IDENTIDAD


 
DE ANTHONY DE MELLO

 
 
  YO soy la vid, vosotros los sarmientos: quien permanece en mí y yo en él dará mucho fruto; pues  sin mí no podéis hacer nada.  Jn 15, 5

  Pensamientos:

  La pregunta más importante del mundo, base de todo acto maduro, es: ¿Yo quién soy? Porque, sin  conocerte, no puedes conocer ni a Dios. Conocerte a ti mismo es fundamental.  Hay una cosa dentro de nosotros que es preciosa. Una perla preciosa. Un tesoro. El Reino de Dios  está dentro de nosotros. ¡Si al menos descubriésemos eso!  Para despertarse, el único camino es la observación. El irse observando uno a sí mismo, sus reacciones, sus hábitos y la razón de por qué responde así. Observarse sin críticas, sin justificaciones ni sentido de culpabilidad ni miedo a descubrir la verdad; es conocerse a fondo.  Si tienes problemas es que estás dormido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana)  el que crea los problemas.  Cuestiónalo todo y saca la realidad que hay detrás de los cuestionamientos. El día en que sien-  tas el vacío de quedarte sin nada a qué agarrarte, ¡buena señal! Entonces ya puedes comenzar a  construir con realidad.  El yo no está bien ni mal, no es bello ni feo, inteligente ni estúpido. El yo es, simplemente.  Indescriptible, como el espíritu. Todas las cosas -como tus sentimientos, pensamientos y células- vienen y van. No te identifiques con ninguna de ellas. El yo no es ninguna de ellas.  La espiritualidad es, en verdad, una cuestión de ser quienes somos, de transformarnos en lo que  somos, de ver quiénes somos.  Lo que llamas yo no eres tú, ni eres tampoco tu parentela, ni tu padre ni tu madre, porque eres  hijo de la vida.  La espiritualidad es la que intenta solucionarte. Busca solucionar el problema del yo, que es el  que está generando los problemas que te llevan al psicólogo y al psiquiatra. La espiritualidad  va directamente a la raíz, a rescatar tu yo, el auténtico, que está ahogado por barreras que no  lo dejan ser libremente.  Si sintieses o mirases, o te sentases y tomases contacto contigo mismo, llegarías al silencio,  y las cosas te serían reveladas.  Cuidar de ti mismo es una actitud egoísta y autosuficiente, pero cristiana en su origen y saludable en sus resultados. Aprende a vivir en forma plena, humana y feliz cada día. La actitud verdaderamente humana es aprender a nadar, y no ahogarte con tu amigo.  La vida es muy importante para ser desperdiciada en el ansia de ser rico, famoso o de buena presencia, popular, bello; o en el pavor de ser pobre, desconocido, ignorado o feo. Estas cosas  pierden importancia como si fuesen guijarros alrededor de un diamante fulgurante. Tú, tu verdadero yo, siempre fue y será un diamante. El valor de tu vida es incalculable.  Cuando desistimos de existir mecánicamente, dejamos de ser marionetas. ¿Cómo podremos tener una  vida espiritual si no estamos vivos? ¿Cómo ser discípulos de Jesús, si somos seres mecanizados,  marionetas?  Para ser como Jesús, has de ser tú mismo, sin copiar a nadie, pues todo lo auténtico es lo real,  como real era Jesús.  Nadie más podrá mantener tu yo fuera de ti y decir: "Mejórese, sométase, obedezca, y le daré su  propio yo." Ya no crees en que otro tenga el poder de darte tu propio yo, ni de tomarlo de ti.  ¿Sabes lo que significa no sentirse nunca más molesto ni receloso? Esto es una perla de inestimable valor.  Santa Teresa dijo que Dios le concedió el don de des identificarse de sí misma y poder ver las  cosas desde afuera. Éste es un gran don pues el único obstáculo y raíz de todo problema es el yo.  Vivir desidentificadoses vivir sin apegos, olvidados del ego, que es el que genera egoísmos,  deseos y celos, y por el cual entran todos los conflictos.  La paz no es necesariamente destruida por la disputa o la discusión.

  Ejercicios:

  - Repite: "Yo no soy nunca la imagen que tengo de mí mismo ni la que tienen los demás de mí. Yo  soy, y el ser no cabe en ninguna imagen porque las trasciende todas."  - Repite: "Yo no soy esto ni aquello. Suceda lo que suceda, no perderé mi verdadero yo."  - Imagina que Jesús está de pie delante de ti y que te dirige una de aquellas frases tan amorosas del Evangelio. Contén la reacción y, cuando no puedas más, habla con Él. ¿Qué te diría?

  Si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis realmente discípulos míos, entenderéis la verdad y  la verdad os hará libres. Jn 8, 31-32  Sed pues perfectos como vuestro Padre del cielo es perfecto. Mt 5, 48  ¡Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen! Lc 11,28

  - Repite: "Yo no soy nada de lo que creo ser: mis cosas, mi cuerpo, mis sentimientos. Mi yo es  indefinible porque no hay nada que lo defina."  - Verse representado en una estatua. Imaginar que en una sala oscura se ilumina poco a poco la  imagen. Tomar conciencia de cómo uno se ve a sí mismo. Dialogar con Cristo.

  Reflexiones:

  - El hombre se afana en descubrir a Dios, pero no se afana en descubrirse a sí mismo. ¿Cómo es  ese hombre que busca a Dios? ¿Cómo eres tú?  - Todo cambio auténtico se efectúa sin esfuerzo alguno. La persona humana tiene unas energías  fabulosas en reserva, para cuando necesita ponerlas en marcha. ¿Qué cambios harías en tu vida?

Comentarios

Entradas populares