AFIRMACIONES. EL EQUILIBRIO INTERIOR

 
  Esta visualización es inmensamente útil para relajarte a nivel general, serenando tu espíritu y  tu cuerpo. Para ello utilizaremos las dos energías polares de cielo y tierra que representaremos con luz blanca y luz negra. Aunque el color negro tradicionalmente está asociado a la oscuridad, esa afirmación no es del todo cierta y si haces el ejercicio comprobarás que también  tiene propiedades curativas de luz.

  Si ves que te resulta útil, te recomendamos que grabes los pasos en una cinta para poder sacarle el máximo provecho. Al igual que puedes hacer con cualquier ejercicio de visualización con  el que seas afín.

  El ejercicio dice así:

  1. Siéntate en posición cómoda, a ser posible en la posición denominada loto o con las piernas  cruzadas. Recuerda que la espalda debe estar en posición recta.

  2. Respira profundamente tres veces.

  3. Ahora toma consciencia de tu cuerpo. Tómate todo el tiempo que necesites para ello, pero intenta relajarlo al completo. Comienza relajando los pies y ve subiendo por todo el cuerpo hasta  la cabeza. Termina con la mente.

  4. Cuando ya te sientas relajado es el momento de comenzar con la visualización. Comienza imaginando una luz blanca hermosa que penetra a través de tu coronilla y va bajando por tu cabeza,  cuello, hombros y brazos, hasta los pies, lentamente e inundando todas las células de tu cuerpo. Te sientes muy bien a medida que avanza la luz por tu cuerpo.

  Realiza la bajada de la luz por tu cuerpo desde tu coronilla hasta tus pies tres veces.

  5. Ahora imagina que eres un árbol y comienza a echar raíces energéticas hacia el centro de la  tierra. Arráigate en la madre tierra.

  6. Visualiza ahora una energía negra, pero de luz brillante que emana del centro de la tierra.  Imagina que va subiendo a través de tu cuerpo, comenzando por los pies hasta la cabeza. Esa luz  negra es curativa, y va sanando todos aquellos conflictos que haya en tu cuerpo y en tu espíritu. Te aporta una gran estabilidad.

  7. Cuando hayas alcanzado con la luz negra brillante tu cabeza, ahora expándela hacia tu aura  que mide más o menos tres metros. Siente que irradias esa energía curativa a todo tu campo magnético.

  8. Ahora retoma la luz blanca brillante que entraba por tu cabeza y utilízala para limpiar la  energía negra curativa de tu cuerpo. Comienza por la cabeza y ve bajando lentamente hacia los  pies, eliminando cualquier resto de energía negra curativa.

  9. Cuando hayas terminado expande esa luz blanca brillante a tu campo áurico y permite que penetre en todas las células de tu energía magnética. Siente que irradias esa luz blanca brillan-  te a todo el universo en forma de Amor.

  10. Después muy despacio abre los ojos, pues puedes marearte un poco al estabilizar tu vibración.

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