La Búsqueda de la Paz por Alfonso del Rosario
Cuando uno de los Grandes Seres dice…, “Os doy Mi Paz” o “La Paz sea con vosotros”,
está expresando ancestrales y mágicas fórmulas que se vienen utilizando
eficazmente desde la más remota antigüedad. Algunos de estos mantrams,
expresan una gran fuerza y poder, teniendo la virtud de proyectar
alrededor de quien los pronuncia de forma correcta, ingentes oleadas de
energías espirituales, matizadas de armonía, de equilibrio y de
integración espiritual, algo, que sólo pueden realizar Aquéllos en cuyo
corazón mora la Paz Universal.
El ser humano es portador de este gran
potencial espiritual que es la Paz. Una realidad que reside en los
misteriosos repliegues de cada uno de nuestros corazones, adormecida,
esperando ser despertada de su letárgico sueño, desde los albores de la
humanidad, lista para entrar en actividad a la llamada del Alma para
poder ejercer el derecho a ser nuestro guía y maestro, nuestro más
querido y amoroso compañero de viaje, para ayudarnos a salir airosos de
las duras pruebas a las que nos vamos a ver sometidos en el transcurso
de nuestras vidas.
Ningún ser humano goza del privilegio de
poder evitar las penurias y las pruebas de toda índole que antes o
después a todos se nos deben presentar en el transcurso de nuestro
continuo caminar por los senderos de la evolución. Durante el proceso de
redención kármica por el que todos antes o después debemos de pasar,
tendremos que consumir antes o después hasta los últimos rescoldos de la
pesada carga de fracasos que hemos ido acumulando en el transcurso de
todas nuestras experiencias, de todos los errores acaecidos a través de
nuestra ignorancia, debiendo asumir con mayor o menor agrado, los
sinsabores, las amarguras, la soledad y el sufrimiento que todo estos
acontecimientos conllevan y que deben de producirse inexorablemente por
la aplicación de esta ley que actúa siempre en aras de lograr esa calma,
armonía y equilibrio que contiene el Arquetipo de la Paz Universal que
todo ser humano debe internamente descubrir, despertar y expresar de
forma permanente en algún momento de su proyección espiritual.
Una vida sin contratiempos, plácida y
sin obstáculos carece de sentido y de valor espiritual. Debemos entender
y aceptar que las tensiones, obstáculos y los problemas que aparecen en
nuestra vida, son oportunidades que se nos presentan para aprender y
progresar en el ámbito trascendente y espiritual. En el transcurso de
las pruebas, tensiones y complejas situaciones, la Paz, aparece siempre
en esos intervalos de silencio, de soledad y de calma que se presentan
entre las múltiples crisis que tienen lugar durante toda nuestra vida.
La Paz que aparece en los momentos de silencio mental, crea el
equilibrio y la estabilidad en nuestro entorno, impidiéndonos sucumbir a
cualquier tipo de situación y de pruebas, despertando en nuestros
corazones la llama de la serenidad mental y de la estabilidad emocional
que nos hace poder resistir sin desfallecer las situaciones más
difíciles y aceptar las más duras pruebas con las que hemos de convivir a
lo largo de nuestra vida. La Paz, se convierte así en la fuerza y la
energía que nos impulsa en esos difíciles momentos a seguir por la senda
correcta, por el camino que nos hemos propuesto hollar para llegar a la
meta de nuestra liberación.
Contemplando la Paz desde una amplia
perspectiva, podemos observar que es el origen y la causa que nos induce
y nos conduce hacia esa aproximación del Equilibrio y de la Armonia que
existe en el Universo y como consecuencia, a poder contemplar con todo
su esplendor el sonido y la música de las esferas. La Paz, en su más
puro y elevado significado, es la esencia y la expresión de cualquier
tipo de Creación, ya sea la de un Universo o la de una Forma Mental,
creada por cualquiera de nosotros para un fin sutil y espiritual,
siguiendo esa línea energética y natural del Impulso de Vida Infinita
que es el Logos Solar.
La Paz desencadena y se expresa en el
hombre, como expansión de la conciencia, de ahí el especial énfasis que
se pone en la enseñanza esotérica, al espíritu de investigación y de
observación de los hechos que suceden a nuestro alrededor, en donde el
constante proceso de investigación personal y de disciplina espiritual,
nos lleva a reorientar nuestra vida y nuestros hábitos hacia una
correcta forma de pensar, de sentir y de actuar. Todo éste proceso de
propósitos y de realizaciones espirituales, hace que la Paz que anida en
nuestros corazones, se expanda a nuestro alrededor en perfecta sintonía
con ese Centro de Paz que es desde donde se origina la Vida del
Universo.
