VER TU PARTE EN EL ASUNTO

TOMADO DE http://lospasosdelalma.blogspot.com.es


En situaciones o relaciones con cualquier tipo de dificultad- tensión, sentimientos heridos, conflictos, incumplimiento de expectativas….. los problemas usuales- es natural enfocarse en lo que otros han hecho que es problemático.

Esto puede ser útil por un tiempo: te puede energizar, te puede permitir entender cuáles son tus verdaderas prioridades, y te puede ayudar a ver más claramente lo que te gustaría que los demás cambiasen.

Pero también hay un costo: poner atención en los daños (actuales o imaginados) hechos por otros, aumenta tus propios juicios acerca de ellos -con todas las tensiones y otros problemas que eso trae- además hace más difícil ver cualidades positivas en aquellos con quienes tienes problemas, ver la influencia de otros factores adicionales y ver tu propia parte en el conflicto.

Por ejemplo, supón que trabajas con alguien que es injustamente crítico contigo. Seguramente hay formas en que esta persona está distorsionando las cosas, o que está siendo mojigata, o lo que sea. Pero también hay formas en que esta persona está haciendo buenas cosas, además de las maneras en que otros factores- como el jefe distraído que no ha intervenido o colegas que les gusta el chisme- están ayudando o empeorando la situación. Y también está tu propio rol: lo que estás haciendo- en pensamiento, palabra y obra- que es beneficioso o dañino.

Al final del día, usualmente tienes poca influencia sobre la gente que te aproblema o sobre terceras partes- y aun menos sobre factores macro como la economía, la cultura corporativa, etc. Si, haz lo que esté a tu alcance sobre lo que está “allá afuera”, pero “acá adentro” hay muchas más oportunidades para manejar tus reacciones y para llegar a ser más hábil en la vida.

Además, nunca he podido llegar a estar en paz con nada de lo que me ha molestado (desde incomodidades pequeñas hasta la rabia absoluta) si es que no asumo mi propia responsabilidad en ello - lo cual parece ser cierto para la gente en general. Esto no implica excesos de culpa y mea culpa, o liberar a los otros de su responsabilidad moral. Significa solamente hacerte cargo de tu parte en la situación y en tus reacciones hacia ella. Paradójicamente, cuando reclamas tu parte, entonces puedes desenredarte en la relación con otros y dentro de tu propiamente. La verdad nos hace libres.

Pero para aprovechar esas oportunidades, tienes que ver tu propia parte.

¿Cómo?

Como puede ser desafiante ver directamente tu propia parte en una situación, comienza por buscar tus recursos; trae a tu mente la sensación de ser acogido, experimenta la sensación de algunas de tus buenas cualidades, y recuerda los beneficios para ti y para los otros que surgirán de que veas tu parte.

A continuación, toma una situación o relación. Para hacerlo más simple, me enfocaré aquí en tres “jugadores”: una persona con la que tengas problema(s), otras personas o factores y tú. Considera cinco cosas:

- Las formas en que la persona en cuestión ha causado daños y beneficios

- La forma en que otras personas, factores sociales e historia han causado daños y beneficios relevantes ( toma una amplia mirada)

- La forma en que tú has causado beneficios

(Detalles: Los problemas incluyen sentirse maltratado, querer algo y no lograrlo, crear dificultades para la gente que te importa, etc. Los daños incluyen malos entendidos, sentimientos heridos, pérdidas, obstrucciones al progreso, etc. Los beneficios incluyen claridad, una cultura de responsabilidad, apoyo emocional, promocionar el bienestar de otros, etc. Las causas vienen en forma de pensamientos, palabras y hechos; cuidado con demasiada lectura de mente, pero es natural e útil reflexionar en los procesos mentales propios y de los otros. Reconoce la distinción entre intención e impacto: las intenciones de una persona pueden ser positivas o neutrales, y aún así tener consecuencias negativas.)

Ahora, el sexto paso, el difícil: considera de qué forma has causado daño en la relación o situación. Para hacer esto me ayuda pensar en tres tipos de causas (con ejemplos no exhaustivos):

- Inocente – Simplemente estando allí cuando algo sucedió (ej.: caminando en un paso de cebra cuando un conductor ebrio te golpea); aceptando un trabajo en una empresa con un colaborador crítico; siendo macho/joven/Latino/rubio/ un MD/ etc.; decidiendo mudarse a una ciudad determinada.

- Oportunidades para haber sido más hábil- Te das cuenta de que cierta palabra es ofensiva para otros; has sobre reaccionado frente a asuntos relativamente menores; necesitas ser un padre más comprometido; a tu pareja le gustaría que fueses más romántico; es hora de ser más organizado en el trabajo; has estado bebiendo/trabajando/hablando/juzgando/aconsejando/mandando demasiado.

- Errores morales – (todos tenemos errores morales, incluido yo: ocasiones en que violamos un código apropiado- particularmente nuestro propio profundo código- de integridad, y merecemos un poco de sano remordimiento). Haber sido injusto, haber gritando o golpeado, haber alimentado rencillas; haber mentido; haber tratando a la gente como si no importase, haber abusando del poder; haber sido imprudente; haber usado la frialdad como arma; que no te haya importado tu impacto en otros; haber ignorado tus responsabilidades.

La diferencia entre oportunidades para ser más hábiles y las faltas morales es verdaderamente importante- tanto respecto a ti como a los otros con los que tengas problemas. Muchas veces perdemos oportunidades de ser más hábiles porque pensamos que significará reconocer una falta moral. Por supuesto, lo que es un tema de más habilidad para una persona puede ser una falta moral para otra; es tu propia decisión.

Cuando asumas la responsabilidad por tu parte, sé compasivo contigo mismo. También recuerda que rodeando las causas del daño que han venido de ti hay todo tipo de buenas cualidades en ti- y el que veas tu parte es también una expresión de bondad. Reconoce estas cosas, y déjalas que decanten en ti.

Permite que las olas de dolor o remordimiento se muevan a través tuyo a medida que veas tu parte. Déjalas que vengan y se vayan. No te revuelques en la culpa; eso socava tu capacidad de ver y tomar acción acerca de tu propio rol. Recuerda que tu parte no reduce la parte de otros; todos tenemos una parte. Aprecia el que enfrentar tu parte te ayuda a ayudar a otros a enfrentar la suya.

Encuentra cada vez más tu propio camino hacia algún tipo de paz. No estás resistiendo nada; nadie puede decirte algo de tu propio rol que no sepas. Hay alivio, un ablandamiento y una apertura, un naciente sentido de tu propio buen corazón.

Luego, cuidadosamente ve si algunas acciones vienen a tu mente como útiles y sabias.

Tal vez comunicar algo a alguien, o tomar resoluciones sobre el futuro, o quizás hacer algún tipo de reparación. Toma tu tiempo acá; no te apures en lograr que te sientas mejor.

Cualquier sentido que te venga acerca de los beneficios de ver tu parte: acéptalos. De seguro los mereces. Reconocer la propia parte en una situación difícil es una de las cosas más arduas y más honorables que una persona puede hacer, creo yo.
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Traducción:Gonzalo Brito

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