Mutacion

La vida busca constantemente nuevos caminos de expresión y cuando le falta alguno, siempre surge la alternativa en forma de mutación genética que hace florecer una nueva especie, similar a la anterior pero con un camino nuevo que recorrer.

Así pues, el ser humano ya tiene incorporada en su propia naturaleza la capacidad de mutación pero sólo ante caminos sin salida hace uso de esa posibilidad, y ése es precisamente el caso en este momento, esta humanidad está llegando, poco a poco, al callejón sin salida del mundo físico manifestado y si bien su capacidad intelectual se encuentra casi intacta, también es cierto que adolece de defectos circunstanciales que, tarde o temprano, la llevarán a plantearse cambios sustanciales incluso en la propia configuración física.

A ello contribuirá, sin duda, la propia transformación del medio ambiente, del propio planeta. La estructura genética de los seres humanos se verá alterada de forma natural por el simple hecho de incorporar posibilidades que al día de hoy sólo son contempladas como locuras y quimeras.

El mundo de las energías vitalizadoras como causa del funcionamiento orgánico, el mundo de la mente profunda, las capacidades conocidas como paranormales y, naturalmente, el mundo del espíritu, serán los caminos no explorados por los que transcurrirá el destino de esta humanidad en las próximas generaciones. Como consecuencia de ello, el cuerpo físico se tornará más sutil, el cerebro necesitará un receptáculo mayor porque el córtex aumentará su tamaño, sobre todo en la zona frontal, los sistemas funcionales como el circulatorio, nervioso, respiratorio, digestivo y sexual tendrán un funcionamiento más armónico, como corresponde a un cuerpo energético más potente y equilibrado.

Por consiguiente, se vivirán más años, lo que significa un mayor tiempo para la experiencia en cada renacimiento y la comunicación telepática y teleempática entre todos, independientemente del plano en que se encuentren, será fluida y no traumática. Todos se irán pareciendo más físicamente y no existirán diferencias en función del color de la piel o del lugar del nacimiento. Tampoco separarán a nadie las religiones, porque éstas dejarán paso a un concepto más universal de la trascendencia.

Angel Luis Fernández.

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