El Poder de Soltar: Vivir para Vivir
FUENTE http://emiliocarrillobenito.blogspot.com.es/
El proceso
consciencial del ser humano alcanza un punto culminante cuando se comprende,
asume e interioriza el “Poder de Soltar”.
“Soltar” es algo
desconcertante para la mente e inaceptable para el ego. Por eso, muchas
personas que sienten hoy la necesidad de soltar, lo experimentan y contemplan como un reto
casi imposible. Pero no es así. Lo cierto es que soltar es lo natural y lo que emana
espontáneamente de nuestro interior en un determinado momento de la evolución
espiritual. Y nuestro “verdadero ser” lo exige con claridad cuando se llega a ese
estadio concreto del devenir consciencial.
Por eso, para soltar, basta con fluir y dejarse llevar por lo que brota de nuestro interior más hondo y sagrado. Se comprende entonces desde el Corazón que ya no queda otra alternativa y opción que desapegarse. Desapegarse y vaciarse de todo. Incluso de uno mismo y del enorme peso que nos mantiene atados a una realidad que no es más que un sueño aplastaste, una colosal Matrix, que nos vuelve cadáveres vivientes –muertos que entierran a sus muertos- que se sueñan viviendo.
Por eso, para soltar, basta con fluir y dejarse llevar por lo que brota de nuestro interior más hondo y sagrado. Se comprende entonces desde el Corazón que ya no queda otra alternativa y opción que desapegarse. Desapegarse y vaciarse de todo. Incluso de uno mismo y del enorme peso que nos mantiene atados a una realidad que no es más que un sueño aplastaste, una colosal Matrix, que nos vuelve cadáveres vivientes –muertos que entierran a sus muertos- que se sueñan viviendo.
Soltar todas las referencias
preestablecidas y todos los sistema de creencias; soltar conceptos y esquenas
mentales; soltar imágenes y formas; soltar la ilusión de que somos espirituales
por aferramos a la idea de la espiritualidad; soltar la cruz y la
vela, el incienso y el padre nuestro; soltar las palabras que nos atan al
rezo a un Dios exterior y ficticiamente separado de nosotros mismos; soltar guías,
canalizadores y maestros; soltar templos costosos que albergan la salvación; y
soltar prácticas y cultos farragosos que nos muestran un “camino” predefinido
por otros para acercarnos a ese Dios pretendidamente distante.
Soltarnos de la gran mentira de que precisamos de un trabajo y unos
ingresos para poder “vivir” (con
cuánta frecuencia se confunde “vivir” con “sobrevivir”, que es lo que se
hace en la Matrix); soltarnos de la
ilusión de que necesitamos una pareja, una familia o unos amigos para
ser felices; soltarnos de las inercias, comodidades y protecciones con
las que nos hemos apresado a nosotros mismos en la "cárcel de máxima
seguridad" de nuestros miedos; soltarnos de
toda la película que nos han pintado desde el comienzo de nuestros
tiempos,
convirtiéndonos en marionetas de un titiritero; soltarnos de todos los
cuentos
que nos contaron y nos siguen contando para que continuemos chupándonos
el dedo.
Soltar todo lo que
provoca resistencia: mientras haya resistencia, no podrás fluir; soltar
cualquier tipo de lucha: si sigues empeñado en luchar contra algo,
contra lo que sea, no podrás crear; soltar
cualquier clase de miedo: en tanto haya miedo en tu vida, de cualquier
especie, no gozarás de Libertad; soltar
deseos y anhelos; soltar también rechazos y renuncias; soltar la
necesidad de soltar.
Soltar para
Confiar en la Vida...
...Y, al fin,
soltarnos de nosotros mismos hasta Ver la luz que siempre fuimos y Somos y constatar la divinidad de nuestra
“naturaleza esencial”.
Cuando se
comprende esto, lentamente y sin alternativa, como un inmenso globo que soltó las
amarras, el vuelo comienza y se despliega de instante en instante. Y todo en
nosotros y a nuestro alrededor se transforma y transfigura en Amor.
No puede ser de otra manera. Ahora, tras soltar, observas desde donde no hay nada inventado, fijado, controlado, programado. Ya no eres tocado ni alcanzado por nada ni por nadie. Y sólo observas. Observas en Soledad (la "Edad del Sol”) y Silencio. Observas sin distracción, sin temor, sin deseo. Observas sin palabras, sin forma. Y observas hasta, incluso, dejar de observar para integrarte absolutamente en lo observado. ¡Y en ese preciso momento tomas consciencia de la Consciencia y de que eres el Todo!
No puede ser de otra manera. Ahora, tras soltar, observas desde donde no hay nada inventado, fijado, controlado, programado. Ya no eres tocado ni alcanzado por nada ni por nadie. Y sólo observas. Observas en Soledad (la "Edad del Sol”) y Silencio. Observas sin distracción, sin temor, sin deseo. Observas sin palabras, sin forma. Y observas hasta, incluso, dejar de observar para integrarte absolutamente en lo observado. ¡Y en ese preciso momento tomas consciencia de la Consciencia y de que eres el Todo!
Entonces no hay vuelta atrás posible. Has hecho tuyo el
"Poder de Soltar" y asistes al maravilloso Milagro del desapego
completo. El vaciamiento llena tu Vida, que ya no es tal, sino la Vida misma. Y contemplas todo de
modo diferente, pues se desvanecen los velos y disfraces que tapaban lo Real.
En ese instante, una nueva visión de la “realidad” aparece ante ti. Y todo lo
que fuiste, eres y serás se descubre ante tus ojos nuevos. Todos los tiempos y
el destello mismo del tiempo se abren espléndidos.
Ya todo es claro e
intensamente pleno. Y te inunda un Amor que no es describible. El Amor que se
expande desde la Sabiduría
de que nada es ajeno a ti y nada se halla fuera de ti. Tú eres todo lo mirado y
observado, sin excepciones. Estás unido a Todo y no hay diferencia alguna entre
el Todo y tú. Y te inunda el discernimiento de la ficción que supuso todo aquello que llamaste "yo", "me", "mí", "mío" o "mi".
Cesó todo. Se habrá expandido aquello que se consideró “tú” en
algún instante del momento presente continuo en el que lo eterno se
desenvuelve. Al unísono, se difuminará cualquier idea de identidad, sea física,
álmica o espiritual, individual o colectiva. Consciente del “Poder de Soltar”,
amarás y vivirás la Vida
como jamás pudiste soñar, sin perder detalle, sin desear nada e,
igualmente, sin renunciar a nada de lo que la Providencia -tu "verdadero
ser" en acción- y la propia Vida -no tu programación mental- te pongan
por delante. Y se posará suavemente y para siempre en tu Corazón el
“Vivir Viviendo”, que es la única verdad de la Vida en cualquier plano y Dimensión que se
experiencie.
Vivir Viviendo: irradiando
permanente Amor; conectado a todo lo que existe; desplegando la Divinidad que Somos y
Todo Es; en constante estado de dicha, gozo y éxtasis, siempre con entusiamo y la máxima
energía vital; invulnerable e incontaminable ante lo que sucede; con la
absoluta certeza del resultado que produce cualquier acción; testigo imparcial de la Evolución
de la Creación en todas las escalas y niveles bajo el perpetuo impulso del Amor.
Vivir Viviendo: la única verdad de la vida; la verdad de
que ¡sólo vale la pena Vivir para Vivir!:
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