EL FUEGO CÓSMICO



Pregunta: ¿Cuál es la relación entre el fuego físico tal como lo conocemos y el fuego energía?  ¿Cuál es la naturaleza del fuego eléctrico y la naturaleza del fuego cósmico?
Para entrenarlos a saber interpretar los textos esotéricos en donde por tradición se acostumbra designar a las energías ocultas (o sea todavía no conocidas por la ciencia) con la palabra fuego, por ejemplo:
   -  la energía creadora se le suele llamar el fuego cósmico,
   -  al poder divino se le nombra el fuego sagrado o fuego eléctrico,
   -  kundalini a menudo se le designa como la serpiente de fuego, etc.)
Esta es una pregunta que no le interesa realmente a todos, pero intentando contestarla, voy al mismo tiempo tratar de responder a lo que cada uno de ustedes vino a buscar.
Me proponen de hablar sobre el fuego. Para entender lo que es el fuego y lo que son los fuegos, es necesario primero admitir que ¡todo es fuego!  Y empezar el análisis en un aspecto de la creación que es muy material, que es justamente el plano físico.
Cuando se intenta comprender lo que es el agua, lo que es la tierra, lo que es el aire, el éter y fuego sí mismo. Pues bien, uno se da cuenta, desde una perspectiva esotérica, que todo es fuego, y que el agua en realidad es fuego (energía), pero un fuego condensado hasta el punto en que teniendo un cierto número de átomos, un cierto número de partículas, vibrando en cierto nivel, ese fuego puede dar lugar a la existencia del agua. De la misma manera para la tierra, de la misma manera para el aire. O sea que el aire que respiran no es otra cosa más que fuego. Ahora bien, si es fácil poder imaginarse calentarse cerca de una hoguera, en cambio no es fácil imaginar estar respirando fuego, y sin embargo es la verdad.
(Reflexionándolo no es tan difícil, el oxigeno que absorbemos al respirar sirve para generar la combustión que permite a nuestras células funcionar, y en un aspecto más oculto, también aporta el prana que permite a nuestros nadis “nuestras células energéticas” también funcionar.)
El fuego es el mismo, sólo que, desde su expresión más alta que puede ser considerada como divina, hasta su expresión más baja que corresponde a la materia, el fuego va a manifestarse en diferentes grados de exteriorización, y cada uno de esos grados va a corresponder a diferentes niveles de conciencia. Así la naturaleza va a poner a disposición del cuerpo físico (que necesita oxígeno para vivir): los pulmones. Y los pulmones van a tener la capacidad (porque la inteligencia para hacerlo les va a ser dada) los pulmones van a tender la capacidad de procesar ese fuego que es el aire.
¿Es que esto significa que el aire es un fuego tan rimbombante como el fuego que hay en la hoguera?
No, para nada. Su naturaleza es exactamente la misma, pero eso no quiere decir que hay que tomar todo con la misma imagen y no concebir de acuerdo a las sutilezas. (Si consideramos que el aire y el fuego, los dos están hechos de energía, pero manifestándose de manera diferente, la frase se vuelve muy clara.)
¿Por qué el aire es fuego, y por qué las personas que tienen que trabajar enormemente con un signo de aire, cuando ellas comienzan a trabajar en las octavas superiores de la evolución, trabajan en realidad con las energías del fuego?
Es importante que esas personas entiendan bien ese aspecto, para poderlas guiar adecuadamente en su evolución y que comprendan lo que se requiere de ellas.
¿Por qué el aire es fuego?
Simplemente porque el fuego cósmico, el fuego energía que en las octavas superiores de la creación es fuego divino, al condensarse en la materia va formar el aire, la atmosfera de la Tierra (para focalizar más al caso que les concierne). Y si se desciende un poco más abajo en el planeta, uno se da cuenta que ese fuego energía se transforma en liquido para formar los ríos, los lagos y los mares.
En relación con la tierra misma (es decir con la corteza terrestre) ahí el asunto es un poco diferente. La tierra es la única parte de la creación terrestre que sea fuego cósmico contraído, y que contenga al mismo tiempo una especie de polvo eterno, el cual realmente está muerto. Y que incluso, después de disolución del fuego energía, o para ser más precisos, de restitución de su fuego a la divinidad que hizo el favor de proyectar una parte de su esencia para densificarla y que así una creación pudiera llevarse a cabo. Pues bien, aunque todos los fuegos han regresado a su origen, ese polvo del que les hablo, permanece existiendo en el espacio.
Es un poco como si en ese campo de creación que es el universo, existiera para la eternidad, una especie de sustancia que está muerta, como lo está un hueso seco, y esa substancia de base es la materia de base que va permitir a los diferentes fuegos (a las diferentes energías) aferrarse con la parte más densa del plano físico y así crear los diferentes elementos.
Este polvo cósmico es de cierta manera comparable al núcleo del átomo (aunque a diferencia de ese polvo, el núcleo del átomo no está muerto) que a continuación, él, va cargar de electricidad las partículas.
Del mismo modo, este polvo de materia que queda después de sublimación y restitución de todos los fuegos (de todas las energías). Pues bien, este polvo representa el punto de anclaje para que la jerarquía de los fuegos pueda concretizarse en materia, para que estos puedan tener una exteriorización, una historia y una creación.
 
Preguntarse sobre la existencia de ese polvo cósmico, de esa unidad de materia que ha existido, que existe y que existirá, no es un punto muy interesante de la filosofía esotérica. Les pido simplemente que admitan la cosa para que comprendan el proceso de la creación.
Pues bien, ahora que hemos visto el aspecto más denso del fuego cósmico, ahora hay que remontar muy alto hasta el Espíritu Divino, de lo contrario no vamos a entender bien como es la jerarquía de los fuegos. El Espíritu Divino es algo que no voy a tratar de determinar, de definir en este discurso, porque requeriría de otra tarde para hablar. Es demasiado largo abordar el tema, por lo tanto les pediré que por el momento simplemente consideren a Dios como existente, como una entidad eterna, toda poderosa y omnipresente, e imaginen que en su primer acto de exteriorización va a crear Inmensas “FLAMAS DIVINAS”.

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