preguntamos: ¿Qué estoy haciendo mal?, ¿En que he
fallado? ¿Porque me suceden estas cosas? Y comenzamos a sentirnos como
pobrecitos, seres imperfectos, no merecedores, con poca valía y dotados
de mala suerte. Y la pregunta correcta que debemos hacer es ¿Qué hay
en mí que estoy creando esto? o decir simplemente Lo siento, perdóname
por aquello que hay en mí que está creando esta situación. Está manera
de preguntar ya de por si nos hace recordar que “Yo y solo yo, soy quién
crea mi realidad tal como es”, y si hay aspectos en mi vida que no
marchan bien es porque tengo creencias acerca de mí y del mundo que
aunque no estoy consciente de ellas, hacen que se manifieste de esta
manera en mi realidad.
Antes de llegar al mundo sabíamos que
éramos perfectos. Éramos una eterna manifestación de la creación, y como
creaciones fuimos concebidos a partir de la misma sustancia de Dios.
Luego al entrar en la frecuencia del miedo y la disfunción que
caracterizan nuestro mundo, esta vida; lo hemos olvidado todo, para
vernos inmersos en un ambiente hostil indistintamente de que hayamos
crecido o no, en el seno de una familia amorosa y feliz.
En ese momento, pequeñitos, se crearon las primeras creencias en
cuanto a esta vida. En un niño pequeño donde la obtención de amor se
hacía difícil y sujeta a condiciones; donde se hacía necesario ser digno
para poder ser amado; es así como aparecieron las primeras creencias
sobre las dificultades de obtener amor. Luego a partir de ese hecho
surgió la creencia de que no hay suficiente, que hay que luchar para
conseguir, y hay que ser merecedor. En ese momento, tal vez también se
creó el erróneo concepto de que sentir amor es igual a sentir dolor.Hemos crecido, nos hemos desarrollado como seres adultos, nuestro intelecto se ha formado, y nuestra vida como persona madura la vemos como el resultado de la experiencia, mas ese pequeño niño interno nunca se fue, el no creció ni cambió. Él sigue allí aunque lo hayamos olvidado o creamos que lo hemos superado.
Una y otra vez las situaciones de vida que nos encontramos siempre reflejarán esas tempranas decisiones, esas conclusiones, esas creencias porque tenemos en nuestro interior y siempre irá con nosotros ese pequeño niño, herido y abandonado que aún necesita amor. Una y otra vez, algo del afuera nos apuntará a esas heridas que aún no han sanado y que seguirán allí hasta que le prestemos atención a nuestro niño interior.
Las penas, las tristezas, la rabia, la impotencia, todo aquello que sentimos solo se pueden transformar en el ahora, no tratando de evitar aquello que sintamos, no tratando de esconderlo, sino sentir todo lo que es y toda la manifestación de nuestras emociones, amándolas tal y como son.
Sin juicios abraza mentalmente aquel pequeño que habita en ti y dile mentalmente que está bien sentir lo que siente. Dile que es correcto que lo sienta y abrázate imaginariamente y siente toda la emoción y dile al pequeño que hay en ti, que ahora ya no necesitará sentirse solo y sin amor porque tú estás allí para dárselo.
Acepta lo que sientes, siente en su totalidad aquello que está en ti, no lo resistas y ámalo. Paradójicamente, cuando eliges la transformación AHORA con aceptación y amor, automáticamente transformas tu pasado y tu futuro.
Solo puedes transformar el miedo y cualquier emoción en el momento que sientes la emoción, mandando amor. Tú eres amor, tú eres perfecto
Te amo
Jocelyne Ramniceanu
FUENTE http://hooponoponoenvenezuela.wordpress.com
Comentarios
Publicar un comentario