La Paz en sí misma no debería ser la
meta que tratamos de alcanzar, sino el resultado y el medio que nos va a
permitir seguir sin ninguna resistencia el constante proceso de
expansión espiritual, ya que la Paz no se alcanza por la voluntad, sino
por el olvido de nosotros mismos en el Mágico Océano de la Creación. El
propósito de la Voluntad del Logos Solar está en un constante proceso de
expansión dentro de nosotros mismos. Dejando de ofrecer resistencia a
éste Propósito Divino, la Paz nos llega silenciosamente, poco a poco,
envuelta en una especial calma y sosiego, envuelta en fragantes y
especiales aromas, cuajados de vibrantes y especiales sensaciones que
embargan y hacen que se asienten, solo en los corazones en donde residen
la Compasión y el Altruismo, por este motivo, la Paz no debería ser esa
única finalidad, sino que debería de surgir desde esos laberintos
misteriosos de nuestros corazones, como algo natural que va apoderándose
de forma paulatina y silenciosa de nosotros, purificándonos y
llenándonos de serenidad, de quietud, de equilibrio y de armonía,
confiriendo a los seres que la expresan, una correcta visión de la
realidad de los diferentes planos de conciencia de nuestro mundo,
confiriéndoles el permanente estímulo y capacidad para convertirse en
canales y servidores del Gran Plan evolutivo de nuestro planeta y a la
vez en los perfectos colaboradores y discípulos de la Jerarquía
Planetaria.
En el ámbito de la Creación y de la
Evolución Universal, la Paz es el estado y la meta del ser realizado,
del hombre perfecto, el objetivo que el hombre debe en consecuencia
alcanzar y expresar en su vida diaria.
Si admitimos que hay Seres que habiendo
pasado por la etapa humana, están promulgando la difusión de éste
Arquetipo Divino hacia la humanidad y hacia todos los seres impulsando
la Evolución de todo el Planeta, el ser humano, debe seguir esos mismos
pasos que le lleven a esos estados de paz, calma y armonía, para
fomentar y participar activamente en la Paz y en el Servicio a escala
Planetaria. Todos los que creemos en ésta realidad, debemos hacer todo
lo que esté a nuestro alcance para que desde cualquier situación, desde
cualquier ambiente existencial, proyectar potentes energías de Luz que
sean capaces de disipar y eliminar la Ignorancia, el Egoismo y la
Separatividad, principales causas del dolor y el sufrimiento. De ésta
forma, se otorgará así la oportunidad al Hombre y al Reino Humano de
dar el trascendente salto hacia la Felicidad y la Fraternidad
Universal, aspectos esenciales y consustanciales de su esencia divina.
Pero, ¿cómo adquirir la Paz, dentro de
la casi permanente manifestación en nuestras vidas de tantas y convulsas
olas de problemas personales de toda índole, físicos, sicológicos y
morales que a veces paradójicamente nos hacen reflexionar sobre las
profundas interrogantes acerca de nuestra existencia y de los problemas
capitales de la vida, y de esa ausencia de serenidad, calma y sosiego
que tanto necesitamos?. Cuando se alcanza un determinado nivel
evolutivo, cuando se han trascendido los apegos de la personalidad hacia
los niveles más burdos de nuestra existencia, es en ese momento cuando
surge desde lo más profundo de nuestros corazones la misteriosa llama de
la Paz, con todo su esplendor y magnificencia. Desde ese instante la
Paz se nos revela como un sentimiento interno y lúcido de unidad y de
comunión con todo lo que nos rodea, de sentir latir a nuestro corazón de
forma acompasada y armónica con la Vida de toda la Naturaleza, de
experimentar que la Paz, no está circunscrita a un simple estado de
conciencia, ni se encuentra en las efímeras vicisitudes de cualquier
vida personal o situación kármica, ya que la Paz está más allá de todo
lo que ofrece el mundo de los sentidos y de la vida personal de
cualquier ser. La Paz, tiene un origen Universal y Divino, por este
motivo mora desde siempre en nosotros, de ahí la necesidad de enfocar
nuestra atención y búsqueda hacia lo más recóndito de nuestro interior y
no fuera de nosotros mismos, sólo de esta forma lograremos superar con
éxito esta gran búsqueda en la que hemos estado involucrados durante
largas edades y hacernos al fin uno para siempre con la Paz Universal
que mora y reina en todo el Universo.
Bien es cierto, lo que uno de los Maestros dijo hace mucho tiempo …
la Paz es la Vida …
la Paz es la Causa …
la Paz es el motivo de la Creación …
15.01.2013
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