LA LEY DEL EXITO (Yogananda). El poder de la voluntad divina
La voluntad divina
no conoce fronteras; opera a través de las leyes tanto conocidas como desconocidas,
tanto naturales como aparentemente sobrenaturales. Ella puede modificar el
curso de un destino, resucitar a los
muertos, arrojar montañas al mar, y crear nuevos sistemas solares. El hombre, creado a imagen de dios, posee
también en su interior esa misma omnipotente fuerza de voluntad. La suprema responsabilidad del
hombre consiste en descubrir cómo mantenerse en armonía con la voluntad divina; y ello se logra a
través de la práctica de la meditación en forma correcta. Cuando actúa guiada por el error, la voluntad
humana nos extravía; mas cuando es guiada por la sabiduría, dicha voluntad humana se encuentra
sintonizada con la voluntad divina. Dios abriga
un plan para cada uno de nosotros, y si pudiésemos seguirlo fielmente,
contaríamos con una guía interior que
nos salvaría de los abismos de la desgracia; más frecuentemente su plan se ve
os- crecido por los conflictos de
nuestra vida, y perdemos así dicha guía.
Dijo Jesús: "cúmplase tu voluntad". Cuando el hombre sintoniza
su voluntad con la voluntad de dios –la
cual opera guiada por la sabiduría- el está de hecho empleando la voluntad
divina. Todos los hombres pueden llegar a alcanzar la harmonía perfecta con la
voluntad del padre celestial. Por medio de la práctica de las técnicas correctas
de meditación, desarrolladas en la antigüedad por los sabios de la india.
Comentarios
Publicar un comentario